Con el supuesto objetivo de "pacificar", la ONU ha ingresado a países donde los soldados de las Fuerzas de Paz, conocidos como "cascos azules", han sido denunciados por los pueblos de drogar y abusar sexualmente de adolescentes. Al menos 2 mil casos cometidos por estos militares alrededor del mundo, y muchos de los agresores no han ido a prisión. La "ayuda humanitaria" que tanto reclama la derecha nacional e internacional sobre Venezuela, podría tratarse de un movimiento que solo busca la desintegración del Estado, sin velar por la seguridad del pueblo venezolano.
Entretanto tres Ángeles de la Guarda, Antonio Ledezma, Carlos Vecchio, prófugos de nuestra justicia, y el infaltable "Manolito" de Mafalda, cónsules de Trump y conchabados del capitalismo salvaje gringo, van a Francia a pedir "más sanciones personalizadas contra funcionarios del gobierno venezolano", sin presentar pruebas. Como el ladrón juzga por su condición, aducen venta ilegal de activos del país en oro y el petro. Reconocen entonces la importancia de la criptomoneda venezolana, preocupados por volver al poder que ejercieron hasta 1999, y que el oro regalado por Caldera y Lusinchi al exterior, les sirva de fianza para solicitar préstamos de los cuales les queden jugosas comisiones.
Volverían ladrones del oro, diamantes, coltán, litio, agua, en gobiernos pitiyanquis. Cínicos, desconocen el ingreso de oro al Banco Central, ya que Chávez rescató nuestro recurso áureo de la banca europea y estadounidense. Cambiarían disposiciones nacionalistas de la Carta Magna, y se dicen demócratas… EL lenguaje traidor los delata, el tercer Arcángel Julio Borges, afirma "Existen tres aspectos que determinan el futuro del país: colapso social, presión internacional o la fractura política y militar, porque Venezuela está paralizada". Si estamos graves ¿qué son casi 10 millones de viajeros en Semana Santa, y millones carnetizados en el PSUV?