Algunos empresarios del estado Aragua creen todavía en el capitalismo salvaje. Piensan que los trabajadores no valen nada y ni siquiera se percatan de la importancia de estos dentro del proceso productivo de sus empresas. Al parecer, presuponen que sólo son esclavos a su servicio, indignos de la más mínima consideración. Pero con esta actitud lo que demuestran es miedo, un terrible miedo al grupo social más poderoso e importante del planeta: la clase obrera. Sepan estos pseudoempresarios, que en el país desde hace más de 26 años (4-F 92) soplan vientos de cambio, gracias a la revolución popular concebida por nuestro Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frías y proseguida por el Presidente Obrero Nicolás Maduro.
Vale decir que el capitalismo salvaje se caracteriza por la explotación irracional de los trabajadores, el desconocimiento de sus más elementales derechos y la desmejora continua de sus beneficios económicos. Para esto recurren a las más deleznables trapacerías, a fin de expoliar las pocas prebendas que los obreros se han logrado ganar con su sudor y sacrificio diario.
Lamentablemente los organismos oficiales (léase algunas inspectorías del trabajo, afortunadamente no todas) destinados a la defensa de los trabajadores, a veces están minados de corruptos que se venden por unas pocas lochas a favor de estos "amos" representantes del capitalismo salvaje.
Necesario es entonces, llamar a los empresarios conscientes a apoyar, en primer lugar, a nuestro Presidente Obrero Nicolás Maduro y en segundo lugar al mandatario regional Rodolfo Marco Torres, máximo líder de la revolución en Aragua, quienes vienen haciendo una labor titánica y revolucionaria en la lucha contra muchos patronos inmisericordes que hacen de las suyas atentando contra el bienestar social y la suprema felicidad de los trabajadores, máximas prerrogativas de la Revolución Bolivariana.
El consejo para los oligarcas, a los que no les gusta tratar con la "plebe", es que dialoguen, que bajen la guardia y respeten el salario y otros beneficios de los obreros. Aquí nadie está jugando metras, ni trompos ni perinolas. Aquí hay una revolución del pueblo a la que tienen que respetar. El Comandante Chávez dejó un legado, a través del cual sigue repitiendo a todos los gobernantes regionales y locales del país que apliquen todo el peso de la ley a empresarios de la calaña descrita en párrafos anteriores. "Si no lo hicieran, lo que demuestran es un profundo desprecio e irrespeto hacia los lineamientos de la revolución. Ni siquiera son pescadores en río revuelto. Son más bien traidores a la revolución y fariseos hipócritas", expresó el Presidente de la República en una reciente reunión con líderes revolucionarios de toda la nación. A ponerse las pilas pues… A desechar el capitalismo y luchar por el socialismo… A defender el salario de los trabajadores y respetarle los derechos adquiridos. Si obvian estos lineamientos, la carreta de la historia simplemente les pasará por encima…