La vieja izquierda contra Chávez y Maduro

Una constante, en la historia de la izquierda venezolana fue, y sigue siendo, su ansiedad por alcanzar la división y fragmentación de nuestro pueblo. No por casualidad, durante todo el siglo XX,  nunca fue vista por nuestro pueblo como alternativa de gobierno frente a los partidos políticos de la burguesía: AD y Copei. Mucho, les ha costado asimilar,  que un hombre de pueblo -venido desde los cuarteles de la patria- hiciera, en poquísimos años, lo que esa fracasada izquierda se propusiera hacer y no pudo producto de las zancadillas y ambiciones personalísimas de su dirigencia, autoproclamada de izquierda pero cuyas prácticas, en poco se diferenciaron del estilo político de los dirigentes del pacto de Punto Fijo. Cuánto, les emocionaba aspirar a un puesto del aparato del Estado burgués de la cuarta república, y daban el todo para figurar. Tan cerca de la burguesía, y tan lejos del pueblo. He allí, la gran frustración que marcó el curso histórico de esa vieja izquierda. La irrupción de Hugo Chávez, rompió el viejo paradigma de una izquierda siempre  dividida, y la derecha siempre unida. Detrás de Chávez, el pueblo venezolano vio una alternativa unitaria capaz de derrotar a la decadente partidocracia adecopeyana y, tras Chávez, no le quedó otra alternativa a esa vieja izquierda que acompañar ese huracán que representó el acceso a Miraflores de una alternativa, verdaderamente revolucionaria y con perfil de nuevo tipo, que retomó las banderas de Bolívar, Rodríguez y Zamora, el Árbol de la Tres Raíces. Con un discurso nacionalista, y de alto contenido Bolivariano, proponiéndose entre otras cosas, la creación de una nueva República: la Quinta y un nuevo Estado: el Bolivariano.

  Chávez, no se limitó al ámbito nacional sino que su obra rescató de las catacumbas, la idea del proyecto Socialista y lo proyectó como propuesta global ante los pueblos del mundo que, producto de las derrotas infringidas por el imperialismo a la causa del socialismo internacional, estaba de capas caídas; oculto, en la memoria colectiva de la humanidad. No poca cosa, realizó Hugo Chávez por la causa del Socialismo Internacional; llegando incluso, hasta proponerse la creación de una Quinta Internacional de partidos y movimientos sociales, comprometidos por la causa del Socialismo. Chávez, pudo concretar en hechos, gran parte de las propuestas que realizaran esos viejos partidos de la izquierda venezolana, creando un cisma en las bases y dirigentes de esos partidos. Algunos, terminaron en filas de la derecha y otros, acompañándole a regañadientes. Tragándose su frustración, para sobrevivir ante el vendaval del huracán Chávez que amenazaba con dejarlos sin militancia. Con tan solo, las siglas de un pasado heroico que apenas servía para echarles cuentos de aquella épica, que significó la resistencia a la represión cuartarrepublicana.  

  Un claro ejemplo de esa izquierda que transitó a la derecha, es el caso del ex combatiente guerrillero Gabriel Puerta Aponte y su partido Bandera Roja. En una declaración que hiciera pública el 10 de marzo de 1979, ante el debate que hacía esa vieja izquierda, ante la posibilidad de dialogar con el gobierno de Luis Herrera Campin, sobre paz y desmovilización de los factores de la guerrilla que para entonces se mantenían en armas contra la democracia burguesa, éste le respondía a las expectativas que se habían creado sobre todo, en filas de la Liga Socialista de entonces. Señalaba Puerta Aponte, en su mensaje: “En diversas oportunidades hemos criticado la política errónea de las alianzas de organizaciones revolucionarias con Copei, hemos señalado que esa política es una política oportunista que sacrifica objetivos superiores por el logro de algunos éxitos inmediatos, que esa política deseducaba a la vanguardia, confundía a los sectores avanzados y estimularía y afianzaría las ilusiones democrático-burguesas en las masas…” (Declaración de Gabriel Puerta al pueblo venezolano, 10-03-1979). 33 años después de aquella declaración, ya Chávez en Miraflores, gobernando para el pueblo, nos encontramos con un Puerta Aponte contradictorio consigo mismo: “Chávez, quiso destruir la izquierda y en eso también fracasó. Es su propósito, pues desde el punto de vista de clase ha enriquecido a la oligarquía financiera. Su carácter de clase está claro” (Entrevista a GPA para Primicia 24, 01-06-2012).  Nunca, le perdonaron a Chávez, haber asumido el poder por mecanismos democráticos burgueses. Haber derrotado, esa maquinaria gubernamental a la que tanto intentaron derrocar hasta por las armas y nada. Fracasaron en ello. En su frustración, terminaron apoyando a sus verdugos de ayer. Como bien, lo expresa Gabriel Puerta (GPA), en una entrevista para un medio de la burguesía, Primicia 24 (P24), en referencia a las elecciones presidenciales  de 2012: “P24: Leí un grafiti: “Chávez: opio de la izquierda”, ¿el presidente destruyó la izquierda?. GPA: Chávez quiso destruir la izquierda y en eso también fracasó. Es su propósito, pues desde el punto de vista de clase ha enriquecido a la oligarquía financiera. Su carácter de clase está claro. P24: ¿Representa Capriles una alternativa distinta? GPA: Sin duda. Porque tiene un compromiso en dirección al progreso y ha ofertado un gobierno de unidad nacional, plural, donde cabemos todos, cesar esa siembra de odio, la generación de conflictos, de peleas inútiles y sin sentido” Curioso viraje, en lo ideológico, para quien en plena cuartarrepública, se negaba a dialogar con los gobiernos del imperialismo y la burguesía; y con Chávez en ejercicio del Gobierno Bolivariano, nos topamos con un Puerta Aponte haciendo campaña y en estrecha alianza con los agentes del imperialismo y la burguesía. Con quienes -en sus años de juventud- combatía con las armas. Mayor muestra de incoherencia y traición a los principios, ¡Imposible!

  Pero, hubo también, otra izquierda que terminó abrazada al huracán Chávez para no sucumbir ante la ferocidad de sus vientos, tal fue el caso del PPT y el PCV. Con ellos, en lo fundamental, y ante su negativa a la propuesta que les hiciera el Comandante Chávez para que se  sumaran a la construcción del PSUV, el partido de Chávez, del chavismo hecho organización política, se ve obligado el Comandante Chávez a crearles el Gran Polo Patriótico. A los fines, de permitirles ser partícipes –respetándoles su autonomía- del proceso de cambios impulsados por Chávez hecho Gobierno.  Tal relación, no fue armónica y durante cada proceso electoral que les tocó enfrentar, las ambiciones por cargos burocráticos se hicieron presentes, como ocurriera en las regionales de 2008. En tal elección, el Comandante Chávez tuvo que desistir de incorporar en su alianza a las fuerzas del PPT y el PCV, tal cual lo manifestó en un Acto con los candidatos y candidatas del Psuv en el Estado Portuguesa, el 09 de octubre de 2008: “Yo de verdad no entiendo a la dirección del Partido Comunista de Venezuela, ellos dicen que están unidos por la Revolución. Yo todavía no entiendo la dirección del PPT, yo creo que ya no los entenderé. He hecho bastantes esfuerzos por entenderlos y tengo mi conciencia tranquila porque bastante empeño he puesto en la unidad estratégica verdadera, mientras ellos lo que están haciendo es buscando espacios para ganar una o dos gobernaciones o una alcaldía. Ese es el clásico comportamiento del viejo partidismo venezolano y yo tengo que denunciar esa actitud porque es una actitud contrarrevolucionaria, estoy obligado a hacerlo” […] “Ya tenemos experiencias –para nada positivas- de otros partidos que se valen de una coyuntura electoral para ocupar espacios pero luego, sencillamente no reconocen un liderazgo y allí está el fondo de la cuestión. Ellos tienen su propio plan, esto no tiene que ver con ninguna preferencia personal, el tema es político, las razones son ideológicas”.

  En más de una oportunidad, se topó Chávez con ese estilo de hacer política en que  la repartición de cargos, cual si se tratase de un vulgar botín de guerra, sustituía el debate fundamental del campo revolucionario. La respuesta del Comandante Chávez, siempre fue contundente: la Patria no se negocia. Ni siquiera, con las fuerzas aliadas y prefirió avanzar solo, que sucumbir a ese viejo vicio que calificó como “actitud contrarrevolucionaria”.

  Nueve años después, le tocaría al camarada Presidente Maduro, enfrentar la misma situación en una nueva elección municipal, la número 23, que encauza la Revolución Bolivariana en medio de la mayor agresión imperialista que le haya tocado enfrentar en toda su historia. De nuevo, el PPT y el PCV, dejan ver las costuras de sus ambiciones por cargos burocráticos en el aparato de Estado Bolivariano. A diferencia de aquellos tiempos de Chávez, hoy se erigen como la “verdadera” alternativa “revolucionaria”; mientras, no escatiman esfuerzo en auto proclamarse como “chavistas” para engañar incautos, en contravención  a uno de los planteamientos que más profundizó el Comandante Chávez, al punto de elevarlo casi que, a Principio Revolucionario: la Unidad. La mejor muestra, su proclama decembrina de despedida con el pueblo venezolano: “Si en algo debo insistir en este nuevo escenario, en esta nueva batalla, en este nuevo trance —diría un llanero por allá— bueno es en fortalecer la unidad nacional, la unidad de todas las fuerzas populares, la unidad de todas las fuerzas revolucionarias, la unidad de toda la Fuerza Armada, mis queridos soldados, camaradas, compañeros; la unidad del Ejército, mi Ejército, mi amado Ejército. El Ejército, la Marina, m amada Marina. Digo porque los adversarios, los enemigos del país no descasan ni descansarán en la intriga, en trata de dividir, y sobre todo aprovechando circunstancias como estas, pues.

Entonces, ¿cuál es nuestra respuesta? Unidad, unidad y más unidad. ¡Esa debe ser nuestra divisa! Mi amada Fuerza Aérea, mi amada Guardia Nacional, mi amada Milicia. ¡La unidad, la unidad, la unidad!

El Partido Socialista Unido de Venezuela, los partidos aliados, el Gran Polo Patriótico, las corrientes populares revolucionarias, las corrientes nacionalistas. ¡Unidad, unidad, unidad! ¡Unidad!

Decía Bolívar: “Unámonos o la anarquía nos devorará, sólo la unidad nos falta —dijo después, o antes había dicho— para completar la obra de nuestra regeneración…”. (Mensaje del Presidente Hugo Chávez Frías a la Nación, Palacio de Miraflores, 8 de diciembre 2012)

 

Caracas, 10-12-2017



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Henry Escalante


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