Re-revolución en marcha, en paz, con justicia, y sin discriminaciones, como debe ser. Venezuela inicia un nuevo tránsito vital, luego de sufrir como nunca la incomprensión férrea y equivocada por grupos que obedecían solo a la violencia, que perdió el propósito de resolver problemas políticos sin revolver las aguas sociales, hasta un peligroso límite que a Dios gracias no alcanzó el desasosiego provocado, ni la intención homicida pro-imperialista, destinada a sumirnos en la explosión social.
La re-revolución que acaba de anunciar el re-electo presidente obrero socialista Nicolás Maduro Moros, inicia una Venezuela que promete re-revolucionarlo todo con el norte político del legado de Hugo Chávez, y el Plan de la Patria 2019-2025. Este propósito nos obliga a acompañar la amplia política legal y sin violencia que, con la re-reconducción sin perder cada quien sus razones ideológicas, nos lleve a cumplir compromisos con millones de venezolanas y venezolanos de buena voluntad, protagonistas en lecciones electorales cívico militares sin inconvenientes. Solo nos queda re-revisarnos, re-rechazar la tentación de la corrupción, e intentar con éxito la necesidad de avanzar al tan deseado bien de la recuperación y la prosperidad económica, re-advirtiéndole al malandraje bachaquero nacional e internacional (individual, grupal o corporativo), que su especulación amoral tendrá justo castigo.
Para ello se necesita la re-revisión del combate a las mafias, comenzando por la re-recuperación petrolera, y hacer válida una nueva ética patriótica social, que detecte a los falsos re-requete-corruptos de la mala costumbre heredada, tal como ha prometido acabarlos el primer mandatario nacional, por habernos impuesto su economía criminal. Solo así serán moral y materialmente sancionados los re-corruptores que en forma disimulocrática, en particular desde las empresas privadas, han sembrado desesperación y muerte, escondiendo fórmulas lácteas, medicinas, toallas sanitarias, papel higiénico, etc., y encampañarnos presentando como producto de ineficiencia gubernamental ejecutiva, estrategias de especulación, re-remarcaje de precios y contrabando de extracción de billetes, vale decir una crisis humanitaria falsa, basada en la creación de matrices de opinión inventadas para perjudicar a la revolución bolivariana.
Viene la guerra a muerte, en el sentido figurado, gracias a una verdadera democracia socialista que no viola derechos humanos como antes de 1999, que fuimos regidos por administraciones re-hipócritas que practicaban represión disfrazada de orden público, bajo gobiernos obedientes al capitalismo salvaje, que hoy lucen su comportamiento sojuzgando mediante las grandes potencias, la soberanía de los pueblos.