Las y los venezolanos nos hemos caracterizado por el amor a la paz y el uso de cierta hilaridad sana, chiste político, la ironía, y el aguante frente a situaciones injustas en sucesivos desgobiernos. Sin embargo nunca habíamos llegado a la insolidaridad que ha permeado desde hace varios años a una considerable parte de las y los pobladores, comportamiento encabezado por una yunta de políticos fracasados junto a industriales y empresarios, nacionales o extranjeros radicados acá, quienes nos muestran, y paranoicamente ensoberbecidos demuestran, su ausencia de verdadero amor por esta tierra de gracia.
Acompañada por innobles campañas de comunicación al servicio de intereses salvajes, la alianza de cierta prensa influyente con enemigos jurados del socialismo bolivariano antiimperialista, ha permitido develar que su disgusto es porque eran negociantes depredadores, hoy muy lejos de volver a retozar en el disfrute del erario nacional por encima de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Se niegan a aceptar el cambio, la pérdida de sus malos privilegios, y rehúsan obedecer a cabalidad las leyes, al revés de como lo hacen sin chistar naciones donde no obtienen excesivas ganancias, que si perciben en esta territorialidad bendita por el Creador Magnánimo, (como quiera que usted conciba a Dios).
Cuando un mal llamado "capitán de industrias", un aparente comerciante o empresario "decente", pone su fortuna al servicio de la corrupción y el pillaje salvaje de precios, debe recibir en justicia el castigo que su actitud y aptitud delincuencial reflejan. No hay vuelta atrás, Venezuela se ha convertido en ejemplo mundial del por qué el capitalismo salvaje está siendo derruido de la faz de la tierra, y mientras los males de migración con víctimas en Europa, Asia y África son silenciados por el aparataje de la información mundial sesgada, presentan falsamente a Venezuela como amenaza inusual y extraordinaria contra el violador de derechos humanos número uno del universo y el combate al capitalismo salvaje. Invocando a Simón Bolívar VENCEREMOS.