La prensa, las empresas de comunicación, permiten el abuso permanente de unos sujetos que se hacen llamar ex embajadores, no sabemos si el titulo es valido pero se evidencia un vicio de los ex llamados “diplomáticos de carrera”, en revestirse de un supuesto criterio de autoridad que los coloca sobre el común de los ciudadanos para continuar asumiendo que son infalibles en todos los campos de la política exterior, que su palabra es el summum de la sapiencia y los demás, por supuesto, son unos ignaros que deben aceptar sus doctas ideas, pues provienen de un ex. Ser diplomático de carrera es una suerte de patente que permite pontificar sobre la política exterior del país en todo momento histórico y lugar geográfico, sin importar que los tiempos cambian, que la estrategia del país es otra, que la política regional es otra, que el papel de Venezuela hacia sus vecinos ya no es el mismo y un largo etcétera que se desprende ahora que la política exterior del país se asume de manera soberana, privilegiando la integración de los pueblos sobre los intereses y el consentimiento del amo del norte.
Es difícil comparar la diplomacia de la derecha, con sus 40 años de intromisión, de nepotismo, de arribismo, de entrega, de descuido, de no reconocimiento a su real país, una representación diplomática encartonada, totalmente desconectada de la realidad político-cultural del país; de ahí que siempre se dijo que Venezuela no tenía representación diplomática y los cuentos dejan mucho que desear.
Conviene no olvidar las atrocidades que un diplomático trujillano cometió en la URSS; las fiestas color rosado que se realizaron en la Embajada francesa; que más que anécdotas, eran lo usual en el Servicio Exterior venezolano. Entiendo que las reflexiones al respecto, las señaló el escritor Francisco Herrera Luque, quien fue Embajador en México y denunció con nombres y apellidos las aberraciones que se cometían desde la Cancillería venezolana, argumentando que era lamentable, pero el País no tenía presencia en el extranjero. Así como, el Embajador en Jamaica, para los años 80, quien había manifestado sus simpatías por Manley, desconociendo que se venia cuadrando con Edgard Seaga, Hilarión Cardozo, unos dirigentes de Copei, funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores y agentes norteamericanos de las CIA un plan desestabilizador, para acabar con el gobierno de Manley; señaló “…que en la Casa Amarilla no había Canciller ni Cancillería. El que no hubiera Cancillería era normal. Nunca la ha habido. De allí los espectaculares errores cometidos en Venezuela en el campo internacional. El que no hubiera Canciller si era absolutamente coyuntural…y el Director General, un pobre hombre de apellido Páez Pumar, era dueño de una ignorancia enciclopédica…”
Para sorpresa nuestra ahora los ex tienen el tupé de argumentar que la actual Cancillería es día a día menos profesional y más politizada, que camina inversa a la diplomacia latinoamericana. Que la diplomacia nuestra está llena de militares, lo que implica, por deducciones y malabarismo reaccionarios, que por estar manejada por militares o estar militarizada ésta ya no es diplomacia. Agregando, que el diplomático esta formado para la paz y la resolución de problemas y el militar para la guerra. Comparan, sin criterios y sin datos fehacientes, a nuestra Cancillería con la de Zimbabwe y con la de Irán. Insisten que en este siglo la diplomacia está encaminada hacia el diálogo y la cooperación.
La idea de todo este desaguisado es pretender hacer ver que el presidente Hugo Chávez, por su pasado militar viene jugando un papel pésimo desde el punto de vista diplomático; para ello toman como ejemplo el impasse que se presentó en México y los recientes acontecimientos con Perú. Llegando al extremo de esgrimir, manipulando los hechos, que Toledo llevó el caso al seno de la OEA, bajo la acusación de violación de la Carta del Organismo Continental.
Los ex rememoran un pasado, donde los Embajadores los nombraba la amante de turno, el jefe del partido y, en si, no había coherencia entre la línea del presidente, la del partido de turno y la de Cancillería. Hoy día la situación ha cambiado, existen errores, es necesario reconocerlo, pero el cambio se siente; de ahí que exista una política para la profesionalización del Servicio Exterior, en concordancia con otros Ministerios y Organismos del Estado, donde se toman en cuenta factores representativos de la sociedad civil, política y económica, insistiéndose en lo urgente y necesario de defender la patria y luchar por nuevos valores. Tal como se establece en el marco de las nuevas Constituciones, la política exterior del país la maneja el Presidente de la República, lo que le permite trazar planes a corto, mediano y largo plazo, para conocer nuevos mercados, logrando aumentar las exportaciones, buscando inversionistas extranjeros, incrementando el turismo y generando una nueva visión positiva del país en el extranjero.
Es lamentable, que tengamos que leer artículos de prensa tan falsos, sin fundamento y sin comparaciones con ese pasado nefasto reciente. En siete años es difícil apreciar la nueva Cancillería; pero es evidente que los cambios se pueden visualizar. De una u otra manera Venezuela tiene presencia en el exterior y éste ya de por si es un hecho significativo.
El Presidente Chávez ha sido atacado por los financistas de Bush, llegando al extremo de llamar al magnicidio para salir de Chávez. La señorita Condollezza ha dicho lo que le viene en gana en relación a Chávez, imitando a su protector. Los halcones y su capo mayor Mr. Danger utilizaron el diálogo, pero con los golpistas, para atentar contra el Gobierno del Presidente Chávez, el 11 de abril de 2002; el Presidente Fox dijo lo que quiso del presidente venezolano; lo mismo que el Primer Ministro Blair; de igual manera Alan García y la señora Flores, han declarado lo que les viene en gana con respecto al presidente Chávez. La Cancillería del Brasil ha argumentado que el Presidente Evo Morales hace lo que el Presidente Chávez le diga, y que el proceso de nacionalización que se genera en Bolivia es porque Venezuela tiene las manos metidas allí asesorando al gobierno boliviano. Olvidando las promesas que hizo Evo morales en su campaña y el referéndum que se realizó allí para el proceso de nacionalización. Sin embargo, Marco Aurelio García, asesor de Lula, ha señalado por medio de un comunicado en la prensa “que él no ha criticado la influencia de Chávez en Bolivia. Nunca trataría a un jefe de Estado de esa forma, menos al jefe de Estado de un país amigo”. Pero ya Blair copió a los plumilleros, a los ex y con la falsa información “exige ser responsables a Chávez y Morales en la utilización de sus recursos en hidrocarburos y trabajar en cooperación con los inversores extranjeros”. ¡Así habla el hijo de Bush!
Las preguntas elementales a los ex, son: ¿Dónde esta la defensa de la Nación en sus escritos? ¿Qué dicen de las vulgaridades que esta gente ha señalado con respecto a nuestro país y a nuestro Presidente? ¿Aceptaremos acaso que el Imperio ha utilizado la diplomacia en su lucha contra Irak y Afganistán? ¿Es diplomático el gobierno colombiano cuando nombra diplomáticos que participan en un complot para asesinar a un Presidente amigo? ¿O cuando nombra militares con un pasado tenebroso después de sus pasantías en o con los paramilitares? ¿O aceptaremos acaso las apreciaciones de estos ex cuando afirman que las elecciones de Irak son un ejemplo para el mundo, que no decir de las del Perú?
Cometen ustedes ciudadanos ex una falacia al argumentar, con tan bajas reflexiones, y con el sambenito, que son conocedores del tema; ustedes lo que hacen es trampa, eso que el pueblo llama pillaje. Pónganse serios y reflexionen: sus escritos no dejan de ser gacetillas de ocasión. No permitan que el odio los derrote, acepten la realidad y sumen ideas para construir la patria que el pueblo reclama. No se coloquen a la inversa de la historia que ésta no perdona. Les escribe un diplomático pero no de carrera, sino formado para la defensa de la dignidad del país y de su gente.