El país se encuentra en una profunda crisis política, económica y social, lo cual requiere una sociedad activa y defensora de los derechos humanos, para emplazar, actuar, decidir y concretar los cambios correspondientes en las estructuras de poder, promoviendo una máxima sindéresis que nos acerque no sólo hasta esa realidad, sino que en la medida de nuestras posibilidades seamos parte de un canal que asuma la voz de muchas de las demandas del pueblo.
No tengo programas de televisión, ni he ejercido funciones de alto gobierno, ni tampoco he desempeñado cargos de elección popular, y menos ser un panegírico o zascandil de quienes integran la claque de quienes dirigen ésta mal llamada "revolución". Verbigracia, soy un ciudadano de a pie, como los millones que conformamos esta tierra, y que hoy somos víctimas de la hiperinflación, la escasez de alimentos y medicinas, el caos del transporte público, aunado también con el déficit de gasolina y lubricantes como efecto de la quiebra de la industria petrolera, y por supuesto, el colapso de los servicios públicos, todo sumado a ser víctima de la delincuencia.
En tal sentido, que sólo en 2017, nuestros artículos hayan obtenido en el portal de Asamblea Popular Revolucionaria (Aporrea) más de 800 mil lecturas, tal cifra solo es posible por parte de ustedes, y que todas nuestras publicaciones tengan un mínimo de cuatro cifras de visitas, (excepto una, por razones estrictamente técnicas, y ajenas a la dirección del portal), o sea el 99,99%, lo cual equivale a decir el 100%, y que de tales lecturas, en más del 10% superen las cinco cifras de referencias desde 2003 hasta la fecha, indican que nos hemos convertido en una importante referencia de opinión dentro del país, más allá de lo que proliferen nuestros acérrimos críticos, la mayoría de ellos, fanatizados por un pensamiento que en muchos casos se justifica, como lo planteó alguna vez José Ingenieros, debido a la anulación pensativa que ocurre en las postrimerías de la senectud en algunos casos muy específicos.
Tengo que confesar que son muchas las presiones que hemos recibido por parte de factores vinculados con el gobierno, para que terminemos por desistir en nuestra auténtica lucha de denuncia y defensa de los derechos de los venezolanos. Hemos sido objeto desde una atroz persecución laboral, pasando por la negación de medicamentos y servicios de salud, amenazas de muerte por grupos de desadaptados, hasta la reciente destrucción de nuestro modesto vehículo por fuerzas vinculadas con esbirros maduristas. No obstante, también hemos contado con múltiples solidaridades, lo que nos dice que en este combate no estamos solos, sino por el contrario, cada vez multiplicados de que si es posible un cambio en Venezuela.
En consecuencia, les prometo que seguiremos escribiendo conforme la razón, la consciencia y el amor por una Venezuela distinta, se conviertan en el oxigonio de un futuro en donde se conjugue la democracia, la libertad, la prosperidad y el sentido nacionalista por la patria que una vez soñó Bolívar.
Gracias a ustedes hemos logrado lo que otros, a pesar de haber ejercido las más altas funciones de un burócrata, o en su defecto ser "títeres de programas" televisivos de un mal llamado sistema nacional de medios públicos, nunca lograrían siendo un ciudadano común y corriente, y ello se resume en una sola palabra: Credibilidad.
Duélale a quien le duela, Javier Antonio Vivas Santana ha obtenido más de 800 mil lecturas en Aporrea en este 2017. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea