Este 20 de mayo se llevarán a cabo unas elecciones para elegir al próximo presidente de la República, y "consejos legislativos" sobre quienes nadie conoce ni siquiera los nombres de los candidatos.
En efecto, serán unas elecciones atípicas, en las cuales un presidente en ejercicio aspirar a ser reelecto mientras Venezuela vive la peor crisis económica de su historia, con una terrible hiperinflación, pulverización de los salarios y miles de empresas cerradas, siendo Kellogg`s el más reciente caso.
En tal sentido, más allá de quien salga favorecido, considero que si tomamos en cuenta el registro electoral de aproximadamente 20 millones de electores, debemos comenzar por restar un 20% que históricamente no vota en ningún proceso comicial. O sea, nos quedarían unos 16 millones de votantes, pero como ha habido una intensa campaña abstencionista, que irónicamente ha influido de manera fundamental sobre la clase media (la misma que llevó a Chávez al poder en 1998) que ahora se encuentra empobrecida, y los sectores altos de la población, tendríamos que restar desde mis perspectiva algo así como un 15% de quienes podrían votar sobre esas 16 millones de personas, lo cual, serían unos 2,4 millones de venezolanos, lo que nos dejaría 13,6 posibles electores.
Ahora bien, si sobre esa cantidad de 13,6 millones de posibles sufragios, también restamos entre 3 y 4 millones de venezolanos que han emigrado en el último lustro en el cual ha gobernado Nicolás Maduro, como efecto de la destrucción del país, finalmente tendríamos, redondeando la cifra un máximo de 10 millones de electores, que de acuerdo con mi análisis particular considero que el número de quienes acudan a votar estará entre un 47% y 52% de esa población.
Entonces, si tenemos que el máximo de votantes que acudan a la cita electoral será de unos 10 millones de venezolanos, de entrada podemos asegurar que Maduro y sus claque quedarán como unos charlatanes, y su asumimos que en el mejor de los casos para ellos tomando como referencia el 60% histórico que siempre obtuvo Chávez en todas sus victorias electorales, Maduro jamás podría superar los 6 millones de votos. Maduro jamás podrá obtener 10 millones de votos, salvo haya un gigantesco fraude.
Pero resulta que al actual presidente ganó las elecciones presidenciales en 2013 con el 51% de los votos en un universo en donde la abstención fue la estructural en número propiamente dichos. Verbigracia, Maduro ganó con la mitad del país en contra, lo cual hace presagiar que en esta oportunidad difícilmente, cuando menos pueda obtener la mitad de ese apoyo, entendiendo que entre los votos que reciba en contra y los posibles abstencionistas, esa suma será mayor. Maduro, independientemente que resultara favorecido en número de votos, la verdad es que en términos porcentuales será ampliamente derrotado con no menos de un 55% de los venezolanos que le adversan cuando sumemos los votos de los candidatos opositores y los abstencionistas.
Los maduristas conocen muy bien que tal hecho histórico está inmerso en el ambiente electoral. La derrota que recibieron en 2015 cuando más del 70% de los venezolanos acudieron a las elecciones parlamentarias, le proporcionaron un enorme rechazo, al punto que perdieron los dos tercios de la Asamblea Nacional.
Esa fue la razón que con la asesoría cubana crearon el mal llamado "carnet de la patria" como mecanismo de control ciudadano y de chantaje electoral. Por ello, son enfáticas las declaraciones de Maduro cuando otorga bonos a quienes tengan tal "identificación" ¿Por qué no hace lo mismo con el resto de los venezolanos que no tienen ese perverso instrumento? O cuando su descaro no tiene límites y dice que para la entrega de esas limosnas, que en el mejor de los casos apenas alcanza para comprar un kilo de queso duro, le dice a sus "beneficiarios" que eso se materializa "dando y dando", es decir, te doy el "bono", y tú me das el voto. ¡Vaya manera de gobernar!
Por otra parte, ese "carnet de la patria", también funciona como arma electoral contra algún beneficiario, por ejemplo de la misión "vivienda", cuando se les amenaza que perderán sus casas o apartamentos, si Maduro llegara a salir de la presidencia. Lo mismo ocurre para cualquier otro "beneficio" que supuestamente han otorgado a cualquier venezolano.
Por cierto, sobre la misión "vivienda", si fuera verdad que el madurismo ha otorgado 2 millones de inmuebles, y duplicaríamos esa suma por un matrimonio o pareja estable que exista en cada hogar, no deberían ni siquiera de estar entregando "bonos" porque sólo allí tendrían "seguros", cuando menos 4 millones de votos. Esta realidad, lo que deja en evidencia es que nunca han construido tal cantidad de viviendas.
La única verdad es que el madurismo ha registrado con el "carnet de la patria" unos 6 millones de venezolanos, sobre los cuales tienen aproximadamente un millón que no encuentran por ninguna parte, porque ha sido evidente que también han emigrado, y quienes lo hicieron, pues dejaron su carnet y su tarjeta de débito a sus familiares. Esa es la razón por la que el madurismo ha hecho diversas jornadas de actualización con tan perverso instrumento. Cuando decimos esto, pues sólo quedan unos 5 millones de posibles electores a favor de Maduro con el carnet de la patria, y ellos, sobre eso también tienen conocimiento.
Lo más grave de este asunto para los maduristas es que de apenas esos posibles 5 millones de votantes, más o menos un 30% de ellos pueden voltearle el voto. Somos testigos de muchos de esos casos, en especial de empleados públicos, docentes, personal asistencial, hasta integrantes de los cuerpos policiales y de la fuerza armada que están hartos, no solamente de percibir salarios de hambre, sino de las cruentas condiciones laborales en que tienen que ejercer sus funciones, muchas veces, teniendo que trasladarse hasta sus sitios de trabajo o sus hogares caminando o en las llamadas "perreras". Hemos escuchado que muchos de esos votantes nos han dicho en privado que este 20 de mayo "esperarán a Maduro en la bajadita".
En cuanto a los candidatos de oposición sólo Henri Falcón tiene la posibilidad real de derrotar a Maduro. Si tomamos que votarán unos 10 millones electores, pero un millón de esos posibles votantes se van con Javier Bertucci, apenas quedarán 9 millones de electores que deberán ser disputados con Maduro. Por esa razón, Maduro intenta controlar cuando menos 5 millones de electores que pudieran garantizarle la "victoria" en términos de votos válidos, lo que dejaría a Falcón con unos 4 millones de sufragios.
No obstante, nada está escrito. Y de esos 5 millones de quienes con carnet de la patria van a votar, y cuando menos un 20% de ellos lo haga por Falcón, el triunfo de Maduro puede quedar seriamente comprometido, y en consecuencia, nada podría hacer contra las actas que totalizarían el triunfo del candidato de la oposición. Más aún, si de unos 3 millones de abstencionistas, cuando menos unos 500 o 600 mil de ellos, en última hora decide votar, no tengo dudas que Maduro sería ampliamente derrotado.
Las cartas están echadas. Pero independientemente de lo que ocurra el 20 de mayo, Maduro quedará derrotado porque no hay forma que la cantidad de votos que obtenga, superen tanto quienes lo hagan por la oposición, sumado con el porcentaje de abstención, y eso simplemente lo dejará con una plataforma de ingobernabilidad que terminará por llevar al país hacia la profundización de la crisis, máxime si intentan imponer la nueva "constitución" y el "Estado comunal"¹.
No hay dudas que Maduro será ampliamente derrotado el 20 de mayo porque ni siquiera podrá alcanzar la cantidad de votos que obtuvo en 2013. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
