Regrese a la tierra presidente Maduro y tome las riendas con ambas manos

Este 11 de octubre seguí con gran atención su discurso de clausura del Congreso Constituyente de Trabajadores y debo manifestarle que hubiera querido ser partícipe de su extraordinario optimismo, el cual infortunadamente no puedo compartir, porque sería deshonesto de mi parte distanciarme de la tremenda realidad que aqueja al país prácticamente que en todas las actividades de la vida económica, tanto las grandes decisiones como el día a día de la ciudadanía.

Quienes me conocen saben que he sido un ferviente defensor del proceso revolucionario, que en algunas oportunidades he pecado de miope por no observar la realidad, aunque en general cuando he debido ser crítico con toda honestidad lo he sido, pude haber estado equivocado, pero infortunadamente el correr del tiempo me ha demostrado que muchas de las observaciones que hice sobre la Administración eran y algunas siguen siendo ciertas, y la corrupción a todos los niveles parece estar presente como un omnipresente fantasma del mal y no basta decir que la incapacidad y la corrupción la perseguiremos hasta sus últimas consecuencias, frase que se está convirtiendo en hueca.

Sr. Presidente mientras Ud. se dirigía al Congreso Constituyente de Trabajadores, con amplias sonrisas y claras manifestaciones de satisfacción, el bravo pueblo venezolano sudaba tinta para poder adquirir los alimentos que Ud. en numerosas oportunidades ha dicho que ahora con los “Precios Acordados” se resolvía la adquisición aun para los de salarios mínimos, porque en los convenios se había tenido como principal beneficiario al consumidor y desgraciadamente tengo que diferir de ese concepto, porque aunque no lo crea, en la Lista de Precios Acordados, a muchos de los rubros incluidos le asignaros precios superiores a los ya estrambóticamente altos que se cobrados en bolívares fuertes, pero algo más grave, la falta de capacidad de la Administración para disciplinar a los comerciantes, ha hecho que, el esfuerzo realizado se convierta en sal, agua y gran fuente de enriquecimientos obscenos

Con base a su marcado optimismo, aunque posiblemente se considere que no soy quien para hacer observaciones, mi obligación como venezolano me empuja a manifestar mi preocupaciones respecto al acontecer nacional; es el caso de que la generalidad del pueblo venezolano había asumido con alegría el hecho de que el gravísimo problema del contrabando de combustible hacia Colombia estaba resuelto con la adopción a NIVEL NACIONAL no sólo en los estados fronterizos, el problema del precio a valor internacional de la gasolina, que sólo faltaba publicarlo en Gaceta para oficializarlo y que, aun con el subsidio a los connacionales, se le asignaría un precio cónsono con el valor intrínseco de la materia más utilizada como combustible, “la gasolina”, que no se podía seguir despilfarrando a precio vil y este subsidio directo al consumidor se haría mediante descuentos individualizados por algún mecanismo asociado con el Carnet de la Patria y posiblemente diferencial, para las distintas actividades relacionadas con el transporte: Colectivos de Pasajeros, Transporte de Carga, Ambulancias, Vehículos Particulares, Mototaxis, Botes marinos y de agua dulce etc.,

Ante una decisión largamente analizada por semanas según la fecha que se escogió para hacerla oficial, debo manifestar mi extrañeza cuando el Sr. Presidente informó que estaban estudiando los “costos para llegar al precio internacional” me pregunté; ¿Cuáles Costos? Para llegar al precio internacional hay que simplemente tomar alguno que nos sea afín, porque de otra forma no seria el internacional sino nuestro precio, seguramente bastante bajo y ya perderíamos la meta que estamos buscando: “La no apetencia para contrabandear nuestra gasolina”.

Por otro lado, estimo que será necesario llegar a un acuerdo para disminuir el impacto del lado oriental de la frontera colombiana, pero el primer movimiento le corresponde al gobierno de Colombia y es prudente esperar que el Presidente Duque solicite un convenio para la “gasolina fronteriza”, por lo cual considero apresurado y fuera de lugar, rogarle al Sr. Duque que inicie un convenimiento con el Gobierno Venezolano, como ha informado el Presidente Maduro, al decir que “estoy en espera de una respuesta del gobierno colombiano” haciendo que pareciera que es Venezuela la interesada en la solución del problema del combustible en su zona aledaña a la frontera venezolana.

A esta falta de solidez en nuestra posición internacional se agregan las enemistosas expresiones de Duque sobre la dictadura venezolana y el dictador Maduro, quien pareció minimizarse ante el problema que es básicamente colombiano y deben ser ellos los interesados en la solución, porque de otra forma damos muestras de debilidad y perdemos posiciones en las negociaciones.

De paso, apalancados en el suministro de gasolina, debemos presionar para que el convenio esté sujeto a la eliminación de todas las irregularidades que ocurren en la zona fronteriza con: nuestra moneda, alimentos, especialmente los subsidiados, medicinas, enseres del hogar e insumos de uso personal, etc., y no solamente como pudo deducirse de lo manifestado por el Primer Mandatario, de que se trata de un simple convenio con Estaciones de Gasolina cerca de la frontera, a precios solidarios (bajos) para los colombianos cercanos a nuestra frontera Occidental. No se puede matar al tigre y tenerle miedo al cuero.

Es necesario internalizar que pareciera que nos sentimos en minusvalía, y las muestras de debilidad en las actuales circunstancias pudieran resultar fatales, cosa que ya nos ha afectado en anteriores controversias con el “hermano país” dando por resultado la pérdida de cuantiosas porciones de nuestro territorio desde la disputa por la frontera en la Guajira y Casanare, hasta el mal acuerdo del 41 del siglo pasado entre Eduardo Santos y Eleazar López Contreras.

Resulta sorprendente a la par que triste, el hecho de que hace algunas semanas en reunión del Alto Ejecutivo con obreros de mantenimiento relacionados a la reparación de equipos de extracción de crudo, según propia manifestación estaban en capacidad de incrementar con pequeñas reparaciones en perentorio tiempo, algunas semanas, numerosos pozos inactivos, según parecía por desidia administrativa en el mantenimiento y el incremento esperado en la producción sería como 250.000 barriles diarios, sin contar otras reparaciones igualmente sencillas que garantizarían un aumento adicional. Sr. Presidente, posiblemente su ministro Presidente de PDVSA Manuel Quevedo ya le haya informado que la producción de crudo lejos de aumentar disminuyo en más de 40.000 barriles diarios, al cierre de septiembre, colocando nuestra producción por debajo del 1.200.000 Barriles /Día creo que la menor en los últimos 70 años. Es impresionante la caída de producción que desde julio del 2017, con 1.949.000 Brr/día a septiembre de 2018 con 1.145.000 barr/día lo que representa un descenso importante en la producción en algo más de 1 año, a septiembre, con un derrumbe contabilizado en la producción de crudo de más de 804,000 barriles/día. Lo que equivale a una pérdida en el ingreso de divisas de 52 millones de dólares diarios lo que equivaldría anualizada a 18.980.000 millones. Una bicoca.

De las indiscutibles cifras aportadas por la Agencia Internacional de Energía y la OPEP, se deduce que el manejo de los últimos años de PDVSA ha sido desastroso y ni modo de pretender endilgarle las responsabilidades a Rafael Ramírez, con todo lo que se pueda decir sobre la falta de mantenimiento, el gran peso de la responsabilidad recae en Eulogio del Pino y Nelson Martínez por supuesto que pudiera excusarse al Presidente Maduro, porque no tiene responsabilidad directa en el descomunal descalabro, pero si es responsable por la designación de una Directiva incapaz con unas presidencias todavía peor.

Con la Industria Petrolera no se puede estar jugando, porque se trata de una relación comercial en la cual cuando el proveedor (Venezuela) no cumple, el cliente recurre a otro para reemplazarnos, que le garantice seriedad y cumplimiento. Es necesario resaltar que el petróleo para los países es insustituible en espacio y en tiempo, porque una gran potencia económica como China por ejemplo, no puede arriesgar la paralización de su inmensa maquinaria industrial, mientras algún agraciado pero desconocedor el complicadísimo negocio petrolero, sale de un atolladero producto de su incapacidad, para resolver las circunstancias por las cuales atraviesa el mercado de hidrocarburos a nivel mundial, especialmente el crudo.

Personalmente tengo igual que Ud., gran confianza en la honestidad y posiblemente capacidad militar en el actual presidente de PDVSA, pero creo que no se puede estar ensayando en la dirección de la empresa sobre la cual descansa prácticamente toda la actividad económica de Venezuela y casi que recomiendo que se busque un pool de expertos petroleros de cualquier ubicación política, para la selección de una Directiva Ad Hoc y una presidencia de incuestionable fe patriótica y conocimiento del negocio tanto petrolero como financiero- .Por supuesto que no hace falta que irrespetuosamente le recuerde Presidente, que estamos sometidos a una guerra económica, financiera, diplomática, mediática y por añadidura una amenaza aparentemente real de intervención militar en nuestro país, por lo cual debemos hilar muy fino, al tener presente que continuamos al borde del abismo y los errores pueden resultar muy costosos, ya que el margen de maniobra es bastante estrecho.

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Edgar Valero Díaz

Ingeniero Agrónomo.

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