"Cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo".
(Refrán popular)
Resulta por demás interesante el nuevo llamado a la paz que hace el Presidente Nicolás Maduro Moros a su colega colombiano Juan Manuel Santos a raíz de los anuncios realizados por el mandatario neogranadino en su reciente visita a la población fronteriza de Cúcuta, en el Departamento Norte de Santander.
La medida que parece contradictoria ante los reiterados ataques del mandatario colombiano contra la Patria de Bolívar, resulta aún más extraña cuando la misma está acompañada de aplausos y más aún, cuando todos sabemos que el líder de la oligarquía bogotana visita muy poco está región oriental de Santander, la cual fue muy consentida por el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Según las palabras del Presidente Maduro en la sede del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), la situación es propicia para un diálogo y un plan conjunto por la paz en la extensa frontera de más de 2.019 kilómetros que nos separa de Colombia, nacida bajo el abrigo de El Libertador Simón Bolívar en 1819 en las riberas del Rio Orinoco en la antigua ciudad de Angostura y, que hoy es castigada por el paramilitarismo, el narcotráfico y el contrabando.
Para concretar su deseo de un nuevo acercamiento el Presidente Maduro designó al Canciller Jorge Arreaza y al Vicepresidente y ministro de la Defensa Vladimir Padrino López, para coordinar el encuentro con la Canciller colombiana María Holguín y el ministro de la Defensa Luis Carlos Villegas.
Para el Mandatario venezolano conocedor de las lides de la diplomacia desde que fuera Canciller por varios años con el Presidente Hugo Chávez y observador de la actuación de Colombia, no resulta nada fácil volver a traer al redil al Presidente Juan Manuel Santos, quien se descarriló desde hace ya un tiempo, muy a pesar de haber recibido el "Premio Nobel de la Paz".
Todo cobra importancia porque no es casual que la movilización de tropas de Colombia hacia la frontera con Venezuela, se ejecuta inmediatamente después de la visita del Secretario de Estado de los EEUU y expresidente de la Exxon Mobil Rex Tillerson.
Sólo basta ver los videos de las declaraciones de Juan Manuel Santos ante el alto funcionario del gobierno norteamericano, donde el huésped de la Casa de Nariño, casi se babeaba y se lucía hablando pestes de Venezuela en inglés, como si su español colombiano, le fuera indiferente aún a sus propios neogranadinos.
A todo ello se suma la participación que ha tenido el Presidente Santos junto al "Cartel de Lima", para despotricar y denigrar de Venezuela por tener un sistema inspirado en la Revolución Bolivariana de Hugo Chávez, cosa que lo muestra sumiso a los dictados de la Casa Blanca, y lo desnuda como representante de la oligarquía colombiana, cipaya y heredera de Francisco de Paula Santander.
Pero volviendo al tema de un Plan Común por la paz en la frontera anunciado por Maduro, motivo que también inspiro al Comandante Chávez a buscar un diálogo de paz para firmar un acuerdo entre la guerrilla de las FARC y el gobierno colombiano en Cuba, hoy vemos como la comunidad internacional ha sido testigo de la actuación del Presidente Santos junto a su compinche Uribe contra los líderes sociales y exguerrilleros a quienes han asesinado, así como lo hicieron en el pasado con la Unidad Patriótica, partido formad principalmente por miembros del grupo guerrillero del Ejército de Liberación Nacional, ELN y otros grupos de izquierda de Colombia.
En realidad en el mundo de la diplomacia todo es posible y la convivencia pacífica entre dos pueblos hermanos, condenados por la historia a vivir juntos, es un fin superior por encima de las diferencias ideológicas o políticas y además, es por este fin superior que apuesta el Presidente Nicolás Maduro, recordando al magnánimo Simón Bolívar con su enemigo y traidor Francisco de Paula Santander.
Por detrás de los pactos de la oligarquía colombiana y los intereses del narcotráfico y paramilitares con el Imperio norteamericano, el Comando Sur, la OTAN e Israel para invadir Venezuela tras el botín de sus riquezas (petróleo, oro, diamantes, Coltán, etc.) está la fuerza de los pueblos.
Ante este panorama indeseable para los amantes de la paz que son los pueblos, como el de Colombia y Venezuela y no sus oligarquías, es que recordamos la "Guerra del Petróleo", canción del "Cantor del Pueblo" Alí Primera:
"A mí me daría dolor
Que nos matemos, mi hermano
Ven amigo colombiano
Vamos juntos a luchar
Nuestros lazos de amistad
Por siempre perdurarán
Somos hijos de la patria
Que nos dejó el libertador
Y a defender con amor
Su herencia nos llama.
El Orinoco y el magdalena se abrazarán
Entre canciones de selva
Y tus niños y mis niños
Le cantarán a la paz"
¡Amanecerá y veremos!