La política es probablemente la ciencia más inexacta, por tal motivo, no hay recetas ni predeterminaciones, carece de axiomas, es por ello que las leyendas urbanas de este tipo son solo eso "leyendas", pero son utilizadas por unos y otros a conveniencia propia. En la política lo real, lo cotidiano, lo palpable es lo único que debe gozar de credibilidad.
Es por ello que tenemos dictaduras que duran días, semanas o décadas, es por ello que existen naciones austeras en recursos naturales pero con altísima calidad de vida o, como en el caso venezolano, países con abundancia ilimitada de recursos y bellezas naturales pero con una población viviendo en condiciones tercermundistas. Es por ello que hay democracias prósperas y no tan prósperas, incidencias militares positivas o dantescas en las sociedades a las que pertenecen, es por ello que existen participaciones internacionales buenas, malas, regulares… en fin, lo que ocurre en cada país es exclusivo de la coyuntura histórica, de los actores del momento, de la evolución o involución de su derecho, educación, economía, ciencia, tecnología y un sinfín de factores más.
Por eso, hablando ya de Venezuela, no hay que creer borreguísticamente en lo profesado por los políticos de oficio, sean del gobierno, oposición o medias tintas. Fíjense, es muy común oír en estos días que "la economía no tumba gobierno" a lo que nos preguntamos como ejemplo ¿Entonces qué ocurrió en Argentina y Ecuador en el 2000, así como en Haiti 2004? fue el hambre quien tumbó a esos gobiernos producto de una economía caotizada. Unos replicarán ¿Y en el caso cubano? ¿Cómo es posible que un pueblo con un racionamiento de alimentos tan indignante exhiba una dictadura de 60 años? La respuesta es justamente lo argumentado arriba ¡Cada nación es un caso aparte!
La historia es la mejor profesora, por eso naciones como Alemania, luego de la segunda guerra mundial, restructuró su constitución, reforzó la institucionalidad del Estado para evitar se repitiese lo de Hitler, Japón también aplicó lo propio, hoy ambas naciones experimentan una calidad de vida inimaginable. En Venezuela el cuento es otro, repetimos una y otra vez los mismos errores, solo que en cada repetición los agravamos; el centralismo, la partidización de las instituciones, la opacidad en el manejo de los recursos públicos, la idolatría a gobernantes, el no jerarquizar las necesidades sentidas del país, el no apegarnos a la ley, hoy nos hunde mucho más que hace 40 años.
Lo que ocurre en Venezuela es en extremo complejo, solo se puede solucionar comprendiendo lo que ocurre aquí y hoy: 1) ¡Vital! El gobierno no puede ser quien siga imponiendo qué juego jugar y cómo jugarlo. 2) El gobierno se encuentra sin respaldo popular, dividido/enfrentado internamente, todo cuanto tiene es ilegal, ilegitimo y por la violencia, no aguantaría la envestida de la presión social permanente ni de una oposición organizada, planificada. 3) La organización opositora debe (inmediatamente) incluir sectores sociales y un renovado liderazgo político ¡Real! Al respecto, la inclusión de Rodríguez Torres y Gabriela Ramírez en el Frente Amplio es una torpeza histórica. 4) La mediación internacional es indispensable. 5) El problema del país no es electoral, está demostrado que la desinstitucionalización reinante siempre arrojará mismos resultados, incluso en los escenarios donde la oposición gana. 6) El cambio anhelado es posible con acciones/decisiones contundentes/permanentes. 7) El único acercamiento del gobierno con los venezolanos (partidos/pueblo) debe ser para sentar las bases para otro proyecto país, otro gobierno ¿Por qué? Es lo que exige su rotundo fracaso, su forzada, innatural, inconstitucional e ilegitima estadía en el poder…
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