Hay que saber cuándo la gente dice las cosas; porque de la oportunidad al ridículo hay pocos pasos. Cuando Arturo Uslar Pietri escribió (y fue muy leído ese artículo) que había que "Sembrar el Petróleo", era 1936; ni por el carajo lo escribió cuando Gómez estaba vivo ni cuando no se sabía quién tomaría las riendas del poder. Uslar Pietri se asomó a los periódicos unos cuántos meses después a la escena de la historia para imponer una frase que ya es un cliché. En el mismo estilo, Uslar Pietri publicó, en 1982, un libro llamado "Educar para Venezuela", donde seguía pidiendo la "siembra", esta vez de escuelas, por todas partes… menos al lado de su casa, pues demandó a un colegio su salida de la calle de la urbanización La Florida donde compartían vecindad, y se valió de todas sus influencias para lograrlo: es muy conocido el caso de la escuela La Rondalera, cuyo amparo constitucional que evitó su desalojo como vecina del notable, fue el primero para una institución educativa. Como lo que perjudica es el escándalo, el olvido hace de las suyas en estos casos, y luego encima un arrume de palabras al son de la moda del momento parece ser suficiente en el logro del cometido de edificar paredes imaginarias frente a lo que puede resultar oprobioso.
Así, el más famoso ministro del petróleo escribe, siguiendo el estilo de los "apartados del poder" (es decir, de inmediato y arrechos, contando pormenores que ellos conocían pero no dijeron en su momento), todo cuanto puede cobrar fuerza en contra del Presidente Maduro, justo cuando está a punto de comenzar la aparición pública de facturas milmillonarias en bolívares y también en dólares, de su primo y asociados, pagadas en el extranjero a cuenta de la nación. Mientras nosotros aquí la pasábamos (y seguimos pasando) bien amargamente, aquellos vagos malamente enriquecidos andaban quemando billetes gordos como envoltorios de picadura de tabaco del más costoso, mojaditos en vino del más caro. De verdad que no dudo un instante de la inteligencia y la formación de este ex súper ministro, porque hay que tener mucho conocimiento para instalar una oficina al lado de "donde hay", para negociar precios según fórmulas que nada más ellos manejaban.
En estos días llamó "Herodes" al Presidente Maduro, mientras hacía un largo listado de todo el estilo rentista que nos estamos perdiendo por no haber confiado en sus fórmulas y diligencias; en más o menos el mismo estilo de los escritos anteriores, llenos de altos tecnicismos y vivas a la Revolución. Si sigue así, en febrero dirá que el Presidente es un "disfrazado" por lo del Carnaval, y en Semana Santa, "Barrabás". Por allá, por abril, recordará el aniversario de las Guarimbas Sangrientas del año anterior, y lo llamará "Guevara", o "Pizarro", o "Mataniños", o cualquier sinónimo de delincuente guarimbero.
Todo tiene su tiempo. Ahora es tiempo, fuerza decirlo, de resolver nosotros, el pueblo, nuestros problemas. Tendremos que dar ideas, y muchas. De nada vale salir a "sembrar" palabras sin emoción y compromiso con el pueblo.