En primer lugar, y para evitar la persecución fascista que ha desatado el gobierno de Maduro, diré que rechazo el terrorismo como forma de lucha. En el siglo XIX el terrorismo lo usaron algunos anarquistas en Europa como método de confrontación con el capital, sin ningún resultado en términos revolucionarios. En el siglo XX y lo que va del XXI, el imperialismo occidental se apropió del terrorismo como acciones de falsa bandera para justificar invasiones, guerras y represiones brutales contra los pueblos y naciones que se le enfrentan a su dominación.
Me ha generado numerosas dudas una información que ha circulado en las redes acerca de la denuncia realizada en 2017 por grupos de la llamada "resistencia" (grupos clandestinos de la derecha pitiyanqui), que acusaban a un par de personajes: Rayder Russo Márquez y Osmán Delgado Tabosky, de ser unos colaboradores del gobierno de Maduro infiltrados en esos grupos de "resistencia". Es decir, estos dos individuos serían una especie de "sapos", en el lenguaje político venezolano, que infiltrados en grupos como el que tenía el asesinado Oscar Pérez, servían como delatores a la orden de los cuerpos de inteligencia del gobierno de Maduro. (http://efectococuyo.com/sucesos/oscar-perez-acuso-de-infiltrados-a-dos-de-los-senalados-en-el-atentado-contra-maduro/).
Resulta que estos mismos personajes, Delgado Tabosky y Russo Márquez, son acusados ahora por el gobierno de ser los principales organizadores (junto a un tercer personaje, el coronel García Palomo, quien ha desmentido su participación en el atentado) del atentado realizado contra Nicolás Maduro el pasado 4 de agosto. A Russo Márquez lo ubican actuando desde Colombia, y a Delgado Tabosky desde Florida. Serían los cerebros directos y financistas del atentado, según la requisitoria realizada por la fiscalía venezolana (http://www.minci.gob.ve/venezuela-solicitara-extradicion-de-responsables-de-atentado-terrorista/).
No cuadra mucho que unos personajes cuerda floja, "patriotas cooperantes" según la jerga del gobierno, aparezcan ahora como los cerebros directos de un atentado detrás del cual estaría supuestamente el gobierno de Juan Manuel Santos como representante de la oligarquía colombiana (por cierto, la acusación contra Santos se realizó un día antes del traspaso de poder en Colombia, de manera que quedó en el aire, pues ahora el presidente es Iván Duque, el cual obviamente es también representante de la oligarquía colombiana).
Un atentado dirigido por patriotas cooperantes. Extraña situación que hace pensar en un atentado de bandera falsa, como gusta de hacer el imperialismo yanqui. Esperemos que avancen los acontecimientos, y tendremos más elementos para corroborar esta hipótesis o desmentirla.
A esto se unen otros elementos que también abren muchas dudas:
- La intervención de Patricia Poleo como receptora de la supuesta declaración de los autores del atentado. Hacia la Poleo se han realizado acusaciones de "patriota cooperante", específicamente de su supuesta colaboración con Diosdado Cabello (https://www.youtube.com/watch?v=N9YwN-vnnoQ) y con el gobierno de Maduro en general, que ella ha salido a desmentir en su momento, pero que hoy nuevamente hace levantar dudas sobre el atentado del 4 de agosto.
- Las sorprendentes declaraciones de Jaime Baily, las cuales no tienen explicación clara. Por momentos parece ser un "patriota cooperante" del gobierno de Maduro, pues todo lo que declara respalda y confirma las acusaciones que hace el gobierno sobre el atentado, pero a la vez se mantiene como aparente "opositor" que desea el derrocamiento e incluso el asesinato de los líderes del gobierno venezolano. Declaraciones propias de un desquiciado, pero que a algún plan macabro responden, el cual no tenemos suficientemente claro (https://www.aporrea.org/medios/a258646.html).
Por ahora, vemos muchos patriotas cooperantes ligados al atentado como protagonistas de primer orden. La bandera falsa ondea como posible explicación a estos hechos, y queda de cada ciudadano explicar las razones de todo esto que ha ocurrido, y a quien terminan favoreciendo.
