Hay frustraciones, decepciones y dolores que debemos aprender a manejar para evitar que nuestra alma, espíritu, psique, condición y perspectiva humana no se debiliten al extremo de afectar nuestro patrimonio político, ideológico y ciudadano, construido con mucho esfuerzo en unos cuantos años de abrevar en las ideas del cambio social.
En algunas conversaciones que, con alguna frecuencia tenemos un grupo de ancianos para tratar estos asuntos del devenir cotidiano que vivimos, que ya resultan repetitivos y urticantes y, que, aunque nos dimos hace casi dos décadas una avanzada Carta Constitucional, donde la orientación y la responsabilidad debía reposar en el pueblo a través de su participación y protagonismo, validando esto, con la elaboración de las Leyes del Poder Popular; pero como suele suceder y no somos la excepción histórica, las leyes y el gobierno andan por un camino y el pueblo por otro.
Hemos pensado que los ciudadanos, que, desde hace muchos años han estado al frente del poder político, que se asumen como revolucionarios, si se hubiesen apoyado mas, en la Fuerza Popular, y no nos referimos solamente a apoyos de tarimas, y movilización de masas, marchas, discursos, consignas, grupos musicales, pancartas, cachuchas y franelas; sino propiciando la organización popular, consejos comunales, comunas, trabajadores, y mucha formación política, no dejándole la tarea a Chávez con los Aló Presidente, y al uso oportunista y desmedido de los archivos audiovisuales después de su fallecimiento, seguramente la situación podría haber sido distinta.
Al contrario prefirieron sustentarse en la estructura del Psuv, que ha resultado más clientelar que una organización de cuadros de vanguardia. Uno de los participantes acotó,--pero con esa estructura política, se han ganado numerosas elecciones—Ciertamente le dije, Lo que resultaría cuesta arriba asegurar, es que esos triunfos nos hayan permitido avanzar hacia una revolución socialista, tal cual había sido planteada, fundamentándose en una plataforma político-ideológica inédita "El árbol de las tres raíces" filosofía pertinente para un país que buscaba su propio camino venezolano y nuestro americano, e insistí, ciertamente, muchos triunfos electorales hemos logrado, pero también los adecos y los copeyanos, ganaron elecciones durante décadas ¿Y qué país nos dejaron?.
Hay decepciones y frustraciones que, de no estar preparados para ellas, pueden hacer mucho daño, tanto individualmente como a la sociedad en su conjunto, cuyo caldo de cultivo podría fundamentarse en fanatismos de cualquier naturaleza, la incondicionalidad confundida con lealtad, el falso optimismo sin bases en datos de la realidad, la existencia de la organización política basada más en la adscripción por la oferta clientelar, que la emoción de pertenecer a una estructura que se sustente en una plataforma político-ideológico que le genere criterio de pertenencia y compromiso.
La larga experiencia humana ha enseñado que lo social tiene que tener una constante atención y direccionalidad pues el descenso violento en el bienestar de las personas, puede originar reacciones de cualquier naturaleza. Pero también sabemos que el Poder generalmente actúa sobre las consecuencias obviando las causas. ¿Nos habremos preguntado qué pasaría si llegase a ocurrir la desgracia que el Estado venezolano por alguna circunstancia no pueda cumplir con los compromisos adquiridos con las misiones, pensiones, etc.?
A la caída de Pérez Jiménez, el gobierno de Larrazábal, ante una grave situación de desempleo y pobreza en los sectores populares implementaron un "Plan de emergencia", mediante el cual los trabajadores recibían un salario semanal, la mayoría de las veces sin realizar faena alguna. Apenas asumió Betancourt la Presidencia acabó con ese Plan y los trabajadores salieron a protestar y el 4 de agosto, de 1959, en la Plaza la Concordia varios trabajadores fueron asesinados y heridos otros, cosa que marcó el rumbo genocida del periodo Puntofijista y la organización de la resistencia armada de las organizaciones políticas de vanguardia.
Se sabe de gente de profunda religiosidad, que ante un hecho doloroso terminan reclamándole a su Dios su abandono e incluso llegan hasta la blasfemia. Como dijera Vallejo: "Son las caídas hondas de los cristos del alma de alguna fe adorable que el Destino blasfema .Esos golpes sangrientos son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema…Hay golpes en la vida, tan fuertes…Yo no sé…Golpes como del odio de Dios…
El sueño humanista, nuestro americano y Socialista de Chávez, compartido por millones de seres, fue acechado no solamente por los tradicionales enemigos de los procesos liberadores, llámese burguesía nacional o imperialismo norteamericano y sus adláteres europeos, sino por la nefasta hidra burocrática otros han dicho que alacranes, supuestamente revolucionaria instalada en el poder. Pero esto no es tampoco un asunto exclusivamente venezolano; ni es el primero ni será el último en la historia política de las naciones.
El año pasado un buen amigo y excelente profesional del agro y extraordinario cultor se marchó del país. Tomé la mayor lupa que tengo para tratar de ver mejor el panorama; pasados unos meses le envié un largo correo, donde le expresé mi dolor de venezolano por su partida, pero también le dije que le entendía perfectamente.
Hace unos días el amigo, publicó un texto en Aporrea, fuerte, critico, fue como un estallido del alma. A este camarada de amplia formación y larga militancia social , cultural y política, le había comentado en el texto que le había enviado, de la gravedad de este país, cuando profesionales de primera línea, en disciplinas tan esenciales y estratégicas como el agro y particularmente en el campo de las semillas se va: y le agregaba sin pretensión literaria, que hasta su condición de músico era importante en este momento, y le recordaba a Orfeo, que como Argonauta en el largo viaje en búsqueda del Vellocino de Oro, con su Lira controlaba el ritmo de los remeros y los protegía del canto de las sirenas.
Pero la experiencia de este buen venezolano en la burocracia agrícola fue fatal, con funcionarios y ministros, unos que no están y otros que si están pero ahora son ministros de otras cosas, como ha sido normal en este proceso político, pero eso sí, sin que el país se entere de logros para la nación en sus desempeños. El caso es que nuestro amigo en los últimos tiempos se trasladaba a su trabajo en Maracay, y para ayudarse, en su carrito cargaba algunos pasajeros y luego en la tarde al salir de la faena taxeaba en la ciudad y luego retornaba a su casa en San Joaquín, con un par de panes campesinos y unos gramos de queso paisa.
Le recomendé al amigo, que no se sintiera mal, por su decisión ante las críticas de los ultra revolucionarios, de unos cuantos buenos para nada. A veces hay que establecer ciertas distancias, para organizar mejor nuestras ideas, drenar y controlar angustias y dolores, luego incorporarnos a la patria que no va a morir y va a necesitar a toda la gente de talento, esté donde esté.
Recordemos que la distancia no necesariamente es abandono y olvido, Bolívar una vez que renuncia al Poder Supremo de Colombia, adolorido y maltratado por la claque política, salió de Santa Fe de Bogotá, navegó por el Magdalena rumbo a Cartagena donde embarcaría para el exterior, iba a distanciarse un poco, pero sabemos lo que luego ocurrió.
LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL