Irse o no irse, esta parece ser la paradoja que se le planteó a algunos venezolanos en nuestros días. Emigrar o no emigrar. Una paradoja que, cuál la del Hamlet de Shakespeare, plantea indecisiones y dudas.
Hace 65.000 millones de años cuando el Homo sapiens migró desde África a Asia comenzó la historia de las migraciones humanas; lo que quiere decir que la migración tiene historia y que en la Venezuela de nuestros días decidan irse y establecerse en otros países algunos venezolanos no supone ninguna singularidad en la historia, como cierta prensa lo posiciona.
No es menos cierto que en nuestro país, donde estuvimos acostumbrados a que era mayor la proporción de los que venían que la de los que se iban, olvidamos que la emigración ha formado parte de la condición del hombre desde tiempos inmemoriales.
Nadie puede negar que, además de la difícil situación que atraviesa nuestro país, hay una colosal campaña que estimula a la gente a emigrar. Así sabemos de cualquier cantidad de "profesionales" que han optado por irse porque no ven oportunidades en el país. Muchos de ellos con vivienda propia, automóvil y en pleno desempeñó sus carreras y profesiones lo han dejado todo por irse de taxistas, albañiles, vendedores informales, mano de obra no calificada, etc. Pero también algunos jóvenes sin calificación profesional han salido en busca del "paraíso", en cualquier otro lugar menos en Venezuela.
La "dictadura" que gobierna en Venezuela, esa misma que denunciaron a los cuatro vientos muchos de los "hermanos" que ayer se fueron, ha puesto en marcha el plan "Vuelta a la Patria". Plan que ofrece a venezolanos que se encuentren fuera de Venezuela, y especialmente que hayan sido víctimas de intolerancia y de atropello en los países en los que residen, retornar al país.
Pero los medios noticiosos que imperan nada de esto reseñarán, si acaso lo denunciarán como una campaña de Maduro para tapar la "crisis migratoria venezolana", que es la narrativa que han impuesto y que circula por el mundo entero.
Algunos de esos que ayer optaron por irse, ahora se les ha planteado la paradoja "to return or not to return". Retornar o no retornar, he allí la cuestión. Algunos vendrán pero muchos otros se quedarán y no dejarán de vociferar que hasta que no caiga la dictadura no podrán un pie en Venezuela, por mucha protección y amparo que ofrezca un régimen como el de Maduro.