En reciente artículo traté el tema del incidente ocurrido en Atures, estado Amazonas, y lo abordé con la información disponible que, hablaba de bandoleros que pudieran ser miembros del ELN o quizá miembros de las célebres "Autodefensas de Colombia", ambas versiones dadas desde el Ministerio de la Defensa, Me incliné en mis comentarios por quienes, por la versión debían ser los conocidos como paramilitares, a quienes, ya sabemos sus actuaciones criminales, que entre otras perlas eran y siguen siendo los vigilantes de las grandes extensiones sembradas de plantas de coca para la producción cada vez creciente de la droga cocaína y además conocidos por los matanza de centenares si no miles de campesinos, sus propios compatriotas, asesinados como "falsos positivos" a quienes sacaban de sus hogares engañados y luego los vestían con uniformes presuntamente de guerrilleros, los asesinaban a sangre fría para cobrar las recompensas que, daba el Gobierno por guerrilleros muertos en acción, pruebas que presentaban con fotografías y manos cortadas antes de enterrarlos en las decenas de fosas comunes, dispersas en el territorio colombiano.
Los razonamientos expuestos y las críticas contenidas en el referido artículo son aplicables y no cambian ante la nueva versión de que realmente se trataba y trata de guerrilleros miembros del Ejército de Liberación Nacional, el conocido como ELN., grupo insurgente que, se sigue manteniendo activo a pesar de las conversaciones para la pacificación que, se pretenden continuar un tanto a trompicones en La Habana, con la intermediación del gobierno cubano ahora presidido por Miguel Díaz Canel.
No obstante la situación respecto a Venezuela cambia y no poco, primero porque las noticias un tanto contradictorias ya que, originalmente se informó que la acción asesina contra nuestros guardias nacionales fue en represalia por la detención de los nueve ciudadanos colombianos que, ahora resultan guerrilleros del ELN, establecidos según se puede inferir en nuestro territorio, pero parece que el ciudadano colombiano de nombre Luis Ortega Bernal alias "Garganta" detenido en el grupo de los 9 iniciales no se sabe como es sospechoso de ser el comandante a distancia del grupo que atacó a las patrullas, según información periodística y según se conoció, otros guerrilleros del ELN amenazaron con nuevos y más mortales atasques, si concretamente el Ministro de Defensa, General Padrino López no procede de inmediato a la liberación de "Garganta"
De estas enrevesadas e incompletas informaciones se saca en claro que no sólo actúan con aparente facilidad los paramilitares sino que, al menos parte de las guerrillas del ELN están aposentadas en territorio nacional, disfrutando de relativa seguridad, razonamiento que se desprende del hecho de que el implicado Ortega Bernal fue detenido por una simple redada en una casa de un poblado indígena conocido como Picatonal, a 15 minutos de Puerto Ayacucho, capital del estado.
Pareciera que el modus operandi del grupo del ELN consiste en utilizar nuestras fronteras Sur, Apure y Amazonas como refugio seguro porque, con el solo hecho de acercarse a la frontera venezolana, ya están prácticamente a salvo por la nula presencia de vigilancia colombiana, pero para mayor seguridad prefieren refugiarse en Venezuela, donde de acuerdo a lo que se puede observar no son molestados, entre otras cosas porque de alguna manera y creo que es por corrupción de funcionarios de identificación, se proveen de documentación de identidad venezolana, lo que les permite movilizarse sin ningún tropiezo, no sólo en las cercanías de las frontera, sino por todo el país, especialmente para proveerse de servicios médicos en nuestros hospitales y la Red de Barrio Adentro especialmente los CDI.
Las propias autoridades colombianas prácticamente se declaran incapaces de controlar el movimiento guerrillero o se hacen los desentendidos con actitud cómplice, porque resulta difícil de asimilar que, una pandilla que capaz de atacar en una emboscada por la detención de un miembro de la banda, a un contingente armado con la intención de asesinar a todos los uniformados que lo componían, al punto de que consiguieron matar a 3 y herir a 10 más, indica la fiereza homicida de la cual hacen gala y entonces resulta que, esos bandoleros de los cuales el único con acusación de posible participación en un ataque con explosivos a unos empleados y obreros de Ecopetrol donde presuntamente participó, es Ortega Bernal y también a un oleoducto.
Es preocupante que el Gobierno manifestara hace poco que no había guerrillas en Venezuela y que a las pocas semanas se descubra en una situación tan comprometida como la del infortunado incidente de Atures en Amazonas que, sí hay presencia guerrillera colombiana en nuestro territorio y algo peor que los organismos de seguridad lo desconocieran olímpicamente y que esos mismos guerrilleros como antes expresáramos se atrevan a amenazar aquí en Venezuela al propio Ministro de Defensa con nuevos ataques, dando a entender que la fuerza armada nacional no tiene capacidad para controlarlos o para expulsarlos del territorio venezolano.
El juicio a los detenidos deberá ser por las acusaciones menores: porte de armas de guerra, asociación para delinquir e irrespeto a funcionarios y de acuerdo con estas premisas recibirán castigos menores por no haber participado en la matanza, ya que estaban detenidos y los que causaron la masacre, posiblemente huyeron a Colombia o están escondidos en territorio venezolano en "conchas" en los poblados indígenas de la región amazónica.
La operación de búsqueda debe ser implacable, casi que hasta inmisericorde, porque esta sería la única forma de demostrar que no estamos dispuestos a que no colombianicen, que nos vengan a infectar con todos los males que ha padecido Colombia desde la muerte de Jorge Gaitán; ser benévolos nos puede llevar a una impunidad cómplice y debemos tener muy presente que, el daño causado por la violencia colombiana parece incrementarse, prueba de ello es que habiendo llegado a un acuerdo con las FARC y luego de la desmovilización de la mayor parte del contingente revolucionario, la matanza de exguerrilleros a alcanzado proporciones importantes apunto de que se habla de más de 300 eliminados por cuerpos de seguridad y paramilitares al servicio del narcotráfico, en un comportamiento similar al que aplicaron con la desmovilización anterior, durante el gobierno de Belisario Betancourt, cuando asesinaron a todos los miembros descollantes de la Unión Patriótica, en la década de los 90: asesinaron a 2 candidatos presidenciales, 8 congresantes, 70 concejales, 11 alcaldes e innumerables miembros del partido por todo el país y por supuesto, debemos vacunarnos contra un mal que después que se establece parece enquistarse de forma casi que irreductible y luce muy lejano que pueda restablecerse la convivencia, como se puede observar en el comportamiento de pueblo colombiano que cada día, además de los desplazamientos interno emigra hacia el exterior principalmente a Venezuela pero también a otros países de Latinoamérica y Europa.