La noticia de un venezolano a quien le desfiguraron la cara a golpes varios peruanos enfurecidos porque el muchacho baila muy bien, y lo admiraban las limeñas en una fiesta, es reflejo de una de tantas circunstancias que viven compatriotas en el exterior, muchos inducidos por comunicadores sociales que en promociones interesadas y publicidad, incitaban e incitan a nuestra juventud, a salir del país.
Vergonzoso que esos comunicadores del periodismo privado, oculten o minimicen, que en Panamá, México, Colombia, República Dominicana, USA y Ecuador, además de la nación incaica, es decir del territorio peruano, se han reportado asesinatos, agresiones y alteraciones del orden público, en los que han sido víctimas venezolanas y venezolanos inmigrantes, atacados por hombres y mujeres presas de xenofobia.
La mediática mundial, en su afán por describir a Venezuela "dictadura invivible", perjudica a quienes falsamente entusiasmados abandonan su tierra natal. En Semana Santa, muchos rezarán "perdónalos, porque no saben lo que hacen…", merecido a quienes dañan al país, hablando de "crisis humanitaria", término que no es aplicable a nosotros, pues es válido sólo en un territorio que sufra hambruna, sin medios para vivir.
En Venezuela cada vez menos ciudadanos culpabilizan al gobierno por la desaparición de productos alimenticios y lo que sea, el acaparamiento, el bachaquerismo y la usura con el cambio de billetes del viejo y nuevo cono monetario que envían fuera del país. En definitiva está descubierta la politiquería de la dirigencia contrarrevolucionaria, que envenena la conducta de sus simpatizantes, para culpabilizar a Nicolás Maduro.