No cala en la vida diaria de venezolanas y venezolanos, la ponzoñosa actitud de los saboteadores. Compran funcionarios y hacen alianzas con mafias delincuenciales para acrecentar el descontento antigubernamental.
Olvidan que el pueblo, mayoría integrada por gente honesta, no comulga con la vagabundería politiquera sucia. Van a parar a la basura las malas intenciones de quienes incitan ilegalmente a rebeliones inconstitucionales.
No saben tomar en cuenta a que nivel ha llegado el beneficio popular del desempeño socialista gubernamental, por encima de dificultades económicas esparcidas, con las cuales solo se alegran los enemigos de Chávez y el socialismo.
Superando asqueados las siembras permanentes, repugnantes, corruptas, inconexas, amargas y delincuenciales, que hacen pasar como protestas justificadas contra la "dictadura", el colectivo apoya medidas contra la guerra económica.
Dirigentes opositores no aprenden, apelan a la inmunda compra de conciencias, y disfrutan los problemas creados por adversarios a la revolución venezolana, cual respuesta a la pérdida de elecciones.
Con engaño comunicacional y bastardía politiquera, acuden al terrorismo abierto o solapado, sin alcanzar a doblegar, convencer o amilanar al mayoritario pueblo noble y decente, que observa la torpeza de juzgarnos tontos a los venezolanos.
La negativa a dialogar en República Dominicana, revela por enésima vez que el verdadero camino de la oposición dirigente, no es el electoral, base de toda democracia, y en otro fracaso anunciado, insisten en acudir a la violencia
A la luz pública está, que el rumor y el chisme apenas logran alborotar a una parte minoritaria de la población, que a la postre quedan desinformados, aunque dispuestos a recibir los bonos, los clap, o lo que sea proveniente del oficialismo.