Argentina y Venezuela: Macri y Maduro

Mauricio Macri, se convirtió -a partir de 2015- en el modelo presidencial que la élite capitalista imperialista proyectó como el paradigma a seguir por los pueblos al sur del Río Bravo, el mal llamado patio trasero de EEUU. Empresario convertido en presidente, producto más que todo de una guerra económica a la que fuera sometido el pueblo argentino, que terminó cediéndole su mandato a su verdugo más inclemente. No pudo, el pueblo argentino, descifrar la autoría empresarial de la guerra que sobre sus ingresos, desató el imperialismo y su dólar blue, propiciando altas cifras de inflación y una devaluación constante del signo monetario de ese hermano país. Al final, correspondería a Macri capitalizar el descontento general contra esa guerra económica, desatada contra el gobierno de la presidenta Cristina. A su toma de posesión, asistiría el propio presidente de EEUU, Barack Obama, orgulloso de los resultados obtenidos con esa novedosa forma de hacer la guerra, para derrocar un gobierno que no era de su agrado por la vía electoral. Con ello, el mensaje dirigido a la comunidad internacional era claro, ahora vamos por Venezuela. En cuestión de días, el propio Obama firmaría el decreto que declararía a Venezuela como una amenaza "inusual y extraordinaria" a la seguridad de la principal potencia del planeta, y con dicho decreto, vendrían las sanciones a funcionarios y funcionarias del Gobierno Revolucionario presidido por el Hno. Nicolás Maduro. Las cuales, se han extendido en el gobierno Trump, hasta adquirir la forma de un bloqueo financiero total a las finanzas y el comercio venezolano con el resto del mundo.

Mientras que, a Venezuela se le bloqueaba sus posibilidades de comercio exterior para adquirir alimentos, medicinas y maquinarias, a la Argentina de Mauricio Macri se le abrían las puertas de todos los instrumentos financieros en manos del imperialismo, el FMI, el BM. La banca internacional, acudía a la Argentina buscando nuevas oportunidades de negocios ante un gobierno que decidió como política, rematar –al mejor postor- todos sus bienes públicos. Un país, cuya deuda con el FMI había sido cancelada en su totalidad en el gobierno de Néstor Kirchner, vio abultar su deuda hasta niveles casi que insostenibles para un gobierno que inició el camino perverso de la desindustrialización y el desmontaje de la inversión pública, en especial, la desinversión en salud y educación, valga decir: desinversión en la razón de ser de un país: su pueblo, su gente. Es así, que el terreno ganado a la pobreza en los gobiernos de Néstor y Cristina, se ha venido perdiendo en los pocos tres años que tiene Macri en funciones de gobierno. El crecimiento de la pobreza es quizás, el único factor económico que crece en la Argentina de Macri, y tan solo compite en porcentaje de crecimiento, con la inflación galopante que ha caracterizado al modelo de entrega de la soberanía económica al capital trasnacional por intermedio del FMI.

El modelo Macri, en tan solo tres años se agotó, y solo da muestras inequívocas que ha entrado en fase terminal. Ajustes, despidos masivos de funcionarias y funcionarios públicos, eliminación masiva de pensiones, tarifazos tras tarifazos, reducción tras reducción de sueldos y salarios, en fin, un verdadero genocidio económico ha puesto en marcha el FMI en Argentina, con la anuencia del gobierno del empresario Mauricio Macri. Tan solo comparable, con aquellos tiempos post golpe pinochetista, en contra del Presidente Salvador Allende. El pueblo argentino no ha dejado en ningún instante de resistir. Las innumerables y masivas movilizaciones de calle, dan fe de lo aquí afirmado. Nuevamente, acude Macri a un nuevo ajuste para acceder a un nuevo préstamo de parte del FMI; vendrán condiciones más duras para el pueblo argentino. Nuevos ajustes y más pobreza, para un pueblo que pareciera no quedarle otra opción sino la rebelión popular contra un modelo genocida de sus aspiraciones a una vida digna. Comparativamente, en Argentina se vive actualmente con las mismas condiciones que vivió el pueblo venezolano en los días de febrero de 1989, que lo condujeron a la primera rebelión popular contra las políticas de ajustes del FMI. El pronóstico para la Argentina, no puede ser diferente a aquellos días del llamado "caracazo". Argentina, está a las puertas de una explosión social. Una rebelión popular, que indudablemente conllevaría al derrocamiento del gobierno del empresario Macri, cuyos niveles de aprobación de su gestión apenas alcanzan, el 38 por ciento y continúa en declive constante. En contraste, las luchas populares siguen en constante crecimiento y adquieren niveles de masiva participación. A un año de culminar su mandato constitucional, resulta improbable predecir el final de este gobierno que ha entregado el país que fue, poderoso país, a los poderes financieros trasnacionales, quienes, a fin de cuentas, se han posesionado de los principales medios de producción de ese hermano país. Sin soberanía, ni capital nacional propio, a la Argentina, a su pueblo, le tocará gestar una verdadera batalla de nueva independencia nacional, rescatar su soberanía y sus medios de producción para reindustrializar nuevamente el país, que fuera orgullo de la Patria Grande.

A Macri, se le presentó como la antípoda de Nicolás Maduro. A Venezuela, lo ha convertido la mediática derechista-imperialista como el anti modelo, el mal ejemplo. Crisis humanitaria, dictadura, economía en bancarrota, migración, en fin, todo lo malo que existe sobre el planeta tierra, la mediática derechista-imperialista lo ha posicionado en Venezuela. Poco dice, esa mediática, de los crímenes que sobre Venezuela ha ejecutado la mano "visible" del imperialismo. Al contrario, el papel jugado por esa maquinaria mediática ha consistido en maquillar, ocultar, los crímenes imperialistas contra Venezuela. Si en Argentina, para desestabilizar su moneda en los tiempos de Cristina, la CIA creó el dólar blue; en Venezuela, esa misma CIA creó el dólar today, cuyo efectos vienen a ser los mismos, devaluación constante y programada del Bolívar. Con la devaluación de la moneda, propician altos niveles de inflación y, finalmente, pulverización del ingreso de los venezolanos y venezolanas. Objetivo: propiciar descontento en la población y que sea ésta, la que se encargue de hacer el trabajo que no han podido hacer los agentes del imperialismo en territorio venezolano, valga decir: derrocar al Presidente Nicolás Maduro. La guerra económica, como forma no convencional de agresión imperialista, ha fracasado en el logro de su finalidad. El Gobierno Revolucionario del Hno. Maduro, ha creado todo un conjunto de sistemas de protección para el pueblo que le han permitido resistir las descargas explosivas que en términos de precios, desatan los actores económicos, en especial: Fedecámaras, Consecomercio, Cavidea, Venancham y Cendas, contra los ingresos del pueblo venezolano.

Venezuela, al igual que Bolivia, en contraste a la Argentina, se constituye en el país con mayores posibilidades de inversión extranjera, debido a sus potencialidades en el área energética y minera, pero también en el sector turismo como ocurriera recientemente, y en franca oposición al bloqueo Trump-Borges, realizara la cadena hotelera Marriot con el hotel Humboldt. La creación de la criptomoneda el Petro, su exitosa venta, refleja el grado de confianza que mantienen los inversionistas extranjeros en la economía venezolana, muy a pesar de Trump y Borges. La liberación del dólar, objetivo trazado, conducirá a la economía venezolana por senderos de crecimiento económico sin antecedentes en nuestra historia. Liberará, nuestras fuerzas productivas de esa cadena que la ha mantenido subyugada por más de un siglo. Tal es, la principal tarea que tendrá que concretar el Hno. Maduro, si de bonanza como habla, espera concretar. De esta crisis, que ha inducido el imperialismo en su deseo de hacer chillar la economía venezolana, saldrá un nuevo país, una nueva economía soportada en valores intrínsecos a nuestra nacionalidad y al trabajo creativo de los venezolanos y venezolanas. La Venezuela Potencia de la que tanto hablara el Comandante Hugo Chávez, es tan real como que este pueblo el próximo 20 de mayo ejecutará una nueva gesta independentista al ratificar el rumbo socialista. Ratificándole el mandato al Hno. Nicolás Maduro.

Dos países, dos modelos contrapuestos. Uno, en crisis inducida desde el exterior por el imperialismo y sus agentes. Otro, en crisis no inducida sino producto de la naturaleza crítica del capitalismo en decadencia. Uno, calificado por el imperialismo como "dictadura" que en 2017 realizó tres consultas electorales a su pueblo y este 2018, va rumbo a su primera elección del año. Otro, que remata el país y es señalado como "democrático" pero que para nada consulta a su pueblo si comparte o no la venta del país al mejor postor. Dos pueblos, ambos en resistencia antiimperialista, hermanados en Néstor, en Cristina, en Chávez, en Nicolás. Un solo camino, el reencuentro, la liberación nacional…

Caracas, 13-05-2018

 

 



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Henry Escalante


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