Lo que vivimos los venezolanos a diario y a cada instante pareciera se tratase de nuevos episodios escrito por novelistas fatalistas de esos que prefieren la prevalencia de una determinada estirpe sobre otra.
Los pobres, el grueso de la población venezolana, sortea cada prueba de fuego en un tiempo en el que los estándares macroeconómicos dirigidos por las grandes potencias y el imperialismo norteamericano evitan la diversificación de mercados y la conformación de nuevas alianzas.
Pero mientras esto último no logra consolidarse en aras de más opción para el consumidor la maniobra del gran capital es mantener el monopolio de algunas economías como la venezolana, dependientes del petróleo, en un estado de amarre total con ciertos rubros cuyas marcas hace rato se declararon dueñas y amas del territorio, o sea, una versión más perniciosa y tirana que la llegada de los invasores europeos en el Siglo XV al nuevo mundo, por cuanto ahora matan de hambre y miseria a la población menos favorecida en vez de hacerlo con pólvora y tortura, a sangre fría. Tal exterminio lo ejecutan los monopolios internacionales de manera expedita restringiendo sus productos y valiéndose de un capataz de lujo que mediante firmas impone bloqueos financieros. Así se empieza la desmoralización.
De modo que tales consecuencias ha ocasionado en la población venezolana las más indecorosas situaciones por culpa de estos apocalípticos extranjeros que no cesan en seguir extrayendo todo tipo de riqueza que pueda ser aprovechada para mantener engordando otras economías, especialmente la norteamericana y la de Europa occidental. Por supuesto, los temigas criollos, judas de estos tiempos modernos, de acuerdo a sus petitorias al bloqueo económico nacional, la invasión extranjera y la solicitud al magnicidio son los principales responsables de ese antipatriotismo que anda sin orientación alguna por calles y redes sociales.
De más está decir cuesta creer ver a esta dirigencia política opositora hacer un acto de contrición y levantar la moral de una nación en el campo de la productividad como es el caso saber si una transnacional como Polar utiliza terrenos para la siembra no solo de maíz sino de otros rubros y contemos los venezolanos con mayor variedad de harinas como de yuca, arroz, avena, sorgo en vez de tropezar con tantas latas y botellas de cervezas hasta en los pueblos más humildes.
Lamentablemente la lógica del capital no mira ese tipo de progreso porque simplemente no es humanista. Menos que menos que esos agricultores nóminas de Polar cuenten con extensiones de siembra y casas propias construidas y entregadas por el propio Lorenzo Mendoza.
Desde luego el sector privado sí crece y mucho pero no para beneficio de sus trabajadores, se fortalece mediante la explotación del hombre por el hombre más la inyección de divisas extranjeras que le dan voluptuosidad para manejarse a expensas del epígrafe de la globalización. Trampa bursátil, en donde el pez gordo sí anda con la barriga llena y las cuentas bancarias contentas.
La llamada era postchávez nos trae un cúmulo de episodios que invitan a la revisión profunda no sólo en el aspecto económico sino a redimensionar la política, lo social, lo cultural. La fortaleza de un revolucionario cabal depende de su conciencia y plataforma ideológica atribuibles a experiencias compartidas siempre ligado a los procesos revolucionarios.
En tal sentido, un hecho de alta dimensión y delicado como lo ocurrido en un comando policial con las características de las Navas Spínola en Valencia evidencia la fragilidad de un modelo económico, la ingobernabilidad de un Estado, el descuido de las instituciones por parte de los sectores públicos y privados; en resumidas cuentas: el desmejoramiento de la calidad de vida del ciudadano de a pie.
Podríamos inferir la Comandancia de la Policía de Carabobo se convertirá en otra "Sayona" si es que ya no lo es, especie de propaganda malsana de los medios corporativos para atacar una vez más al Proceso Revolucionario Bolivariano desde los puntos estratégicos que hacen posible disparar con tal de desprestigiar la avanzada socialista en América del Sur liderada por Venezuela. Y para Mr Trump tal noticia le cae como anillo al dedo para guarecerse de los entuertos que su política lleva a cabo en materia de armas de fuego en recintos escolares. Para el gobierno mexicano manejarse con este tipo de información qué mejor momento no es favorable dada las desapariciones forzadas y el asesinato en masa de estudiantes universitarios en suelo azteca. Para el Ejecutivo colombiano esta es una dulce ocasión que puede solapar su despiadada ola de eliminación de dirigentes campesinos al compás de las acciones paramilitares. Y en Brasil harán valer el poder mediático para dejar en un segundo plano el vil asesinato de la concejala Marielle Franco y el ataque fascista al candidato del Partido de los Trabajadores Lula Da Silva.
Es por ello que estas bifurcaciones guardan una estrecha relación a la hora de enterarnos de un nuevo drama para los pobres, especialmente mujeres, unas madres, otras esposas o compañeras de vida ante la inefable y teledirigida realidad nuestra.
El antagonismo no ha traído buenos dividendos, y en Venezuela la lucha de clases no adquiere aún las dimensiones propias de la conciencia del proletariado. Por otra parte el capitalismo depravado se maneja a sus anchas y contrasta con lo punible. He aquí un nuevo acto de impotencia por no hacerse los correctivos a tiempo a falta de unir criterios.
Desde las aulas de la Universidad Experimental de la Seguridad cuántas veces no se ha discutido sobre hacinamiento de los comandos policiales sin distinguir si es PNB, estadal o municipal. Inclusive hemos tomado en cuenta la sobrepoblación en los calabozos del Cicpc.
Ante tal situación los mismos uniformados de la Policarabobo han expuesto de las mil maneras este tipo de falla de nuestro sistema judicial y penitenciario pero quién va a pararle bolas a policías y privados de libertad si ellos son parte de la chusma. Entonces, ¿de qué vale trabajar con proyectos de investigación con paradigma cualitativo si la acción participativa no repara en soluciones a futuro?
El pueblo es sabio y paciente. Se resiste con tal de prevalecer la paz pero tal condición no puede ser garantía para tanta indiferencia e incompetencia por parte de quienes se ventilan en la alta dirigencia gubernamental e institucional.
Tengo tanta vergüenza por todo lo ocurrido que siendo docente de investigación de la Unes pongo mi cargo a la orden por no saber enfrentar el ostracismo gubernamental que asiste a nuestro pueblo. De igual manera exhorto al que está arriba y más arriba de mí a que haga lo mismo, como lo son los coordinadores de Investigación, la directora de Unes Carabobo, el rector de esta casa de estudios, el comandante de las Navas Spínola, el comandante de la Policarabobo, el secretario de Seguridad y el gobernador de la entidad carabobeña. De igual manera la medida la deben considerar el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, la ministra de Asuntos Penitenciarios, el presidente del Tribunal Supremo de Justicia y esto también debe ser un mea culpa para el presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela por cuanto cómo es posible no haya carácter ante tanta incapacidad frente a una pléyade de vividores vestidos de rojos, rojitos. Es una historia de nunca acabar y peor humillación no puede haber.
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