En los predios del Chavismo, prácticamente todos, acostumbramos decir que: El Plan de la Patria, Las Misiones, Los logros de las metas del milenio, La Independencia y tantas otras cosas importantes que nos enorgullecen, son LEGADO DE CHÁVEZ; o parte importantísima del mismo. Es como un CHEQUE AL PORTADOR que cobramos, atesoramos y hacemos nuestro (incluido, Nicolás Maduro).
Ocurre que la Corrupción, en el nivel real que se viene manifestando en el país, nadie es dado a tomarla como un legado de Chávez, nadie la atesora ni la cobra como u un CHEQUE AL PORTADOR. A esa, no la relacionamos con Chávez, a nosotros nos "resbala" y, en el mejor de los casos, cuando tenemos un "atisbo" de responsabilidad, se la "encasquetamos" a Maduro. Cuando en realidad, es ese OTRO CHEQUE AL PORTADOR que debemos asumir con responsabilidad, como Chavistas.
Lo anterior, nos invita a recordar nuestro proceso histórico; recordar, por ejemplo, que Chávez hizo una revolución inédita. Tomó el poder por la vía electoral, levantando el proyecto de bolívar que, rapidito, redimensionó hacia el Socialismo. No tomó el poder a la manera clásica como lo planteaba la teoría marxista en esos tiempos, ni tampoco lo hizo con un núcleo formado en valores y principios anticapitalistas. Buscó rodearse de todo el abanico de la izquierda (convocó hasta a los más radicales) y sectores que consideró democráticos y nacionalistas. Pocos izquierdistas le acompañaron y algunos hasta le traicionaron. Así le tocó asumir el poder y ocupar el millón de cargos primera línea (los de confianza) que demanda la estructura de las instituciones del Gobierno; además, de las del partido y luego, las atinentes al poder popular.
Un millón de cargos, digo yo, y pienso que me quedo corto. Eso debió de cubrir el líder Chávez para echar adelante su proyecto de redención social de una patria esquilmada por el Neoliberalismo. Por supuesto, él lo previó, había que formar en principios y valores a toda esa gente de su equipo (Cívico y Militar) en valores y principios socialistas. Él, siendo el comunicador excepcional que siempre fue, hizo los esfuerzos sin descanso; nombró, autorizó, destacó a dirigentes y equipos para abordar tan vital tema; amen de qué, viabilizó los recursos necesarios. En los primeros planes, en la DIMENSIÓN SOCIAL estaba con su importancia la EDUCACIÓN; en los 10 Objetivos Estratégicos; en los 5 MOTORES; en el Primer Plan Socialista 2007-2013 y en el segundo 2013-2019, concentrado en el objetivo nacional: FORMACIÓN EN PRINCIPIOS Y VALORES SOCIALISTAS.
Cada vez que revisamos los Planes, llegamos a la conclusión que nuestra mayor falla ha sido la FALTA DE FORMACIÓN. Esta falla cubre al sector Civil y al Militar, y al ámbito Institucional (Gobierno), Partido y Poder Popular. En todos ellos se han registrado lamentables casos. Considero imprescindible que ese elemento, tan importante (FORMACIÓN), lo valoremos en su real dimensión cada vez que nos encontremos ante un lamentable caso de corrupción.
En los debates que venimos dando sobre la Guerra Económica, ante los niveles de complejidad que comporta el tema; algunas veces nos encontramos con compatriotas que se "anclan" a un caso de corrupción o a varios, y centrados en él o a ellos, pierden toda perspectiva para la comprensión del tema económico y no ubican, a la luz de la naturaleza de nuestro proceso político, el flagelo de la corrupción.
Esa corrupción que nos ocupa, no la podemos desligar de las grandes tareas atinentes a nuestro proceso revolucionario, para que este resulte triunfante. No la podemos desligar de la necesidad imperiosa de formar a nuestra gente. El nivel que ella tenga hoy (la cantidad de "vidrios" que estemos recogiendo), es como un legado natural de nuestro Proyecto, dado el carácter inédito de la revolución que Chávez pudo hacer. Es un riesgo con el que necesariamente debimos arrancar, al no contar con las personas idóneas. Perfeccionar la búsqueda y formarlas era nuestra tarea. La deuda que comporta ese CHEQUE AL PORTADOR, debemos cancelarla, desaparecerla, elevando los niveles de formación de todos, fundamentalmente de la gente que debamos destacar para los cargos más importantes.
No es para nada, intencionalidad de Nicolás Maduro y del alto mando de nuestra revolución, hacernos corruptos; no obstante, sí es un riesgo que corremos al no formarnos permanentemente, en principios y valores, y formar a nuestra gente. Esa responsabilidad nos compete a todos los Chavistas, fundamentalmente al alto mando político, nadie puede "sacudírsela olímpicamente".