Los Derechos Sociales y de las Familias están consagrados en el Capítulo V de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así por ejemplo se consagra la protección integral a la familia como prioridad absoluta, el derecho a la salud, la protección a las personas en situación de discapacidad, el derecho a la educación gratuita, a la vivienda, al trabajo, entre otros derechos. En este sentido, el Plan Nacional Simón Bolívar, el primer programa del presidente Chávez fue el despegue para generar una nueva teoría de desarrollo nacional, bajo la premisa de superar las amplias desigualdades sociales. Si hacemos un cuadro comparativo entre las políticas sociales del gobierno revolucionario y los de la IV República, observamos grandes avances en la revolución. Durante los gobiernos puntofijistas se elaboraron informes en materia de políticas sociales que quedaron sigilosamente resguardados donde se describen los estancamientos de los mismos, donde los objetivos que se perseguían no se cumplieron. En función de esto no hubo desarrollo en el país, no se lograron las metas mínimas, razón por la cual Venezuela alcanzó niveles máximos de pobreza, miseria, desnutrición infantil, las tierras agrícolas se las repartieron entre los grandes terratenientes de la época, alto índice de analfabetismo, hubo cierre de escuelas técnicas y universidades, paros universitarios más largos de la historia del país, represión, desaparición forzosa de estudiantes y asesinatos. Esta fue parte de la Venezuela bonita que muchos añoran, según dicen cuando éramos felices y no lo sabíamos; pero llegó Chávez, luego Maduro, y los oligarcas de esa Venezuela comenzaron a extrañar al país que ellos crearon: la Venezuela rentista cuyos ingresos solo era permitido para ellos, generando un estado de postración, pobreza y marginalidad en un país con suficiente riqueza.
En los últimos 18 años el gobierno revolucionario ha realizado alrededor de 40 ajustes salariales con el fin de proteger al pueblo venezolano de la guerra económica implantada por el imperio y la comunidad europea. El gran repunte en avance social han sido las misiones bolivarianas desde el año 2003 hasta el presente, orientadas hacia la construcción del Socialismo del Siglo XXI. Siguiendo con ese precepto constitucional el presidente Maduro ha profundizado más en las políticas sociales para los venezolanos y ha aprobado bonos especiales para las familias, para mujeres embarazadas, personas con discapacidad, a hogares conformados por más de dos personas y hasta diez, beneficios éstos criticados por la oposición y por algunos adeptos al proceso, por considerarlos medidas populistas. Sin embargo, los beneficios de Maduro no gustan hasta que te tocan, puede ser el más acérrimo opositor y criticar la medida, pero si el mensajito de Maduro toca tu pantalla la alegría brota a flor de piel. Ya hasta algunos que no tienen el tan criticado carnet quisieran tenerlo, hasta preguntan ¿cuándo carnetizarán de nuevo?, a pesar de que digan de que toda persona beneficiada es para que el CNE tome esa data y computarle votos a Maduro. Algo así parecido con los bombillos ahorradores de energía donde los opositores no permitían que les colocaran en sus viviendas los mismos, porque Fidel Castro los estaba vigilando desde Cuba, tanta irracionalidad me asombra. El sector más vulnerable a esta crítica ha sido la mujer embarazada, quien realmente es una población bastante vulnerable, máxime si se considera que existen embarazos de alto riesgo, o adolescentes en estado cuyo proceso de gestación es de cuidado, o mujeres embarazadas producto de la violencia o no deseados. A esto podemos agregar el alto costo de sus medicamentos para que el niño nazca sano, para que su embarazo sea agradable y el parto más humanizado; el incremento de los pañales y demás productos para lactantes, entre otros gastos, los cuales sumados en su totalidad no cubren los mismos, pero son de gran ayuda si se otorga mensualmente.
Criticar y hacer burlas a la mujer en estado de gravidez porque va a recibir un bono especial es un irrespeto; pero mucho más lo es para aquellas damas, adolescentes o señoritas que aún no han salido en estado, a quienes instan las mentes perversas a que no trabajen, sino que "vivan del placer para que el gobierno les premie la barriga con el bono". Esto realmente es discriminatorio, ofensivo y degradante para cualquier mujer, ya que la mujer venezolana es trabajadora, no necesita abrir sus piernas para prostituirse por Bs. 700.000, mucho menos en esta etapa donde el hecho de sobrevivir a los embates económicos ya es un verdadero sacrificio. Además, sería bueno que esas personas machistas - feministas disociados, que colocan a la mujer como un objeto sexual, preguntaran a cualquier madre ¿cuánto cuesta en todos los términos (humanos, económicos y espiritual) llevar en el vientre a un ser? ¿Cuánto cuesta, igualmente en todos los sentidos, criar a un ser, desde que nace? Por primera vez un gobierno se preocupa por la atención económica de la mujer embarazada, pues a pesar de que los programas sociales en materia de salud de prevención, de embarazos precoces, no han llegado a toda la población, es una política de estado que llega en un momento oportuno para brindar un parto humanizado de manera integral. Sin embargo, debo decir también que el gobierno venezolano está en la obligación de mejorar, fortalecer y poner en práctica nuevas políticas de prevención en materia de salud, en los programas de salud sexual y reproductiva, en conjunto con el Ministerio de Educación para crear campañas de concientización, de información y de prevención tanto a niños, niñas, adolescentes (ambos sexos, ya que el hombre también es responsable de los riesgos de un embarazo no planificado), en todos las comunidades y escuelas del país.
Criticar a la mujer embarazada porque quizá es más vulnerable es por demás inhumano. Es el mismo derecho que tienen las personas con discapacidad y a quien ahora la revolución atiende y visibiliza, como dice la CRBV. Es el mismo derecho que tienen los estudiantes para ser beneficiados. Durante la IV república muchas mujeres murieron durante el parto, muchos bebés ni siquiera pudieron nacer porque no tenían condiciones para sobrevivir, muchos niños nacieron pero morían inmediatamente porque no tenían atención médica; voy mucho más allá, muchos niños murieron lombricientos porque no había antiparasitarios. Esto es historia viva. Las familias de esta era que fueron víctimas de las medidas del capitalismo, salvajemente sometidas a los estándares que le impusieron, saben que esa "Venezuela bonita" como muchos la llaman, fue de miseria y de dolor. Para avanzar al socialismo falta mucho más, pero colocar la permanencia de la vida como un principio fundamental es un gran inicio.