Linda Bolívar: sin agua, sin comida, y llena de basura

El eslogan del anterior gobierno regional de Estado Bolívar era: “Y Viene Mas”, lo cual invitaba a  los habitantes  de la capital del Estado Bolívar, a esperar mayores logros de la  gestión. Si bien la anterior administración no llenó las expectativas en cuanto a eficiencia, esta por el camino que va menos ya que ni siquiera es capaz de garantizar los servicios mínimos; a las acciones nos remitimos.

     Si bien antes nos llegaba el agua dos y tres veces a la semana ahora nos llega cada 15 o 20 días con una duración de segundos que no le permite a uno ni siquiera llenar un cubo completo del preciado líquido. Excusas van y vienen que si se robaron las bombas, que si son problemas con el suministro eléctrico, afortunadamente no se les ha ocurrido decir que la carencia se debe a la sequía porque hace rato está lloviendo en la zona  y los embalses están full. Mientas los responsables están en una parsimonia para atender esta necesidad vital humana y derecho fundamental en la comunidad estamos padeciendo las de Caín  para obtener  el fluido ya que nuestros pobres ingresos no nos permiten adquirirlo a través de las cisternas que cobran por tambor 300 mil bolívares y en efectivo. Y ni hablar del agua mineral que esta hace rato se convirtió en un lujo.

Esta irresponsabilidad del gobierno nos está llevando a niveles de estrés muy grandes porque ante la falta de agua no hayamos como asearnos ni como cocinar los pocos alimentos que conseguimos.

 En lo concerniente al  CLAP aunque anteriormente demoraba más, al menos llegaba resuelto ya que traía hasta 12 productos y de varias unidades y si lo cobraban hoy lo entregaban a más tardar en una semana. Con la nueva gerencia lo cobran hoy y tardan en suministrarlo  hasta 20 días, y de paso su contenido es cada vez más exiguo. Las últimas bolsas que distribuyeron en la tercera etapa de la urbanización Los Próceres, hace más de un mes, no tenían arroz, ni granos, ni aceite, ni leche y el contenido fue reducido a cinco productos de dos unidades por cada uno que en nuestro hogar conformado por tres miembros duró apenas dos semanas; nos preguntamos ¿como les tocará aquellos hogares que tienen mayor número de integrantes. De paso estos hijos de la Patria exigen el pago en efectivo, es decir que si no te agarra el chingo te agarra el sin nariz.

La última novedad  de los responsables del CLAP en nuestra comunidad, es que están aminorando el número de bolsas por hogares. En vez de ampliar la cobertura van para atrás como el cangrejo. Alegan que están siguiendo instrucciones de la sala situacional. Lo cierto es que se la pasan averiguando quien sale de viaje de la manzana para expropiarle el  beneficio. Una vecina del sector se fue a cuidar a la mamá que se encontraba enferma y cuando regresó le dijeron que ya no le tocaba la bolsa. ¿Qué tal?

Y que decir del gobierno municipal, este hace rato está de vacaciones porque aquí no hay quien de la cara por esta administración. Las avenidas están llenas de basura y lo que más abunda en esta urbanización son las moscas, zamuros, mosquitos y el paludismo que juega garrote.

En lo que se refiere al comercio local por aquí no hemos visto ni decretos ni ordenanzas que protejan al pueblo de la especulación. Un kilo de yuca ya llega a los 500 mil bolívares por punto y en efectivo a 80. La sardina llegó a cien mil bolívares en efectivo y a 350 por punto. Ayer estuvimos a punto de sufrir un colapso cuando preguntamos por el precio de una botella mediana de vinagre y dijeron que costaba un salario mínimo. A dónde vamos a llegar, cuándo van actuar. Ahí la dejamos.

 



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María Angélica González


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