En estos días, Luis Vicente León, señaló que de hacerse una elección normal, el presidente Maduro, solo obtendría un 41% de los votantes que son los que están decididos a votar por él, es decir, los seguidores del gobierno. Esto significa que sería arrasado por su contrincante. Sin embargo, sostiene además que, existe un problema que es el llamado a la abstención que hace la oposición, la cual es apoyada por el secretario general de la OEA, Luis Almagro, a fin de no legitimar el gobierno de Maduro. Al respecto, se debe acotar que, aun cuando el abstencionismo pueda ser cuantitativamente significativo y que pueda constituirse en amenaza para la legitimidad del presidente, lo que cuenta realmente y a lo que se le da mayor importancia, es a los resultados obtenidos por los candidatos participantes. Es decir, se gana con un voto, independientemente del resultado de la abstención.
Pero, si ese es el plan de la oposición, al gobierno le correspondería en consecuencia profundizar su campaña por la presencia del voto duro el día de las elecciones, porque no debe haber causa alguna que justifique el criterio abstencionista. En otras palabras, el PSUV tiene que mostrar unión y fuerza, pero sobre todo conciencia en relación a no abstenerse a pesar de la situación económica que vive el país. En ese caso, se puede resumir la idea de que si la oposición se abstiene, el gran favorecido sería el PSUV, debido a la gran cantidad de voto duro que tiene en todo el país y de allí que la permanencia del presidente Maduro en el gobierno se prorrogaría por 6 años más.
Pero, siendo difícil analizar la realidad del voto duro por las implicaciones que tiene, debe quedar claro que el PSUV en las últimas elecciones ha tenido un comportamiento que presagia para las presidenciales un triunfo seguro con abstención o sin ella. En ese caso, habría que confiar en ese voto a pesar de la crisis económica que se padece. Pues, existe una tendencia en la cual, si aumenta la participación del voto duro, se reduciría la abstención, y para eso se hace importante que el PSUV establezca estrategias cónsonas con la realidad actual cuyo fin sea captar el voto a través de los recursos propagandísticos, así como movilizaciones y otras actividades como las que realiza ahora, con el asunto de la carnetización o actividades propias de enfrentar la guerra económica. Esta lucha es dura, pero, todo eso es válido.
A propósito de lo referido, es obvio que una de las variables que tendría más fuerza en las elecciones presidenciales y por la cual se orientarían los electores, en cuanto a votar o no, es la economía. De la valoración que haga cada quien de esta variable dependerá el voto. En todo caso, el mismo estaría directamente relacionado con las perspectivas económicas. Es decir, si quienes evalúan mal al gobierno dicen que no irán a votar, esto incidiría en una mayoría que perjudicaría al partido que gobierna. Precisamente, en esta onda, es donde se basa la oposición para estar haciendo llamados a la abstención.
Pero, desde otra visión, si desde el chavismo en vez de valorar la economía en sus aspectos negativos, se valora la situación del país en base al bloqueo económico que se está dando en la actualidad en contra de Venezuela y el cual incide en que la economía marche mal por inducción, aunque muchos no aceptan esta posibilidad porque su empeño es salir de Maduro a costa de lo que sea, entonces podría darse un voto de confianza al presidente Maduro, al considerar que él solo no puede asumir las culpas de algo para lo cual ha tenido demasiados obstáculos que no le han permitido gobernar. Asimismo, no sería extraño que gente consciente que políticamente no se ubican dentro de una ideología, aunque duden a quien dar su voto, pueden manifestarse igualmente, por el presidente Maduro, si confían en que parte de la promesa que hace se relaciona a un mejoramiento y despegue económico del país, a pesar de las constantes amenazas del imperio. Esa confianza vendría dada por la esperanza en que se ha convertido el petro, como factor de fortaleza para la economía como tal.
De todos modos, la abstención no puede considerarse un mecanismo eficiente para impedir que el partido hegemónico en los últimos años en Venezuela (PSUV) mantenga su prevalencia a nivel nacional e inclusive en los estados en donde ganó recientemente, las gobernaciones o las alcaldías. Existe igualmente, un recurso importante del cual debe valerse el PSUV, que es la lealtad a Chávez y a la revolución, que no es más que la identificación del llamado voto duro del cual se comentó anteriormente. En otras palabras, la abstención a la cual se le hace propaganda de guerra, puede aligerar la participación del voto duro, que lo hay, tal como se ha mostrado en las últimas elecciones regionales.