No necesitan disfraz ¡son terroristas!, pensaría el Presidente de República Dominicana, e igualmente su Ministro de Relaciones Exteriores, al ver que unos venezolanos con careta de “decentes dialogantes”, viajaron a Santo Domingo y luego de aceptar un preacuerdo, rompieron su palabra a fin de obedecer intereses extranjeros que desean invadir a Venezuela. Se negaron a firmar el acuerdo final que habían rubricado horas antes, e incluía la fecha 22 de Abril para la elección presidencial. Se quedaron los bolígrafos en la mesa.
Posiblemente el Presidente Medina desconoce en su patria quisqueyana, -cuna de Luis María Frómeta “Billo”-, inolvidable dominicano-venezolano, que en Venezuela hay quienes por razones políticas pitiyanquis arrastradas, no protestan cuando por ejemplo, desaforados saboteadores ponen en riesgo a los enfermos del nosocomio principal de Caracas, el “Hospital Universitario”, cortando un tubo conductor de oxigeno hacia los quirófanos.
Al amable Canciller dominicano Vargas, posiblemente le parecerá absurdo que la prensa privada venezolana, hegemónica a favor de opositores al socialismo bolivariano, voceros permanentes de la oposición a Chávez y Maduro, sea celestina y no informe con especificaciones la irregularidad, y de manera carroñera reseñan el peligro de muertes, indicando que de producirse se deberían a “la falta de mantenimiento en el Hospital”.
El mundo observa y en política estudia, el feroz acoso internacional financiero y de todo orden al pueblo venezolano, evidenciando trogloditas acciones del imperialismo mercantilista explotador, que nos amenaza militarmente y nos llama peligrosos, pisoteando las reglas de la democracia eleccionaria, que en nuestro caso ha sido y será perfectamente vigilada internacionalmente, auditada antes, durante y pasadas las numerosas citas electorales.
