La campaña no terminó. Con la participación electoral, democrática y protagónica, sumado a la consolidación del sistema de protección social y el fortalecimiento de nuestras organizaciones de base (consejos comunales, claps, comunas, entre otras) conformamos el escudo protector para combatir el proceso de hibridación de la guerra que perfecciona el enemigo.
Son nuestras armas para enfrentar la "amenaza inusual y extraordinaria" de la contrarrevolución, que confronta a nuestro pueblo como consecuencia de haber decidido ser libre, soberano y chavista. Por cotidiano que parezca, el enemigo transforma todo acontecimiento económico, político y social en un acto de guerra. Lo que nos obliga en toda circunstancia, estar alertas y poder derrotarlos en todo terreno.
Las victorias en esta etapa de la guerra son pequeñas, pero que se van hilando y creando las bases para pasar a la ofensiva. No tendremos un desenlace final o una "batalla final". La lucha de clases continuará por mucho tiempo, mientras exista una clase social explotadora, nuestra lucha siempre tendrá sentido. Es vital que ubiquemos nuestro puesto de combate y no dejarlo abandonado. Sin descuidar los acontecimientos que ocurren en el plano general, es momento de atender lo particular, conocer el detalle cada eventualidad que ocurre en nuestro territorio y generar una solución temprana, será la diferencia entre la victoria o la derrota.
Seguimos en campaña, porqué el próximo 10 de Enero de 2019, inicia un nuevo período constitucional. La legitimidad de nuestra Revolución la decidiremos en la calle con nuestro pueblo consciente, articulado y desplegado palmo a palmo en el territorio nacional.
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