El fenómeno de la abstención de más de la mitad del electorado venezolano pasa a ser un factor sustantivo en el análisis de la significación de las elecciones presidenciales efectuadas el pasado 20 de Mayo; el sector chavista madurista la subestiman, y él sector opositor en sus diferentes matices la sobreestiman, dicho relativismo lo exteriorizan mediante declaraciones y lo justifican aludiendo a standards internacionales y promedios estadísticos de Latinoamérica y del mundo en general, digamos que las posiciones son fundamentadas de manera cuantitativa, y como las matemáticas sirven para todo al final de cuentas, sirven para intentar convencer a sus parciales de que la abstención obtenida no reviste mayor importancia para el Gob/PSUV, quienes afirman que lo importante es ganar independientemente del número de personas que voten, o por el contrario que es de proporciones devastadoras para la Oposición vario pinta, que afirma que con un número reducido de votantes, menor al 50% ello compromete la legitimidad de tal triunfo.
Teniendo como telón de fondo la abstención registrada, se produjeron unos resultados que arrojan a un candidato ganador y tres candidatos perdedores en dicha contienda electoral, es decir a una votación como producto de todo un proceso ocurrido desde el inicio del mismo, tomando como referencia la inscripción de candidaturas presidenciales ante el CNE e inicio de la campaña electoral, la cual por cierto fue extremadamente breve, hasta el día del acto de votaciones. La mayor parte de los análisis que hemos leído son de carácter cuantitativos para cuestionar o para ensalzar los resultados y su significación, a continuación nos vamos a referir a las claves que explican desde un punto de vista cualitativo lo acontecido
- La oposición venezolana muy fragmentada, y además enfrascada en una guerra intestina, en una especie de todos contra todos.
- Competencia desleal por el liderazgo, tanto de individualidades como de grupos y partidos políticos, nadie cree en nadie, ni tan siquiera en ellos mismos.
- Un sector participó en las elecciones (ala democrática) contra el dirigieron baterías colmadas de epítetos ofensivos y toda clase de descalificaciones, por parte del sector (que no cree en la democracia) si bien es cierto que este último no participó en las elecciones, fue muy activo promoviendo la abstención del electorado y el bloqueo financiero internacional, supuestamente para socavar las bases al gobierno, pero que al final de cuentas, le vienen produciendo un profundo daño al pueblo venezolana al no entrar al país los alimentos y medicinas que necesitamos, por vía de la importación al bloquear las divisas para tal fin.
- Incidencia de sectores opositores que juegan a la violencia, bien sea creando las condiciones para una conmoción social, un golpe de estado, forzando la renuncia del Presidente o una invasión foránea
- Ventajismo descarado del Gob/PSUV mediante el uso y abuso del carnet de la patria.
- Propaganda electoral desde los puntos rojos violentando acuerdos, y la propia normativa electoral emanada del CNE.
- Utilizando la compra-venta de votos por parte del Gob/PSUV mediante los programas sociales financiados por el propio Estado venezolano, contraviniendo preceptos éticos y revolucionarios.
- Practica de psico terror por parte del Gobierno a quienes asumimos una posición crítica ante los errores, corruptelas y desmanes del chavismo madurista.
- A pesar de que sectores críticos y disidentes del chavismo nos hemos empeñados en construir una nueva referencia política socialista y revolucionaria, es muy poco lo logrado en esa materia.
- El chavismo Madurismo es hoy en día una minoría organizada y tutelada por el Gobierno mediante diferentes mecanismos de control social y del entramado Institucional incluyendo el aparato militar represivo. Todo ello dirigido en última instancia por un cónclave que tiene por propósito fundamental mantenerse en el gobierno por tiempo indefinido, no importándoles el sufrimiento de grandes conglomerados de la población, pero que a su vez se nutren de esa base cada vez más depauperada, manteniéndolo la esperanza al repartirles bonos y regalías que no le alcanzan para satisfacer sus necesidades básicas pero que produce una especie de espejismo de que estamos mal pero vamos bien, emulando lo dicho alguna vez por Teodoro Petkoff, pues tenemos patria y ya eso es bastante.
En ese marco es que se dio el acto de votación del pasado 20 de Mayo, donde resultó reelecto el Presidente Nicolás Maduro para gobernar al país durante los próximos años, digamos hasta el año 2025, acto de votación al cual acudió menos de la mitad de los Venezolanos inscritos en el padrón electoral, repetimos, más que considerar la abstención en términos del relativismo cuantitativo debemos poner de relieve la significación cualitativa del proceso electoral y las consecuencias que de dicho proceso se van a derivar en el corto y mediano plazo de la Venezuela de nuestro tiempo.