¡Qué fortuna la de la derecha venezolana, la de los que se decían ayer chavistas y hoy son traidores y la de los que hoy despotrican de este gobierno, que tuvieron la suerte de estudiar sin pagar un solo centavo, graduarse y de haber vivido en la "Venezuela bonita"! ¡Qué suerte que a sus seres queridos lo hayan atendido en la IV República en un hospital público, sin pagar nada! ¡Qué maravilla que algunos fueron becados y que vivieron en la Venezuela Chévere! ¡Qué bueno que tuvieron comida y sus hijos no tuvieron lombrices! ¡Sobre todo qué bendición que nunca tuvieron un familiar desaparecido, o asesinado, o torturado en la "Venezuela feliz"! A todos los felicito. Contrario a la mayoría de los venezolanos que no tenían ni siquiera para comprar jeringas, porque no había los medios y sus enfermos morían de mengua. Los jóvenes de la época por ser de izquierda fueron perseguidos políticos, los trataban como criminales, sufrieron maltratos, persecuciones, tener un trabajo estable era imposible. Los niños y niñas de mi época jugaban con chapitas, porque tener un juguete era imposible por los bajos salarios de entonces. ¡Qué duros tiempos vivieron la mayoría de los pobres que sobrevivieron, más del 60% de la población! ¡Qué Venezuela chévere donde solo había cabida para un sector burgués de la población, los pobres eran desprotegidos y el imperio desde el norte controlaba nuestros recursos y daba órdenes a nuestros presidentes!
Con Chávez y Maduro los servidores públicos tuvieron estabilidad laboral y hoy día puedo afirmar que la actual administración pública está más minada de opositores que de chavistas. La obra más importante de este gobierno no es solo el sistema de orquestas, sus mayores obras son de tipo social y de infraestructura. Gracias a las políticas de este gobierno se redujo el hacinamiento en que vivían la mayoría de los venezolanos, la construcción de viviendas es la bandera revolucionaria de este proceso. Desconocer que no hubo y haya corrupción e impericia en ambos gobiernos es como ignorar que la MUD, la ultra derecha española, colombiana y el imperio, no tienen sus manos metidas en esta guerra económica que nos asfixia y en esta arremetida imperial actualmente contra Maduro. Decir "yo no voto por Maduro porque soy chavista" es una contradicción ideológica; o "yo no voto porque dejé de ser de izquierda" es no tener consciencia revolucionaria; o "yo no voto porque Maduro es el culpable de todo y los EE.UU. nos apoya por el bienestar del país", es una postura entreguista y ciega; ahora la caperucita roja es la mala de la película y el lobo feroz se convirtió en un manso corderito. No se puede ser de izquierda y dejar de votar en un momento histórico tan determinante para el país, o votar por un sector que representa lo más inhumano, hostil y cruel de la historia de la "Venezuela chévere" donde la mayoría fueron excluidos e ignorados. No votar o votar por la derecha es permitir que se nos siga doblegando por el estómago, para permitir que se instale el poder hegemónico del imperio; es votar por los descerebrados para que los sigan manejando como títeres los dueños del mundo, es votar por la oligarquía más antipatriota y entreguista.
La guerra psicológica muy bien orquestada desde el norte ha hecho creer que Nicolás Maduro es el culpable de todo frente a un Donald Trump inocente que quiere protegernos de un gorila, de un dictador, de un hombre que ellos crearon para el mundo como el responsable de todas las desgracias del país causadas por ellos mismos; es decir, por George Bush, Barack Obama y ahora Trump. Son las políticas imperiales que aplican contra los pueblos del mundo progresistas que se resisten a doblegarse. No obstante, hay que reconocer que esta agresión del imperio contra nuestra economía, la flagelación contra el estómago y contra los servicios básicos es quizá el golpe más perfecto contra un pueblo, porque ha dado por donde más duele. Es un monstruo grande y pisa fuerte. Este 20 de mayo se comprobará quién gana: si la resistencia de un pueblo consciente, organizado y unido, en pro de su lucha por la continuidad de un proyecto de país humanista; o el lobo feroz disfrazado, maniobrando a la derecha para ejecutar sus acciones de "ayuda humanitaria", controlar nuestros recursos y ordenar la penetración de las fuerzas injerencistas para limpiar al país de la "plaga chavista por ser culpables de todo este desastre", pues no duden que su odio no tiene límite. Es muy fácil arrojar piedras al río, pero olvidamos que ese caudal de agua nos sació la sed. Cuando los chavistas y opositores disfrutaron de los dólares que el Estado regaló, no había culpables; cuando otorgaron los créditos para la creación de las empresas PYMES (cuyos beneficiarios en su mayoría no los pagaron), no hubo responsabilidad de culpas; cuando el gobierno regaló casas, buses y vehículos a particulares no hubo culpables; cuando llegan las cajas CLAP, así sea una vez al año, se nos olvida todo pero no regresamos el beneficio porque el gobierno no es culpable; si soy afortunada de recibir los bonos, me complace, no juzgo y aplaudo el carnet; si aumentan el salario me lleno de ira, porque todo se quintuplica, culpo a Maduro y a Mendoza le doy las gracias por aumentar los productos, en fin. Responsabilizamos a Maduro y lo maldecimos; sin embargo, no nos preguntamos ¿hasta qué punto soy responsable de lo que hoy vivimos? ¿Es responsable Maduro por ejemplo de la falta de sensibilidad humana? La carestía inducida para castigar a la población, bloquearnos financieramente, son las tácticas para hacernos creer que el culpable de todo es el inquilino de Miraflores y responsable de seguir el legado de Chávez.
Concluyo con la última proclama del comandante Chávez "…A nosotros nos tocó retomar las banderas de Bolívar, las banderas desagarradas, las banderas mancilladas, durante casi todo el siglo XIX y XX. Nos tocó a nosotros una nueva era, nos ha tocado asumir papeles de vanguardia, de dirección, de liderazgo… Esta revolución no depende de un hombre, hoy tenemos un liderazgo colectivo… Tenemos un pueblo, una Fuerza Armada Nacional, la unidad de todas las fuerzas populares, la unidad de todas las fuerzas revolucionarias. Los adversarios, los enemigos del país, no descansarán en la intriga, en tratar de dividir y aprovechar circunstancias como éstas. Entonces, nuestra respuesta es la unidad, unidad y más unidad. Decía Bolívar "unámonos o la anarquía nos devorará, solo la unidad nos falta". Al respecto, quiero decir algo si algo ocurriera… mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente. Yo se los pido desde mi corazón. Es uno de los líderes jóvenes de mayor capacidad para continuar con su mano firme, con su corazón de hombre de pueblo, con su inteligencia, al frente de la presidencia de la República, dirigiendo los destinos de esta Patria… En cualquier circunstancia nosotros debemos garantizar la marcha de la Revolución Bolivariana; construyendo la vía venezolana al socialismo. Chávez es un gran colectivo. Tenemos Patria ¡cuánto costó recuperarla, revivirla! Levantarnos con ella entre dolores, entre pesares, cuánto no ha costado a millones. Recuerdo aquella frase de Bolívar al general Urdaneta "yo no tengo Patria a la cual seguir haciendo sacrificio… mis enemigos me quitaron la Patria". Gracias a Dios, al Padre Bolívar, hoy sí tenemos Patria y es la tuya Bolívar, es la que tú comenzaste a labrar. Hoy, después de tanta lucha tenemos Patria a la cual seguir haciendo sacrificio". Reitero mí llamado como Chávez, como revolucionaria, a todos los patriotas, aunque ahora la palabra "Patria" cause burla para algunos, seguimos teniéndola. Esa Patria que es tuya, que es mía, debemos defenderla en cualquier coyuntura hasta con nuestras vísceras para no darle paso a la restauración del capitalismo y acaben con la Patria. Hoy el mensaje de Chávez sigue vivo y su mandato debemos cumplirlo.