En las incongruencias de comportamiento que en esta etapa de la vida venezolana hemos observado y padecido, básicamente por haberse desatado la demostración fehaciente de una ausencia de solidaridad ciudadana, somos el único país del mundo donde quien recibe un beneficio salarial, casi que lo maldice, porque los empleadores que no les elevan mottu proprio, aumentan todo como les de su real y "democrática" gana.
Incoherencias "a la venezolana", nación donde una dirigente sindical frustrada, que apoyó al chavismo y a las primeras de cambio se marchó, mucho antes de la partida terrenal de Hugo Chávez, "bravita" porque no le dieron importancia ejecutiva, es decir cargo burocrático ministerial o vice ministerial. La dama concuerda con el Presidente de FEDECAMARAS, es decir representante obrera armonizando prosternada, con el jefe de los empleadores explotadores o no.
"Este aumento no responde a las necesidades de los trabajadores, si fuera así estaría ajustado por lo menos al precio de la canasta alimentaria, que pasó de 24 millones de bolívares en enero. Es sólo respuesta espasmódica del régimen en momentos que su nivel de aceptación es mínimo", afirmó Marcela Máspero, dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores.
Y Carlos Larrazábal, presidente de Fedecámaras, coincidió diciendo "el aumento no beneficia a ningún trabajador, pues el poder de compra está muy deprimido, e insistió en medidas para elevar la producción...". Cinismo y del más desfachatado, porque la mayoría de industriales y empresarios consolidados en Venezuela, piden dólares preferenciales al gobierno, e invierten en negocios en otras naciones, repito que son CINICOS MAYUSCULOS.