Reflexiones ingenuas: "La falacia como modelo científico"

La crisis de la sociedad venezolana supera cualquier fenómeno susceptible de ser conocido, explicado, analizado racionalmente. Por supuesto esto es explicable debido a que en una sociedad en revolución los paradigmas entran en contradicción y se establece una confrontación entre teorías, tendencias cognitivas, modelos de explicación.

Esto, expresado en términos de Gramsci constituye lo que se llama la "crisis orgánica" del modelo social, estado de la sociedad en el que entran en contradicción las fuerzas productivas, la clase dominante y las otras clases de la sociedad ya no puede imponer sus leyes, postulados, ideología, generando la pérdida de hegemonía, lo cual permite la eclosión de diferentes posturas que se enfrentan a la teoría dominante.

En esta situación se enfrentan modelos que intentan explicar el origen de las sociedades, del conocimiento, de la ciencia, de las clases sociales, de la educación, sistemas económicos, entre otros que intentan imponer sus propuestas, tesis, postulados, lo que genera una crisis de los paradigmas. Muchos de ellos surgen con nuevas propuestas, otros son simplemente una visión retrospectiva, una marcha atrás.

En la Venezuela de finales del Siglo XX y ya en la segunda década del S.XXI, con el advenimiento del Socialismo del S. XXI y la Revolución Socialista Bolivariana, la lucha de clases, de paradigmas, de nuevas formas de conciencia social, ha impactado profundamente el mundo de las ideas, de la ciencia, de las teorías sociales y científicas tocando incluso, las concepciones revolucionarias como el marxismo, y las teorías políticas como el leninismo, el guevarismo y el socialismo bolivariano, sin dejar de reconocer sus méritos. No obstante, estos puntos de vista no dejan de entrar en contradicción debido al contenido epistemológico y pragmático incluido en ellos.

Pero igualmente proliferan posiciones identificadas con una visión historiografía, o positivista, funcionalista de la sociedad debido al solapamiento de diversos enfoques o puntos de vista o incluso una visión ecléctica de la sociedad, es decir, una diversidad de postulados, entremezclados sin un hilo conductor que explique el devenir y puedan inferirse proyecciones del mismo.

Igualmente una visión posmoderna que cambia el sujeto de la historia, que valida diferentes propuestas aduciendo que "todo vale", que no hay leyes históricas, que no hay un futuro previsible, que ya no se trata de la clase históricamente llamada a hacer la revolución sino que es un nuevo sujeto, como por ejemplo la comuna, en sustitución de la clase obrera.

No es de sorprender, entonces, que entre las críticas que se están esgrimiendo, desde el seno de los "izquierdistas disidentes" al intento de resolver el problema grave y angustiante de la economía venezolana, de superar los altos niveles de improductividad, de inflación, del cerco económico que ha tendido el imperio, sean críticas manidas provenientes de "fósiles científicos" que pulularon los espacios académicos de la IV República, que en su momento, años setenta y ochenta, no aportaron nada que pudiera solucionar la crisis del capitalismo, pero que hoy son recogidas como "mágicas recetas" para negar la posibilidad de un avance novedoso la utilización del Petro como vía para lograr romper el embargo económico y sus consecuencias. Es decir, que muchos socialistas tránsfugas hoy recurren a críticas y fórmulas capitalistas para solventar la crisis que vive el naciente socialismo bolivariano lo que nos indica que sus posturas no sólo son de carácter político, sino que van más allá, que constituyen la quintaesencia de la abjuración total de lo que fue su pasado revolucionario, si es que verdaderamente lo fue en su interioridad.

Con estas expresiones seudo académicas podemos inferir, sin lugar a equivocarnos, que no faltarán chamanes, profetas, pitonisos, adivinos que criticarán o propondrán nuevas fórmulas para la superación de la crisis actual, o que sus postulados sean usados por los evadidos de la concepción materialista de la historia como propuestas para "anatematizar" la aplicación de nuevas estrategias destinadas a romper el cerco económico, mediático y político que nos tiene tendido el imperio.

Es decir, el escenario social, político, académico, filosófico, científico de la Venezuela bolivariana y socialista, se ha convertido en una comparsa carnavalesca, en donde cada participante adopta el disfraz que más le apetece, se quita la careta y muestra su propio "yo", adopta la posición que más le interesa, asume el compromiso que más le interesa pero no lo cumple si no le conviene, se viste de "rojo-rojito" si hay biyuyo por el medio; renuncia a su cargo en el gobierno si ya no le sirve para amansar fortuna; me retrato con Maduro si me sirve para escalar posiciones políticas o sociales; soy socialista si me ayuda a ascender en mi trabajo, escala social o política; es decir, un mundo de falsedades que infectan tanto al sector gubernamental, "neo-opositor" y de la derecha.

Por tal razón la mayoría de las propuestas "científicas" con las que se pretende transformar la sociedad, cambiar al gobierno, mejorar la economía proviene del mundo de los sofistas, de los "equivoquistas" contemporáneos. Para explicar la realidad parten de "falacias", de sofismas por lo que sus resultados son falsos, inválidos ya que el razonamiento lógico nos dice que de una falsedad nunca su llega a una verdad. Entonces, el pretendido modelo científico de los "arregladores" de marras del socialismo, de la crisis de la sociedad venezolana, es un modelo falso, un modelo que nunca llegará a ser realmente validez científica, teniendo igual grado de certeza que los postulados de la brujería, la predestinación, la magia, la superstición, la adivinación, los oráculos.

Y, como la debilidad del pensamiento se traduce en inconsistencia en actos, expresiones, razonamiento, vocabulario, a menudo leemos tamañas jeringonzas que nos evidencia el caos psicológico y cognitivo de sus autores. O el desquicio de su psiquis a través de los textos escatológicos, ofensivos con los que increpan a quienes consideran sus adversarios u oponentes políticos, intentando validar sus vacuidades presumiendo de un currículum académico, un pasado político militante, una personalidad fulgurante, cuando en realidad tal muletilla lo que hace es, precisamente, poner en evidencia su lúgubre y triste condición personal.

En fin, estamos en presencia de un escenario que, por la complejidad de las condiciones sociales, políticas e históricas, cualquier cosa puede surgir, cualquier cosa puede presentarse como la panacea para resolver la crisis que lo caracteriza, y es precisamente, una de las debilidades que amenazan con una "vuelta al pasado", un retorno al oscurantismo, represión y muerte, constituida por la falta de una formación política, cultural, moral, ética con la cual se formaran las generaciones venideras, el futuro del país para la construcción de las sociedad libertaria, socialista, justa, incluyente.

Esta situación complicada nos reta a usar la imaginación, coraje, fuerza moral, de valentía para desmontar las trampas, los ardides ideológicos, los disfraces de los aleves, de los traidores, de los oportunistas; de denunciar sin temor los errores, omisiones, actos delictivos a fin de despejar el camino de marañas, alimañas, superar farallones, escoyos y lograr enrumbarnos por el camino del socialismo, la justicia social y derrotar la conspiración, la guerra asimétrica, al imperialismo y a la derecha canalla.

Patria, socialismo o muerte. Venceremos

El camino sigue siendo largo. Consolidemos nuestros triunfos



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Carlos M. Rodríguez C.

Estudió en la UCV. Docente jubilado

 carrodcas@gmail.com

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