En estos días de finales de noviembre algunos camaradas fuimos testigos de una insólita y lamentable acción política, en el intento gubernamental para paliar la grave escasez, especulación y la creciente penuria en el campo alimentario que viene azotando a amplios sectores de la comunidad. Esta iniciativa me llevó a pensar en viejas experiencias históricas realizadas con fines distintos pero con resultados coincidentes, ocurridas en diferentes tiempos y contextos.
En estos predios interioranos donde habito, un grupo de camaradas, seguramente precedidos de buena fe, y acompañados de un "deplorable secretismo", les dieron la tarea de escoger a diez personas por urbanización para ser premiados con un "tique", que les permitiría acceder a productos de la dieta diaria más económicos. Este "extraño secretismo" contó con una campaña de desinformación, en cuanto al lugar donde se realizaría la venta que, en definitiva terminó siendo el local habitual de las reuniones del PSUV.
Varios camaradas "premiados", estaban desconcertados y en desacuerdo con tales procedimientos excluyentes, optaron por no acudir y, otros se pusieron furiosos por no ser tomados en cuenta. (De todo hay en la viña del señor). La explicación informal que se corrió, es, que ese era un asunto para los "cuadros" del partido, pues los "tiques" no alcanzaban para todos.
Total que se dio el evento de venta de alimentos, pero el "secretismo" no funcionó, me cuentan los camaradas que asistieron, que al principio los privilegiados dentro de los privilegiados, hicieron sus compras, pero luego se presentó una poblada no invitada, y se formó un zafarrancho, y la gente salía echando pestes, y, tengo dudas que tales acciones fortalezcan las ideas socialistas, que son radicalmente opuestas a los privilegios y a la exclusión, pues para eso hemos tenido y tenemos!! Bastante capitalismo¡¡.
Esta situación ha sido motivo para una "pajita" entre varios camaradas, uno nos dijo ---no entiendo eso del "tique" que me ofrecieron, ya que no soy un cuadro, soy más bien un votante, solamente significativo en momentos electorales, en ese sentido entiendo lo del tique. Otro, tenía otra visión y argumentó:___ que eso estaba bien, que él se lo merecía pues se había sacrificado bastante por la revolución y que además no alcanzaba para todos___ esto último me movió viejas lecturas, entre ellos al Clérigo Anglicano, economista y demógrafo británico Thomás Malthus, que entre el siglo XVIII y el XIX, teorizo con crudeza sobre la contradicción irreversible entre el crecimiento exponencial geométrico poblacional y el crecimiento aritmético de la producción alimentaria. (*). Esta visión aún no ha sido desalojada del cerebro de los factores dominantes.
Estos acontecimientos y otros, nos dio motivo para largas "pajitas" entre los camaradas, el resultado me hizo pensar mucho, porque estas experiencias y acciones aún cuando forman parte de lo humano, no son apropiadas dentro de la concepción socialista!! SOCIALISTA¡¡ de la historia, que me remontaron a cuestionables comportamientos en el pasado en severos momentos de crisis.
A finales de la década del 60s los prisioneros políticos en la Isla de Tacarigua (Isla del Burro) organizamos duras huelgas de hambre, cuyo éxito dependía de una fuerte disciplina en cuanto a las " caletas" de sobrevivencia, (caramelitos, chocolates )sin embargo nunca faltan los vivarachos, que hacían sus individuales caletas para "comer más" a espaldas del colectivo. Cuando se le da una patada a la ética con cualquier pretexto en cualquier circunstancia, se pierde la condición revolucionaria y se ofende al SOCIALISMO.
En los periodos difíciles, como en las guerras, el liderazgo toma decisiones para garantizar sus objetivos. En el mundo antiguo el riquísimo político, y senador romano Marco Licinio Craso, corrompido general quién derrotó a la rebelión de los esclavos liderada por Espartaco. Craso para castigar las debilidades y derrotas de su propio ejército aplicaba el "Decimatio" método que consistía en tomar al azar uno de cada diez hombres y ejecutarlos.
En nuestro tiempo, en esta "guerra económica" que padecemos los venezolanos, algún estratega de las filas socialistas planificó premiar a algunos camaradas, tomando al azar diez personas, de determinadas urbanizaciones para recibir el premio alimentario, puesto que al parecer en la revolución como en el capitalismo la comida no "alcanza para todos". Pensamos que uno u otro método conducen al mismo fin, en el primer caso a disciplinar pero diezmando físicamente el ejército y en el segundo a diezmar las ideas socialistas.
A diferencia de lo que creen algunos líderes de nuestro actual proceso político, el Socialismo, no queda reducido a las disquisiciones teóricas marxistas del siglo XIX y XX, dado que en las sociedades humanas, sobre todo, entre los sectores pobres, la solidaridad ha sido un bien muy apreciado, recordemos aquellas viejas expresiones "donde comemos tres podemos comer cuatro". Nuestra Constitución Bolivariana, es un portento teórico-humano que nos vigila y que con indignación contradice cualquier intento de exclusión ciudadana. El hambre de nuestro pueblo, no puede estar sujeta a improvisados y azarosos operativos alimentarios, pues debe primar la solidaridad, la equidad y fundamentalmente el respeto y con mayor razón, si estamos inmersos en una "guerra".
Esperamos los venezolanos que, en caso de que la guerra no convencional de paso a una guerra tradicional, que implicaría una alta visión organizativa estratégica, con alta capacidad logística, requeriremos que la defensa de la nación no sea dirigida por esas mentalidades, pues seriamos derrotados en toda la línea por nuestro propio pueblo.
LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL
(*) Es decir la comida no alcanzaba para todos, (pero Marx sobre las teorías de este fulano no pensaba así)