La alternancia en el poder en Venezuela perdió su ritmo en la medida en que el pueblo fue perdiendo credibilidad y confianza en la oposición, debido a los errores cometidos por esta, en la forma de enfrentar al gobierno. Y tales errores, se inician desde el momento mismo en que Chávez accede al poder, hasta ahora con Maduro. De hecho, son errores producto de la injerencia extranjera que no cesa en su empeño de derrocar a la revolución bolivariana. De tal manera que los líderes de los principales partidos políticos, han dejado la responsabilidad a extranjeros que le han hecho perder su liderazgo natural, difícil de recuperar y, hoy el pueblo, duda de su verdadera capacidad.
En efecto, observando la forma de actuar de la oposición, durante tanto tiempo, sin lograr sus objetivos que todos conocemos, se puede decir que, sus principales dirigentes han perdido prestigio dentro de sus seguidores y no se puede calcular, ni saber cuántos de los que le apoyaban al comienzo, se pasean hoy por la acera de enfrente o se mantienen alejados de la política, sin motivación o interés alguno por ella. Es posible que la militancia se haya perdido y que la falta de renovación y la pelea intestina por lograr la representación popular mantenga a los líderes y a sus seguidores, decepcionados al punto de querer desertar de esa fila oposicionista, y esto en verdad lo que produce es el consecuente debilitamiento para eventos electorales.
Es decir, han sido tan grandes sus errores respecto a querer derrocar un gobierno (Golpe de Estado, paro petrolero, guarimbas, guerra económica, entre otros) que el camino se les ha puesto lejos y difícil; y hoy son sorprendidos por un hecho que deseaban hasta hace poco, las elecciones presidenciales, las cuales ahora no quieren, pero sin embargo, de seguro andan en la búsqueda de un punto de encuentro, de un líder único que parece se le ha extraviado, para ofrecerlo al país como candidato presidencial.
Pero, deben entender que esa búsqueda debería comenzar por la renovación de los partidos políticos que hacían vida dentro de la MUD y convertirse en alternativas serias que vayan más allá de simples maquinarias electorales, solo para el momento de elecciones. Y de paso, el país le agradecería su presencia en el acto electoral, porque eso significaría tener una democracia saludable y una esperanza para sus seguidores, quienes creen que la verdadera renovación de dichos partidos debe darse en la medida en que los mismos dejen de ser sitios en donde existe la pugnacidad respecto a intereses particulares.
Sin embargo, la tarea es fácil si muestran deseos de ser ellos mismos, capaces de liderar a sus seguidores, sin necesidad de que los estén "manageando" desde el norte, España o Colombia. Deben pensar, que el tiempo que tienen para impactar a sus seguidores, o a quienes se han ido de sus filas o a nuevos votantes lo tienen contado y recortado dentro de un cuatrimestre que los obliga a hacer su campaña electoral de manera forzada. Por lo tanto, los candidatos que luchen por la candidatura única de la oposición o que decidan ir separados, deben actuar rápido para convencer a sus eventuales seguidores.
Mientras tanto, del lado del candidato del gobierno, actual presidente de la republica que aspira a la reelección, aun cuando pueda tener sus errores y desaciertos en la conducción del país, mantiene un electorado fiel a la causa revolucionaria que lo hace mantener su consistencia en la dirección de la república.
