La corrupción tradicional que implantaron adecos y copeyanos en sus desgobiernos de 1959 a 1999, tienen en el socialismo siglo XXI un luchador que no está creyendo en influenciocracia empresarial en asociación para delinquir con el funcionariado petrolero. Caen cual mafiosos: industriales, empresarios, comerciantes, gerentes y empleados, señalados por corruptos, al lado de militares y civiles de cualquier rango, se investigan jefes políticos de izquierda y la falsa virginidad de conducta de quienes antes del Fiscal SAAB, se arroparon con una meretriz dignidad privada, siendo meramente capitostes de un supuesto y "correcto" empresariado. Deberían verse en ese espejo integrantes de la burocracia del alto gobierno, que no convocaron al Polo Patriótico sin discriminación, e igualmente quienes dividen el voto chavista a cuenta de lidercillos, emulando a los de la oposición que nos muestra la búsqueda de alianzas politiqueras y colaboraciones extranjeras.
Cito a Tareck William Saab cuando nos dijo por televisión, que no tolerará el empantanamiento que pretenden erráticas y mal intencionadas matrices hechas opinión y noticias, por periodistas cómplices, pues se prestan a entorpecer la lucha contra la corrupción en PDVSA, o al castigo de "libertadores" que asesinaron a sus vecinos, quemaron ciudadanos por odio clasista y racial, mientras se retrataban y filmaban con sinvergüenzas que, bajo la inmunidad de parlamentarios, o la impunidad bajo sotanas, los ensalmaron como en las Cruzadas, encomendándolos a DIOS, que sin duda no aprueba a los amorales. Ahora pretenden ampararse en la Ley Contra el Odio, como antes le dijeron no a la Constitución, condenaron elecciones y si aceptan cuando ganan. Pretenden imponer el diálogo con presencia de bárbaros enemigos de Venezuela, al estilo Almagro, o ciertos ultraderechistas de la Unión Europea. Juzgue usted dónde están los verdaderos líderes políticos.