"En el negocio nos quedamos locos, los productos vinieron con aumentos entre 2 mil y 2 mil 500 %", me cuenta un amigo a quien saludé cuando estábamos de compras junto a nuestras respectivas esposas, tras averiguar precios en el "neo tour nacional" buscando un poquito de conciencia de la situación, pese a que en algunos sitios opinen que los elevadísimos costos son porque, "si no, no podemos reponer la mercancía", algunos agregan "el gobierno no toma medidas para combatir la inflación, tu sabes como está la vaina con el dólar".
El amigo expende hace más de 20 años en una ferretería, y afirma que se les quedan herramientas y equipos difíciles de vender. En esta barbaridad de alzas el colectivo consciente hábil e inteligente, se las ingenia esencialmente para alimentarse, en este aspecto aprendemos a comer más sano, menos comida chatarra y alcohol, buscamos paliar el ambiente de inhabitabilidad sembrada y promocionada por un sector político, que la utiliza. Otro cuento para convencernos es decir que "si no fuera por los dólares enviados desde el exterior por los que se van, no existiríamos...". Creo por ejemplo que la siembra de cambur no depende del dólar, ni tampoco otros muchos aspectos especulativos. Cómo es posible que para exasperarnos nos vendan carísimo desde lo indispensable hasta cachivaches.
Rubros de toda índole ofertados descaradamente en medio de una exorbitancia implacable, aumentos por las nubes, desfachatez al elevar precios de una semana a otra, de un día al siguiente, o encontrar más caro de la mañana a la tarde algo que necesitemos. ¿Culpa de Diosdado, o del sociólogo Jaua, ineficiencia de Meléndez, falta de organización de El Aisami, inacción de la Asamblea Nacional Constituyente ANC, o de Cilia y Maduro a quienes no perdonan triunfos electorales chavistas?
Piénselo, la hipocritocracia representativa como en Brasil y Argentina privatizará en Venezuela la educación y la salud, también a PDVSA, elevará tarifas de gas, gasolina, agua, servicios médicos, desaparecerá los CLAP y las misiones socialistas, reducirá el monto de las pensiones y jubilaciones y eliminará los bonos. Al mercantilismo no le parece que sean "negocio" las disposiciones sociales del bolivarianismo, para la democracia del C S, la del Capitalismo Salvaje, aspira reiimplantarnos el pervertido plan de la asesina derecha y afortunadamente maltrecha, que dirigen mujeres y hombres pro Donald Trump, integrantes de una corriente política entre nosotros desinhibida, maledicente y apátrida.
