"Recuerden, compatriotas: esta batalla va a ser muy dura, porque no estamos batallando contra los factores de la oposición política venezolana, no estamos batallando tampoco contra los medios de comunicación; ¡no!, realmente estamos enfrentando al imperio norteamericano".
Hugo Rafael Chávez Frías (4 de febrero de 2006, Avenida Bolívar de Caracas)
La suerte está echada y la decisión de la Asamblea Nacional Constituyente de llamar a elecciones presidenciales en Venezuela para el primer cuatrimestre del 2018, puso a dar carreras a todo el mundo y en especial a la oposición que quedó sin luz y sin vista y hasta casi sin la MUD, para la próxima contienda electoral.
Después de oír hasta el cansancio de boca de todos los líderes opositores la necesidad urgente de adelantar las elecciones presidenciales, resultó que el anuncio les llegó de manera inesperada y ahora piden "time" y algunos por instrucciones del Pentágono, alegan que no participarán en la contienda electoral.
La verdad es que de la oposición venezolana, dispersa y heterogénea, se puede esperar cualquier cosa. Por eso en este proceso revolucionario "sui géneris", que nació bajo la inspiración del Comandante Hugo Chávez después del 4 de febrero de 1992 y se concretó con el triunfo de las fuerzas bolivarianas, en las elecciones de 1998, la oposición comenzó a vivir su propio viacrucis y no le ha encontrado todavía su final.
Bajo la sombra del imperio norteamericano, la oligarquía criolla quedó sin brújula y a la deriva buscando un cauce para retornar al poder que perdió hace 20 años; justamente cuando el pueblo los sacó de Miraflores y se instaló allí para no salir más nunca, bajo la condición de transitar el camino de una manera pacífica y llegar al poder por la vía de los votos.
Desde entonces la oposición ha venido de fracaso en fracaso y ha mostrado sus fauces a través de intentos fallidos de golpes de Estado, lo que revela sus verdaderas intenciones y sobre todo las de su amo, quien quiere volver al poder a la Patria de Bolívar; cosa que no ocurrirá y más nunca permitirá el pueblo venezolano, consciente como está de su papel histórico dentro del proceso revolucionario.
Bajo la tutela del Departamento de Estado y apuntalados por gobiernos cipayos en América Latina, temen al avance de sus pueblos dentro de sus territorios y han lanzado los más feroces ataques contra Venezuela, secundados por la Comunidad Económica Europea (CEE), por órdenes de Washington.
La realidad muestra resultados transitorios en algunos países de la Patria Grande como Argentina, Brasil y Ecuador y también asoma la mano peluda de la traición como en los casos de la vecina Colombia y el servil Perú, quienes mueven la colita desde la alfombra, subyugados al imperio norteamericano.
El asunto es que a través de una guerra económica planificada desde el Departamento de Estado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), se trata de doblegar a nuestro país a través de sus representantes como Fedecámaras, Venamcham y Consecomercio, quienes esperan recoger sus frutos.
Para ello sus actores y operadores políticos, acostumbrados a la farsa y a obedecer órdenes a control remoto, han entrado en acción sin dejar de mostrar sus ambiciones y contradicciones internas en la búsqueda de alcanzar el poder.
Ante la propuesta de diálogo y juego democrático planteada por el Gobierno Bolivariano en la República Dominicana, los líderes políticos de la maltrecha MUD, fachada de un fracaso electoral, se muestran desconcertados y desnudos ante sus propios seguidores y han entrado en contradicción.
El pueblo opositor venezolano confundido por estrategias de violencia expresadas con guarimbas, bachaqueros y una guerra económica, ha comenzado a descifrar la farsa y el fracaso de sus líderes.
La falta de creatividad y la existencia de un proyecto creíble para el electorado que los salve de la crisis inducida a la cual han sometido al país, bajo una inflación sin parangón en la economía que sólo muestra como ejemplo los fracasos de Brasil y Argentina, donde precisamente le han quitado al pueblo sus conquistas laborales y sociales que son bandera en la Revolución Bolivariana.
Si bien hay que reconocer los estragos causados en la población venezolana por la guerra económica, con signos de alta migración masiva hacia los países del sur y una devaluación causada por ataques a la moneda, al mercado de alimentos y a los medicamentos, el pueblo ya identificó y conoce el origen de sus males (contrabando, acaparamiento, especulación, dólar today, etc.)
La respuesta del Gobierno del Presidente Maduro ha sido la de fortalecer el salario, aunque en realidad la medida no sido del todo efectiva y además, ha generado políticas macroeconómicas y cambios definitivos en el mercado cambiario, con la llegada de la criptomoneda representada por el Petro, un signo monetario que debe habilitarse lo más pronto posible.
Es por ello que ante el sorpresivo anuncio de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de nuevas elecciones para evitar una emboscada como la que permitió a la oposición conquistar la Asamblea Nacional (actualmente en desacato), se busca frenar un nuevo golpe de Estado y para ello se convoca con anticipación las elecciones presidenciales.
El chavismo ni corto ni perezoso ya despejó la incógnita con la candidatura del Presidente Nicolás Maduro Moros, el hijo de Chávez.
Mientras tanto, la oposición se cocina en su propia salsa de incertidumbre y de egoísmos rastreros, porque precisamente todos sus líderes quieren ser candidatos presidenciales y como el tiempo apremia, se espera la fecha definitiva de las elecciones, las cuales son en realidad una sorpresa en manos del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Las cartas están puestas sobre la mesa y la oposición, que busca ganar las elecciones sobre las cenizas del hambre del pueblo venezolano, asoma ya un mosaico de candidatos encubiertos o gallos tapados, como Lorenzo Mendoza "El Pelucón", Rodríguez Torres, Guillermo Aveledo, Rafael Ramírez entre otros y descubiertos como los patarucos de Ramos Allup, María Corina, Claudio Fermín, Andrés Velásquez, Henry Falcón, Julio Borges, Pablo Guanipa, Rafael Rosales y hasta el propio Ismael García.
La lista es larga y la Revolución Bolivariana ya tiene despejado el camino electoral con el Presidente Obrero Nicolás Maduro Moros. De la oposición - hemos dicho - podemos esperar cualquier cosa y lamentablemente, no se mandan solos.
Ya sabemos de antemano que esperan la orden desde la Casa Blanca y aunque quieran hacer antes un nuevo show, el mismo lo que busca es confundir nuevamente algunos incautos opositores venezolanos.
¡Amanecerá y veremos!