Fuiste tú quien nos enseñó, quien pedagógicamente nos orientó, en la construcción de una patria nueva. Desde aquel 4 de febrero de 1992 -cuando diste tu cara a los venezolanos y venezolanas en aquella ya legendaria rebelión de la juventud militar- la gente y el pueblo pobre grabaron tu rostro y tu mensaje en la memoria colectiva.
Recuerdo aquellos tiempos. Yo trabajaba en el diario El Periodiquito en el área de fotocomposición y simultáneamente colaboraba como articulista de opinión a través de la columna semanal "Educación, política y sociedad".
Cuando llegamos a la sede del diario, ese 4-F en la mañana, vimos las barricadas en el Cuartel Páez. Íbamos a pie y nos topamos con un grupito de adecos y copeyanos que no llegaban a 25 personas, quienes bloqueaban parcialmente la avenida 10 de diciembre a la altura del cruce con la calle Brión. Los partidarios de AD y Copei instaban a los transeúntes a defender dizque a la democracia. La gente no les paraba. Las y los ciudadanos sólo se preguntaban quiénes eran aquellos militares que habían dado un paso al frente ante la corrupción reinante en el país.
El temor era que los alzados fueran de derecha, acostumbrados como estábamos en Latinoamérica, a las asonadas militares tradicionales de los gorilas proimperialistas, como por ejemplo Pinochet y Videla. Afortunadamente, con el transcurrir de las horas, se vislumbró el carácter nacionalista y de izquierda de los protagonistas.
Pasadas las 11 de la mañana del 4-F, el comandante de la sublevación salió en los canales nacionales de televisión. Conocimos a Hugo Chávez gracias a su primera cadena de apenas unos segundos y con su alocución y un "por ahora" inolvidables, logró cautivar al pueblo sufrido de aquella Cuarta República.
"Compañeros, lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital –dice Chávez, ante las cámaras de los principales medios del país-. Nosotros, aquí en Caracas, no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy bien allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre".
Desde ese 4 de febrero, arranca la historia que el 5 de marzo de 2013 se convirtió en leyenda. Los renegados de esta tierra de héroes se vieron reflejados en el Comandante Hugo Chávez. Desde 1992 al 2013 pasaron 21 años de construcción y de desarrollo de las bases de la Revolución Socialista Bolivariana.
Comandante Chávez, fuiste un relámpago que iluminó de repente el horizonte, subiendo con tu proyecto y tu revolución (que también era el proyecto y la revolución del pueblo) hasta el cenit, para convertirte en el Sol de nuestra Patria.
Fuiste el padre, el hijo y el hermano de millones. Millones fueron tus madres, tus padres, tus hijos, tus hijas, tus hermanos y tus hermanas. Estarás un tiempo en tu amado Cuartel de la Montaña y luego, más temprano que tarde, reposarás en el Panteón Nacional en compañía de los Libertadores y Próceres de la Patria. Ya el pueblo te bautizó como el Redentor de los Pobres y el Libertador del Siglo XXI. Ahora nos toca a todas y todos continuar consolidando la Revolución al lado de nuestro Presidente Nicolás Maduro. ¡Chávez Vive! ¡La lucha sigue!