Estamos en guerra haciendo maromas para evitar una agresión armada por parte de la mayor potencia militar de todos los tiempos. Maromas del presidente Nicolás Maduro y su Equipo para enfrentar diplomática y políticamente un asedio inclemente, mantener al país en paz y proteger al pueblo. Y maromas de resistencia y contención por parte de las bases populares.
¿Producto del trabajo en equipo? No. Pues lamentablemente no existe una comunicación orgánica fluida entre el poder constituido y el poder originario. ¿Debido la estructura jerárquica imperante en Estado? ¿A desconfianzas entre distintas tendencias, entre autoridades y pueblo, entre civiles y militares? No sé…
Lo que sí sé es que, de existir esa comunicación, el Gobierno compartiría información lo más detallada posible sobre los problemas que atraviesa Venezuela para que el pueblo organizado pueda asumir su protagonismo y corresponsabilidad en la defensa de nuestra soberanía, independencia y derechos. Banqueros, comerciantes y transportistas y contrabandistas no estarían haciendo lo que les da la gana, el común no andaría a la búsqueda de la lista de los precios "acordados" y las fronteras estarías cerradas o bajo estricto control cívico-militar.
El entuerto decembrino en torno a los perniles portugueses ilustra claramente la urgencia de esa comunicación. El tiempo, las energías y las gigas invertidos en información, contra-información y especulaciones sobre el rumbo y destino de esos perniles, seguro habría inspirado una ficción Absurdo Pernilesco a su coterráneo, el gran José Saramago.
Si bien los perniles no tienen mayor trascendencia y pueden ser sustituidos por chivos o chigüires este año, las nuevas leyes y los petros si la tienen. Limitándome por razones de espacio a este último tema, me permito solicitar a las autoridades que expliquen "en alta clara e inteligible voz" los problemas financieros concretos creados por el imperio a ser superados con la emisión de Petros.
Que utilicen todos los medios a su alcance para seguir explicando si son criptoactivos o criptomonedas y las implicaciones de estar respaldados y poder ser intercambiados por divisas o activos ¿cuáles divisas y cuáles activos?
Que promuevan foros, programas y debates sobre sus ventajas y desventajas, sobre experiencias de otros países, sobre su comercialización y seguridad, sobre las medidas que se están tomando o se van a tomar para evitar especulaciones, acaparamiento o intervenciones de los criptohackers que acaban de celebrar su segundo encuentro mundial, etc.
Mientras se concreta la participación protagónica del pueblo, estas y otras explicaciones sobre temas más tangibles como el cierre o la privatización de instituciones públicas vinculadas con la adquisición y distribución de alimentos deberían contribuir a despejar las interrogantes e inquietudes que enrarecen la atmósfera en las calles.