Ensayo sobre la guerra: debemos afrontar que es real y perentoria la amenaza de guerra

Pido excusas a todos aquellos que me dispensan el honor de leer mis artículos, pero es que debo solicitarles su paciencia, porque sé que con motivo de las guerras como acontecimientos desastrosos y frecuentes a nivel mundial y especialmente con la amenaza ya no tan remota que se cierne sobre Venezuela y la posible intervención militar sobre nuestro territorio, quisiera compartir mis angustias que han llegado a la paranoia y que compartan a distancia mis desvelos sobre la triste realidad que sería un casus belli y una confrontación por un ataque al suelo patrio, a espaldas del Consejo de Seguridad de la ONU.

Quizá lo internalicen, quizá no, pero con la mayor tristeza me veo compulsado por los acontecimientos que se mueven alrededor de una posible confrontación bélica con la tan cariñosamente calificada en Venezuela como la "Hermana República de Colombia", que por los vientos que soplan y las informaciones que cada vez resultan más confirmadas, de "hermana" tiene muy poco, y de traidora tiene mucho, ya que se sabe a ciencia cierta que la preparación del ataque imperial contra Venezuela, en procura de nuestro petróleo y otros recursos pasa por la colaboración, no sin intereses ocultos de la República de Colombia, con el gobierno de los Estado Unidos a través de la OTÁN, de la cual constituyen apoyo y comando para intervenir en otros países, haciendo ver que es la comunidad de Atlántico Norte.

Queda muy claro que Colombia, fuera de Estados Unidos es el único país americano con presencia en una organización creada exclusivamente para la guerra; primero contra la desaparecida Unión Soviética, ahora donde quiera que el imperio propicie una conflagración y que infortunadamente la "hermana" ha traído para tierras americanas, con el fin de producir una contienda fratricida entre países latinoamericanos, perversa y sumisa conducta, para complacer el deseo manifestado por su socio imperial, dueño de su importante mercado de exportación de cocaína y heroína, su principal fuente de ingresos en divisas convertibles, su mercado natural para sus principales productos de exportación: la cocaína como primer productor y de heroína segundo productor a nivel mundial de los alcaloides citados.

Como he mencionado en otras ocasiones, quizá como excepción la Guerra de Troya que fue por "honor", todas las conflagraciones en la era moderna de la historia obedecen a apetencias económicas, por territorios, o quizá alguna diferencia por ´límites. En el caso venezolano, Colombia con su sumisión a la economía de Estados Unidos y su Tratado Bilateral de Libre Comercio, renuncio creo que irrevocablemente a las actividades agrícolas tradicionales, eje principalísimo de su economía con rubros como: café, maíz, arroz, caña de azúcar, y ganaderías, en los cuales descollaba en el mundo como figura de gran relevancia, actividades que le permitían un envidiablemente sólido estándar de vida, independencia económica y autosuficiencia alimenticia.

Las importaciones de productos transgénero y la obligatoriedad de destruir las variedades autóctonas par evitar polinización cruzada, con las plantas de semilla importadas, dejaron al campesinado a la deriva por no poder pagar los costos de las semillas, especialmente de Monsanto y disimuladamente a los que no resultaron desplazado internamente o hacia el exterior básicamente a Venezuela, los presionaron para que incursionaran en el cultivo de la "coca" para la producción de la cocaína, producto de exportación "A" N° 1. Ahora Colombia, salvo pequeñas unidades de producción es un monocultivador de coca, en las mejores tierras, materia prima de la cocaína, principal generador de divisas en el mayor mercado de drogas prohibidas del mundo, los Estados Unidos.

Creo que se preguntarán qué viene toda esta reláfica y que relación puede tener la producción de cocaína con la guerra y algo más, su perentoria aparición en el futuro próximo; pues muy simple:

1.- El progreso físico de las últimas décadas de Colombia ha mejorado de manera casi que exponencial y la infraestructura tanto pública como privada da cuenta de una bonanza inusitada que nunca tuvo la "hermana" república hasta las décadas de los 60 y 70 con el auge meteórico de los carteles de la droga entronizados básicamente en Medellín y de cuyo principal exponente fue el muy conocido Pablo Escobar Gaviria, primero protegido de Álvaro Uribe Vélez, quien lo ayudó a desarrollarse hasta convertirse en Capo Mayor y luego Escobar en protector, mentor y financista agradecido por las facilidades que le proporcionó, el "Dr. Varito", a quien llevó primero al Senado Colombiano, y luego a la Presidencia de la República; alta investidura que ayudó Álvaro Uribe Vélez a salir de la lista de los más buscados de la DEA y a convertirse en cipayo con uñas, al aceptar participar en una posible acción militar contra Venezuela, pero con tal de que le mantuvieran el mercado para sus drogas, cocaína y últimamente heroína, en beneficio personal y de la oligarquía colombiana.

2.- Cualquier persona pensante no puede entender como los Estado Unidos, la mayor potencia económica y militar del mundo pueda dejarse presionar y repentinamente convertirse en protector a ultranza del único Narcoestado reconocido a nivel mundial, aceptando condiciones y de carambola prostituyendo a su propia población con una andanada de drogas que, entran desde su protegido narcoestado, mientras tratan de lavarse la cara, diciendo que las drogas vienen de Venezuela, Centro América, México, aunque ellos pretendan engañarse soslayado al meollo, el gran productor, su socio en el multimillonario negocio, donde también entran grandes bancos blanqueadores de los inmensos capitales generados alrededor del tráfico de sustancias prohibidas

3.- Ese comportamiento que parece un contrasentido se puede entender cuando se raciocina y encuentra la causa y ésa infortunadamente para nosotros: es Venezuela, con su enorme reserva petrolera y de otros minerales estratégicos que, despiertan la codicia, inducen conductas belicistas a países como Colombia a quien azuzan a atacar a Venezuela, posiblemente con una oferta territorial, sobre su vieja aspiración de enexarse el Zulia, Falcón y Táchira, justificando cualquier sacrificio actual, con una enorme fortuna futura, tan cercana como al cruzar de la esquina en tiempo y en espacio.

4.- En este momento es necesario resaltar que todo este andamiaje carecería de sentido si la producción de los alcaloides se viera entorpecida por las medidas que está tomando el Ejecutivo Nacional con miras al Plan Maduro y que como es sabido contempla casi como medida cardinal, la internacionalización del precio de la gasolina, sustancia indispensable en la preparación de la pasta de coca y que se utiliza según me han informado, en una cantidad de alrededor de 750 litros por kg de pasta. Como la producción de clorhidrato de cocaína que llega a USA es de 1.400 toneladas y que puede presumirse que el rendimiento de C.C. de la pasta de coca es por mitad, debemos suponer que la producción la cocaína en forma de clorhidrato requiere de 2.800 toneladas de pasta que son 2.800.000 kg. que requieren de litros 750/kg que equivaldría a 2.100 millones de litros de gasolina en el total de la producción.

5.- Como puede entenderse la mayor parte del negocio estaba en la utilización a precio prácticamente -0- de la gasolina contrabandeada de Venezuela, y así los consumidores estadounidenses podían adquirir la cocaína en forma de clorhidrato a precios asequibles, pero con la internacionalización del precio, cesaría el contrabando y sólo se podría adquirir al precio del mercado, hecho acabaría con el negocio del tráfico de la droga, consecuencialmente Colombia entraría en una importante depresión económica y por eso está negociado sus soldados y su sangre por la ayuda militar directa de Estados Unidos o a través de la OTÁN en la confrontación en proceso, donde de resultar victoriosos recibirían en compensación los estados petroleros de Occidente, básicamente el Zulia y Falcón y de esta manera continuar disponiendo de gasolina a mínimo costo al controlar la extracción de crudo del Zulia y la refinación de Paraguaná, por el hecho de participar activamente como acólitos en una guerra contra Venezuela.

6.- Lo expuesto deja muy claro que desde el punto de vista colombiano la guerra contra Venezuela no es una opción, es una necesidad casi insoslayable, de vida o muerte, punto aterrorizante para la nación venezolana de la situación por el actual estado de preguerra, deducible de las constantes amenazas del Presidente Colombiano Iván Duque y movimientos de tropa hacia su frontera Este (Venezuela) y las ya proferidas por su jefe tras bastidores, Álvaro Uribe, quien manifestara abiertamente "que no había atacado a Venezuela durante su presidencia por falta de tiempo"

7.- Con estos antecedentes se puede presumir la inminencia del ataque, porque la precariedad de la situación económica que sobrevendría sobretodo el país, pero especialmente sobre la zona fronteriza al cesar la producción de su primer producto de exportación, obligarían a actuar de acuerdo a lo convenido con Estados Unidos y la OTÁN sobre una acción militar contra Venezuela largamente programada y publicitada por la Administración Estadounidense por su voceros más calificados: el Vicepresidente Pence, el Secretario de Estado Mike Pompeo y el propio Presidente Trump, que hasta en la ONU, habló de la opción militar para resolver los problemas de Venezuela, por supuesto contando con el apoyo del más obscuro personaje de la política internacional Luis Almagro, basados en la próxima adopción del precio internacional de los combustibles en Venezuela, que el imaginario del Sr. Iván Duque pudiera tomarse como un acto inamistoso que requiriera retaliación por parte de Colombia, y no un acto soberano que nos ayude a salir del bache en el cual nos encontramos.

8.- La precariedad en la cual se encontraría la economía colombiana es consecuencia de haber formado parte del Tratado de Libre Comercio y haber desbancado todos sus medios lícitos de producción y ahora tanto los colombianos como nosotros, que no hemos llevado vela en ese entierro, nos vemos casi que inevitablemente constreñidos por la presión estadounidense hacia Colombia contra Venezuela a librar una guerra que no deseamos, para no ser arrasados, depredados, balcanizados por los vecinos y Estados Unidos el titiritero mayor que, mueve los hilos de la ignominia contra nuestro país, que se tomaría desde Guyana nuestro Esequibo, la Faja Petrolífera del Orinoco y el Sur Este del territorio, del que parecen querer hacer una rebatiña bien confabulada, para, pasando por sobre nuestra historia intentar depredarnos inmisericordemente.

9.- Creo que seremos capaces de resistir con nuestro corazón, nuestras razones, nuestra disciplinada Fuerza Armada, nuestros entrenados Milicianos en unión con algunos aliados, la arremetida colombiana, desde las numerosas bases norteamericanas en nuestra frontera Suroeste y si conseguimos derrotar al ejército invasor en las primeras de cambio, podremos sacar suficienete ventaja para alcanzar un armisticio favorable antes de que el daño llegue a mayores, pero tendremos que barajarnos muy duro, para que en medio de los convenios no resultemos trasquilados por los poderes imperiales de USA y la caduca pero ambiciosa Unión Europea que, trataran de inmiscuirse con el fin de pescar en las revoltosas aguas de las negociaciones.

10.- En mi ya lejana infancia cuando se producían una riña entre niños de escuela, se intervenía para terminarla pero nunca a favor o en contra de los contendientes, porque se decía muy sabiamente que, en "los pleitos de los niños no intervienen adultos" y esta extraña pero sabia costumbre enseñaba que había riesgos de confrontaciones entre mayores cuando ésos intervenían con algunas desagradables consecuencias, cuando no se observaba la máxima, Hago referencia este hecho de mi infancia, para traer a colación que, si en nuestra confrontación bilateral Colombia Venezuela que, espero desde lo más profundo de mi corazón que nunca se dé, se inmiscuyeran países extraños, digamos Estados Unidos, o extracontinentales que, pudiera eventualmente llevar a encuentros entre países poderosos sí alguno saliera en nuestra defensa de forma que, condujeran a una escalada guerrerista importante, pudiera darse como resultado una guerra mayor con las terribles consecuencias de tales conflagraciones, posiblemente en nuestros propios territorios, donde inclusive se pudiera pensar en que la intervención de la OTÁN contra Venezuela, incitara la intervención de algún país amigo, hecho que resultara en la escalada de un pequeña confrontación, en una guerra generalizada con consecuencias imprevisibles. Alguien dijo que las guerras se sabía como empezaban, pero que luego era difícil conocer el desenlace a mitad de las hostilidades ni como pudieran terminar, luego de tremendos daños materiales y numerosas víctimas en ambos bandos.

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Edgar Valero Díaz

Ingeniero Agrónomo.

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