La presente campaña electoral es realmente atípica, veamos lo que está pasando en la calle. A estas alturas a menos de dos meses del día de las votaciones son pocas las discusiones o conversaciones acerca de las elecciones más importantes para el destino del proceso revolucionario, para la consolidación de lo que se ha hecho y como punto de partida de una nueva fase, hemos de recordar que estamos hablando solo de lo que está pasando en la calle como elemento pulsante entre otras cosas de la intención del voto y la orientación de los electores. Si bien es cierto que los actos donde ha participado el presidente han sido concurridos y signo inequívoco del apoyo del pueblo a su reelección, valdría preguntarse hasta que punto esto es suficiente y en que grado se convierte en el apoyo organizado y elocuente para garantizar que la gente vaya a votar. En los círculos que uno frecuenta no se evidencia que la acción de los comandos haya llegado, en realidad se están conformando los batallones, escuadras, etc, como se hizo con las UBE. En el caso particular de los Profesionales y Técnicos sospecho que la acción de los organizadores y ejecutores electorales está completa y no hace falta nuevas incorporaciones.
El asunto está en la participación activa y la oportunidad que tengamos para dejarnos participar en la medida que arribistas y oportunistas lo permitan, no al coto cerrado y si a la vigilancia y preocupación pertinente en el caso de los miembros de los comandos respectivos, no es mero capricho o por desinformación que escribo estas líneas, en la calle está pasando algo y no es lo mejor, no les extraña que ningún vehículo demuestre su apoyo al presidente, aparentemente es la estrategia de la oposición en su campaña virtual, quitarle calor de campaña electoral a un hecho trascendente bajo la consigna casi perceptible de su retiro de las elecciones, lo que está pasando en la calle no se compagina con los actos electorales y puede ser demostración de apatía o triunfalismo peligroso, aunque se diga que el pueblo es sabio, no debemos olvidar que todo proceso electoral amerita de una alta dosis de organización y logística.
En el caso de los funcionarios públicos a todos los niveles está ocurriendo algo imperceptible y que puede ser de mucho daño, la actividad diaria se ha convertido en un discurrir del tiempo, no se observa inclinación hacia la campaña como en otros tiempos. Nos hemos dedicado a hablar de uno de los candidatos de la oposición como si no supieramos que es uno el candidato y los demás con quizás dos excepciones son unos payasos que están esperando la orden respectiva.
En la calle está pasando que realmente no hay calle, proporcionalmente al hecho electoral y su importancia, la organización electoral es débil y vulnerable, a qué nos va a conducir esto, entendemos que a la abstención, creemos que la reelección es un hecho pero con cuantos votos, aquellos que tronquen de alguna manera las medidas de profundización y el reconocimiento internacional, acaso no es la idea de la contundencia de la votación contrarrestar la campaña internacional en contra del proceso que estamos viviendo.
Nuestra preocupación es por la garantía de una alta votación para la reelección del presidente, estamos ante un acto de conformismo electoral o excesivo triunfalismo, preguntamos, porque hay miles de compatriotas que quieren participar y no tienen la oportunidad y quienes si la tienen y pertenecen a comandos no hacen a nuestro juicio lo que tienen que hacer, el elemental nivel de contacto con los votantes identificados a través de los procesos electorales realizados no se está efectuando. Caso aparte merece nuestra atención por pertenecer al sector de profesionales y técnicos, no hay contacto personal de quienes no hemos arribado a esa estructura de los comandos, pareciera que se conformaron y ya están completos. El acto de la Sala Plenaria en Parque Central, fue un ejemplo de anarquía y desorganización, donde los moderadores sobraron y el mensaje fue solo positivo por parte de Erick Rodríguez, lo demostrado fue el uso de un lenguaje bastante pobre e intrascendente, unas listas de “asistencia” para qué, mensajes por correo electrónico y nadie lo responde, así estamos y de acuerdo en que así no continúe.
Lo que está pasando en la calle, no es digno de un proceso que ha costado grandes sacrificios, a esta hora deberíamos estar imbuidos en pleno de la campaña electoral y lo único que se oye es habladora de paja que si Rosales es un inculto, sin detenernos a pensar que a lo mejor esa es la estrategia, recordemos que el 40% de votos alcanzados por la oposición tienen un amplio espacio de composición de pueblo pobre y clase media media y clase media baja, no nos dejemos engañar y dejemos que la oposición hable de su candidato , que el presidente se encargue de lo demás, no les parece.