La irracionalidad, murmuración y chisme continúan imponiéndose en el ámbito nacional, singularizando un país donde el análisis político popular por muchos años ha ido detrás de la capacidad ideológica. Lo que menos le interesó a la "democracia representativa" de 1958 a 1999, fue explicarle al pueblo llano la importancia del conocimiento político verdaderamente demócrata. Un cubano y un argentino exiliados en Caracas en los años setenta, coincidían diciéndome que en Venezuela asombraba en la generalidad de sus habitantes, el convencimiento de vivir en "la vitrina de la democracia de América Latina…", pese a las masacres de gobiernos demócrata representativos.
Lejos estaba la llegada torrentosa de Hugo Chávez y la revolución bolivariana, movimiento popular que evidencia cada vez con mayor justificación el engaño de la "democracia" capitalista, prepotente, clasista y racista, liderada por desgobiernos "representativos" sostenidos a través del robo de sufragios y actas mata votos. El "güarenazo-caracazo" 1989 y la rebelión militar 1992 apoyada por la población civil, hastiada de los desmanes en gobiernos adecos y copeyanos, trajo mediante elecciones el modelo socialista bolivariano antiimperialista, que hoy es estudiado y razonablemente explicado al mundo. Padecemos un feroz ataque imperialista y de acoso salvaje, con argumentos que desnudan a gobiernos presuntamente democráticos, aunque arrodillados a EE UU.
La circunstancia que vivimos de escasez, desasosiego, hiperinflación por imposición de la especulación, desestabilización y bachaqueo -desde corporativo hasta individual-, algo que celebra la dirigencia opositora saboteadora, todo lo observa el pueblo y los ve opinando libremente en todos los estratos sociales, acusando al gobierno de ser "una dictadura". Les mortifica que las encuestas den a Nicolás Maduro Moros, el obrero Presidente, la mayor preferencia y sea reelecto el 20 de Mayo, aplastando el malhadado e ilegal P-E-O.D.P, -Procedimiento Empresarial Obtuso de Precios, que representa el plan de la oposición, idea capitalista destinada a retrotraernos a la esclavitud bipartidista demócrata representativa sin soberanía, entregada al imperialismo yanqui.