Apuesto por Venezuela y su gente

En una ocasión el empresario Bill Gates mencionaba lo siguiente: "las oportunidades grandes nacen de haber sabido aprovechar las pequeñas", esta reflexión nos viene como anillo al dedo en las actuales circunstancias que vivimos en el país. Hay un proceso de retroalimentación que se asoma como una forma de fortalecernos como sociedad, la articulación y conciencia empiezan a jugar un papel de primera línea, el disentimiento conducido producto de la crisis emana de manera natural en todas las edades. Los análisis de las situaciones adversas se expresan en jóvenes, adultos y ancianos; son muchos el silencio reflexivo que esconde un mundo de sueños y esperanzas, de una verdadera y autentica transformación.

Producto de esta crisis, se está corriendo el riesgo que las ideologías queden relegadas a un plano de exclusión, no por sus contenidos, la causa se focalizan en los hombres y mujeres que tienen la difícil tarea de dirigirlas. Aunque esta realidad tiene un comportamiento cíclico, ósea no es nuevo, las consecuencias impactan en los valores éticos y morales de las sociedades. El desorden permiten la práctica de métodos viciados que con el tiempo propicia efectos irreversibles, conducentes al caos, permitiendo la intervención de actores exógenos con intereses muy claro que no recogen un sentimiento nacional para el crecimiento de la nación.

La línea de caos propicia la innovación y el emprendimiento, son incontables las formas ideadas para resurgimiento de vías productivas, con poco se hace mucho, las materia prima se reinventa. A este enfoque se le suma una madurez de corte político en la población, se empieza a ponderar la capacidad en el hacer siendo herméticos antes planteamientos propios de la diatriba política. El momento reclama la insurgencia de nuevos actores con responsabilidad de la conducción política, enmarcado en el nuevo diseño de país. Se empieza ver un rechazo en discursos reiterativos.

Las oportunidades existen, solo debemos ir por ellas descubrirlas y operacionalizarlas, el desarrollo de un país se hace con su gente talentosa, la infraestructura educativa y tecnológica están presente. Es preciso manifestar mayor voluntad política para la transformación, lo flujos de emigración deben parar, pero para que esto ocurra se deben garantizar verdaderas condiciones para el desarrollo. Nadie puede vivir mejor que en su país, porque potencializar el desarrollo de otra nación con nuestro trabajo y abandonar la demanda que en este mismo orden reclama Venezuela. Me cuesta creer que las situaciones nos hayan convertido en seres cobardes y pesimista. Los hombres y mujeres con responsabilidad política (gobierno y oposición) no gozan de ninguna exclusividad, estos son transitorios y sus métodos no tienen la particularidad de ser exactos.

Por Venezuela todo, sin Venezuela nada.



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Joselino Serrano


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