La oposición no quiere que el gobierno revolucionario haga política propia, a sus dirigentes le molestan las acciones del ejecutivo revolucionario bolivariano. La oposición lo que quiere es que la política del gobierno socialista, se rija por lo que le convenga al capitalismo, y le agrade a organizaciones empeñadas en derrocar a Chávez, y ahora a Maduro, y al socialismo siglo XXI. Por ejemplo, no aceptan resultados si pierden, aunque no dicen ni pío contra el CNE, que les resulta bueno y sus auditorías perfectas, si los ganadores son candidatos opositores.
Determinante muestra del fracaso de las campañas electorales de oposición en Venezuela, no son únicamente las 22 derrotas en 24 elecciones, sino su comportamiento antes y después de cada una. Si los micrófonos cobraran vida, les advertirían que sus despelotes de incontinencia insustancial, inconexa y olvidadiza, los exponen al ridículo, y pasados los acontecimientos da grima y pena ajena verlos y escucharlos inflamados de justicia "democrática", arrebatados y arrebatadas vociferando barrabasadas, huérfanas de sindéresis, amenazantes y prepotentes, destilando odio, pero llamándose cultos e inteligentes…
El adelanto de elecciones es perfectamente legal, hipócritas quienes protestan pero se lanzan a candidatos presidenciales cual orates a una piscina sin agua, creyendo que el pueblo es el mismo colectivo idiotizado, al que engañaban verdiblancos esclavos del capitalismo salvaje, en comicios iniciados el 7 de Dic. 1958, hasta la elección de Hugo Chávez el 6 de Dic. 1998, advenimiento del socialismo Siglo XXI, modelo al cual le han hecho la vida imposible los antiguos timadores capitalistas bestiales de la mal llamada democracia representativa, mundialmente fracasada.
