A Dios gracias el colectivo venezolano en general es respetuoso. En la compra a cadenas de supermercados, cuyos dueños son venezolanos, chinos, portugueses, españoles, carnicerías de italianos, etc. y más etcéteras, salvo algunas discusiones y "mentadas", -que no son precisamente "de menta…"-, no pasan a mayores las alteraciones entre parroquianos y dependientes.
Opositores de buena fe o inocencia que no parece fingida, niegan la guerra económica, una estrategia pensada y ejecutada por adversarios de la revolución bolivariana, que nos perjudica a todos, pues somos víctimas de precios exorbitantes en los productos, buscando desde la agro industria cooperar con la falsa matriz acerca de la "crisis humanitaria venezolana".
El más disociado enemigo del chavismo-madurismo, puede darse cuenta de la tracalería comercial, modalidad de hacerte gastar una alta cantidad de dinero si necesitas azúcar o harina de maíz. Aplican la forma de entorpecer y violar la Ley de Precios Justos, o la disposición de precios acordados, disponiendo ventas en "combos", acumulando ex profeso un peligroso descontento.
Cada vez que de manera ofensiva se niegan a cobrar con punto de venta, ideando excusas y exigiendo cancelar en efectivo, me viene a la memoria un comediante de la vecina tierra colombiana, llamado Próculo Rico, que finaliza sus humoradas con la frase "en efectivo su merced". Venezuela está a merced de delincuentes organizados, enquistados "honestamente…", en la actividad industrial y comercial.
