A la entrada de un supermercado que cerró ese día con la excusa "no hay luz", -lo que no hacían antes pues prendían la planta eléctrica-, descontentos compradores en mayoría amas de casa llevando bolsas (porque ahora las venden en los supertracalerados mercados), aseguraban que los salvajes dueños ordenaron hacer un desconsiderado remarcaje de precios, y los empleados les habían echado el cuento. Afectados, señalaban hacia el local cerrado y decían "estos bichos lo que están es subiéndole el precio a todo, aplicándonos el cuento de la culpa del gobierno por el nuevo aumento de sueldos, y todos los días antes de la subida de sueldos, nos elevaban igual los precios, esos no tienen dañada ninguna planta", no puedo transcribir las mentadas y no precisamente de menta, que varios de ellos le dedicaron a los propietarios de la cadena de expendios que tiene locales en varios estados del país.
Otros analizaban el por qué sin justificar el alza general de precios y de pronto un señor dijo "esos carajos no trabajan para perder", a lo que otro le replicó "si, pero los deberían meter presos por abusadores". El humor afloró en la cola, chistes y dichos entre los compradores frustrados, hasta que hubo el pacífico silencio que a continuación explico. Una pareja empezó a decir en voz alta "la culpa es de Maduro por seguir en esa aumentadera de salarios…", nadie perdió el tiempo en responderle a los alborotadores, fórmula mediante la cual el colectivo demuestra pacíficamente no aprobar a provocadores cuando intentan encender la chispa del desorden social, anhelado por factores opositores güarimberos.
Queda claro como la luna llena, que no cuentan con respaldo mayoritario en la colectividad, quienes aterrorizan incomodándonos la vida diaria para justificar el putsch hitleriano, es decir el golpe de estado nazi de Hitler en Munich, que en la Venezuela bolivariana y chavista siglo XXI, está muy lejos. Esa propuesta la acarician sin pudor alguno, violentos e inmaduros que otra vez piden elecciones presidenciales. El colectivo los conoce, los soporta callado y… dicho en criollo criollito, "no les para".