En primer lugar, poseemos un gobierno atravesando su peor momento, a pesar de haber obtenido triunfos en procesos electorales, esto fueron consumados al margen de la constitución, desafiando todo precepto democrático, a través del secuestro institucional y malversación de todo tipo de recursos del Estado. En conclusión, el gobierno sabe que, tras sus presuntos triunfos electorales, su popularidad está en el suelo, la realidad país se lo come vivo.
En segundo lugar, nos topamos con una oposición objeto de críticas y rechazo, vale decir, parte de este descontento es inmerecido, pero una gran parte sí le viene como anillo al dedo. La oposición no ha sabido defenderse en el tema de la Asamblea Nacional, ella ha cumplido con todo lo prometido (leyes, decisiones y demás actos) pero ha sido la inconstitucional anulación de estos por parte del TSJ, así como la definitiva condición de "desacato" permanente, lo que ha privado al pueblo de los resultados de esas acciones legislativas, así el gobierno ha entramado toda una novela achacándole un rotundo fracaso, en ese particular, inmerecidamente.
Ahora bien, en el tema del abordaje de la crisis a lo interno del país, la oposición no ha sabido manejarse, continúa mineralizada en la visión partidista del momento histórico cuando en realidad es estructural, amerita inexorablemente el concurso protagónico de todos los sectores del país para regenerar empatía. Asimismo, le falta claridad en sus objetivos, debe comprender que la misión más importante, antes de emprender cualquier otra, es el desmontaje de la presunta constituyente, a partir de ahí puede dar siguientes pasos. Internacionalmente sí ha sabido manejarse, ahora bien, las sanciones prácticamente el gobierno se las autoimpuso.
La Asamblea Nacional Constituyente es hoy el epicentro de la realidad política, el gobierno hace todo cuanto puede para lograr la oposición la reconozca, así podría librarse de sanciones internacionales de la cual es objeto, continuar financiando su modelo de Castro país, sin embargo, Estados Unidos ha dicho que, en lo que a él respecta, mientras continúe en funciones la ANC (reconocida o no por la oposición) no levantará sanciones, así opositores hagan lobby.
El gobierno, adicto a los errores, ha cometido uno extremadamente grave, lo sombrío y dramático del caso Oscar Pérez sin lugar a dudas le traerá consecuencias nacional e internacionalmente. En lo económico, apuesta a una criptomoneda que tiene más características de bono, erguida sobre la base de la inconstitucionalidad pues es el parlamento (Asamblea Nacional) quien debe autorizarla y normarla, hay más dudas que certezas con relación al Petro, el drama social como consecuencia del desastre económico no parece dar mucho margen de tiempo.
El "diálogo" tiene solo 2 resultados reales: Reconocimiento de la ANC (lo que constitucionalizaría el modelo cubano en Venezuela) o mantener dicho desconocimiento… en ambos episodios la premisa gubernamental es "ver hasta donde aguanta el pueblo".
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