Reflexiones ingenuas. "obsolescencia"

La obsolescencia constituye la cualidad que tiene los objetos, las cosas, la realidad de volverse anticuada, caduca incompatible con los avances de la tecnología, la ciencia, la sociedad.

Esta definición genérica se puede aplicar a las máquinas, medicinas pero también a las ideas, instituciones y podríamos extrapolarla al anacronismo, es decir, cuando las ideas, el funcionamiento de las instituciones se atan al pasado y no se adaptan al momento actual y mucho menos al futuro. Igualmente podríamos usarla como sinónimo de caducidad.

Como ejemplo de las instituciones podríamos tomar a los partidos políticos. Éstos entran en obsolescencia cuando sus postulados, principios, dirigencia no promueven transformaciones sociales, políticas, económicas en las sociedades en las cuales funcionan o hacen vida pública es decir se atan en el pasado, se hacen anacrónicas.

En la IV República los partidos del estatus, léase AD, COPEI se fosilizaron, se constituyeron en cascarones vacíos en las que albergaban ideas ya anacrónicas sobre el estado, el gobierno, la economía, el ejército, la dirigencia política, la militancia. Sus máximos dirigentes pasaron a formar parte de especies en vías de extinción, modelos jurásicos que devoraban cual el Dios Cronos de la mitología, para evitar que ocuparan sus puestos, sus privilegios, sus prebendas como líderes impuestos.

El anacronismo de sus ideas se reflejó en el modelo caduco de la democracia puntofijista que vivió del rentismo petrolero, del parasitismo ciudadano, de la corrupción, del despilfarro y de un estado represor y dictatorial que preconizaba una democracia de mentira.

Durante los esos 40 años el país se ancló en un modelo económico que impedía la independencia, el desarrollo industrial, agropecuario, cultural sino amarrado en la dependencia y el subdesarrollo.

Los partidos políticos dominantes comenzaron a sufrir tumoraciones, a padecer del cáncer de la caducidad y prontamente se presentó una metástasis en sus organismos que, al surgir movimientos políticos enfrentados a sus postulados y prácticas políticas, sufrieron una erosión que los llevó a su mínima expresión. Fueron los casos de AD, COPEY y en menor manera pero igualmente traumática, el MAS.

Con la aparición del MVR aparece una nueva forma de organización política y novedosas estructuras en otros movimientos políticos y con la victoria electoral y política del Comandante Chávez, que se posesionó del sentir del pueblo promoviendo cambios estructurales en el modelo político, social, económico, cultural del país imponiendo la V República como nuevo modelo político.

La dinámica impuesta por Chávez condujo a cambios en la concepción de la sociedad, el estado, estructura social pero se encontró con la traba que tanto sus operadores políticos como el pueblo se resistieron a abandonar el modelo rentístico lo que hizo difícil el cambio social esperado por él. La ineficiencia, corrupción, amiguismo prontamente aparecieron y paulatinamente invadieron, minaron y corrompieron interna y externamente el aparato político de la nación, sus instituciones, las instancias regionales, locales y comunitarias. Algunos de sus exministros y altos funcionarios de su gobierno, involucrados en hechos de corrupción hoy intentan expiar sus culpas distanciándose del gobierno de Maduro pero tratando de presentarse como inocentes en sus actuaciones ineficaces y de sus vinculaciones con hechos de corrupción, llorando que no toman parte del festín.

El aparato estatal ha entrado en una fase de parálisis. No hay nuevas ideas que permitan diseñar mecanismos, estrategias, tácticas, estructuras que bloqueen los ataques internos y externos contra el pueblo. Que impidan la corrupción, el contrabando, el bachaqueo, Entramos en una fase de anomia que daña la moral del pueblo, la ética ciudadana. Estamos en una crisis de creatividad. La obsolescencia domina todos los espacios del país, de la nación, de la república.

Tomemos por ejemplo, el IV Congreso del PSUV. Veamos los mecanismos para seleccionar, para elegir sus delegados. Nada de democracia, puros mecanismos que impiden la real participación popular. Por supuesto, los mismos dirigentes de siempre, los más vivos, los acomodados son los delegados. Para la militancia popular las migajas, el consuelo.

Las mismas prácticas cuartas republicanas. El mismo modus operandi de los jurásicos adecos, copeyanos. Al fin y al cabo muchos de esos dirigentes y militantes provienen de esos partidos. Son la Qunta Esencia de la obsolescencia. No podemos esperar otra cosa.

La implosión de la quinta república y con ella el retorno a la democracia representativa, al neoliberalismo pleno, al estado represor, a los Yumare, a los Cantaura, a los TO, es una amenaza que ya se convierte en peligro. Muchos de los que se proclaman revolucionarios, tanto los rojo rojitos como los que se autoexcluyeron, como los que sacaron a patadas apuestan a ello. Es una conspiración generalizada y muy bien financiada. Hay mucho petróleo por el medio si no pregúntenle a Alí Babá y a los Cuarenta Ladrones.

Esperemos que las propuestas que hace el gobierno para mejorar la economía logren su objetivo. El problema es que los operadores llamados a aplicar esas medidas forman parte de esa estructura infuncional y podrida que se llama estado. ¿Quién garantiza que los nuevos billetes del cono monetario no van a parar en Colombia? ¿Quién va aplicar las medidas contra los delitos económicos si los que tienen que detectar, enjuiciar y aplicar las sentencias forman parte de ese combo? Todos saben quiénes están implicados y quiénes se benefician con el contrabando de extracción Quiénes participan en el sabotaje y la falta de productividad de la empresas petroleras?

Los Mendoza, Volmer, Machado, Carmona, Ramírez, Ramos. Ledezma… y muchos anteriormente pata en el suelo ahora forrados de dólares, así como muchos vestidos de verde igualmente nadando en billete, estarán celebrando el triunfo de su conspiración. Al fin y al cabo ellos son el virus que trasmite la miseria humana. El pueblo que se joda

La lucha es larga y nadie dijo que la revolución es fácil. Pero el socialismo es el camino, no queda otro.

Hasta la victoria siempre. Venceremos



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Carlos M. Rodríguez C.

Estudió en la UCV. Docente jubilado

 carrodcas@gmail.com

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