Del Pacto de Punto Fijo al Acuerdo de Tareck

El 31 de octubre de 1958 se firma en la quinta Punto Fijo la alianza política cuyo nombre se debe a la casa del extinto presidente Rafael Caldera "Pacto de Punto Fijo", el cual nace en Nueva York bajo la batuta de Nelson Rockefeller y con un férreo respaldo de los marines. Aquí se nacionalizó el nefasto acuerdo firmado por Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba en representación de los partidos de AD, COPEI y URD, como enclaves políticos para la conducción de la apropiación de los recursos del Estado venezolano, el cual se mantuvo durante 40 años en el país. Este tratado fue la historia negra del país, estuvo al margen del pueblo, signada por la exclusión, la marginalidad, el desconocimiento al otro; la poca participación protagónica y representativa de los ciudadanos, de las relaciones de producción y la justa distribución de la riqueza; por la explotación de las riquezas del país, especialmente el petróleo. Sus controles de poder se basaron en la alternabilidad de sus líderes y la pacificación de los sindicatos con tendencia progresista, lo cual hacía disminuir la participación de este sector, por ende la imposibilidad de asumir alguna vez la presidencia de la república. El modelo fue diseñado por el imperio, las transnacionales y la industria militar gringa. El objetivo se expresó en la Carta Económica de Mérida, aprobada por Fedecámaras en la XVIII Asamblea Anual, en julio de 1962, bajo la premisa de que el interés general de la colectividad coincide exactamente con los intereses de los empresarios; es decir, aunque usted no lo crea, según esta carta, la clase burguesa empresarial tenía intereses comunes con los de abajo, con la clase popular. Los resultados se vieron más adelante, esta realidad no tuvo relación alguna con las clases populares, fue una expresión de la clase burguesa empresarial unida a los actores del puntofijismo.

Sesenta años después hemos pasado del Pacto de Punto Fijo al Acuerdo de Tareck El Aissami con los empresarios. Como ministro de Producción Nacional él es el encargado de consensuar con este sector para fijar un control de precios a una cantidad de artículos básicos de primera necesidad, de aseo y limpieza. Se cuidó el ministro en no llamarle "pacto", sino "acuerdo", ya que es muy común entre la burguesía denominar así a las alianzas que ellos mismos diseñan con fines muy particulares. Sin embargo, entre aquel pacto firmado por el puntojismo con Fedecámaras y el acuerdo que firmó el gobierno nacional, a través de Tareck con las principales empresas del país (Polar, Cargill de Venezuela, El Tunal, Pastas Capri, Coposa, Central Azucarero El Palmar, La Lucha, Arroz Cristal, Avícola Ebenezer, Asoportuguesa, Monaca, entre otras 40 más), no hay mucha diferencia. Por sus frutos los conoceréis. Después de la reciente reconversión monetaria, el ministro se sentó con los representantes de estas empresas donde se fijó una tabla con una lista de productos que fue modificada cualquier cantidad de veces, pero que a la larga se hizo caso omiso, dejando claro que ya muchos de estos productos se fijaron a precios inalcanzables. El primer error deriva en que la cita entre el gobierno y los empresarios debió haberse realizado antes de la reconversión y no después; luego, que el gobierno no asumió la vigilancia, a través de los demás ministerios involucrados del área económica, del control de los precios y que el irrumpimiento de este "acuerdo" no causó sanciones administrativas, penales, ni civiles contra quienes la quebrantaron, a pesar de las advertencias que se hicieran. En esta desgracia económica en la que Dólar Today, empresarios, ministros y bachaqueros se han lucrado, los precios de todos los productos los suben diariamente como se les dé la gana, mientras que la SUNDDE (el ente más ineficiente que haya tenido este gobierno) solo hace "acuerdos" con los empresarios. Nadie para ni impide esta anarquía, nadie frena esta barbarie a la que nos han sometido a través de unos "acuerdos" que son antisocialistas, antihumanistas y contrarevolucionarios; son alianzas acomodaticias cuyo objetivo pareciera es hacer que la gente se llene de ira, de desesperanza, en virtud de que el salario no alcanza, cada vez que lo aumentan es peor, porque el efecto es como un espiral que crece y crece sin detenerse para derrotar el gobierno de Maduro; luego demostrarle al mundo que el socialismo no sirve, que solo genera miseria y destrucción, cuando en realidad no hemos abrazado la conquista de este sistema porque aún hay hombres enquistados en el poder que piensan como capitalistas y nunca dejarán cristalizar el ideal de Bolívar.

El último incremento salarial fue causal para realizar otro "acuerdo" el flamante ministro con los mismos que no cumplieron con el primero. Nos hacen pasar por estúpidos a los venezolanos, ya desde su inicio es una burla a nuestra inteligencia, pensar que la burguesía empresarial pudiera tener como en aquella Carta Económica de Mérida, de 1962, que tiene intereses comunes en pro de la colectividad, es un iluso. Tendrá intereses comunes con algunos representantes del gobierno. Ante esta coyuntura económica que vivimos, con una amenaza de intervención militar sumado a los distintos bloqueos que imperan en el país, el sector empresarial sigue una línea muy bien articulada dirigida desde el imperio, como se la impusieron a los tres títeres del puntofijismo que mencioné anteriormente, y derrotar a la izquierda. No ha cambiado nada. El ministro de Producción Nacional ha indicado que los consumidores serán los encargados de que el acuerdo se cumpla, otra Aissamada más, o pasa por ignorante. Si los empresarios se están burlando de Tareck y del gobierno, entonces este gobierno es débil y permite que impere la anarquía. Si los precios fueron establecidos por los burgueses y el gobierno lo aceptó, ¿por qué esconden los empresarios los productos si ellos los producen? Y los que se dejan ver (como las carnes, pollos, huevos, entre otros), se muestran con unos precios inimaginables que no pueden ser adquiridos por una familia de cinco miembros, con un solo ingreso. La historia se repite, con diferentes actores, pero con los mismos procederes. El gobierno debe revisar estos mal llamados acuerdos para que junto al pueblo, gobernadores, alcaldes, concejales y los organismos de supervisión (en una sola unidad), rectifiquen y redireccionen los mecanismos de supervisión, regulación, control y las sanciones pertinentes que se deban aplicar en caso de que los mercantilistas desacaten los convenios que se establezcan. Posteriormente, reimpulsar el plan económico establecido, el cual fue aplaudido por los mejores economistas del país (incluyendo opositores), atacado por el imperio porque de aplicarse bien el mismo los efectos serían altamente positivos para el país, solo que no están los hombres que deberían estar para dirigir este Plan de Recuperación Económica. El pueblo ha sido sabio y paciente, a pesar de la indefensión en la que se siente, sabiamente ha dado muestras de rebeldía y de protestas al gobierno, pero clama porque se pare esta locura; prueba de ello la alta abstención en las recientes elecciones para concejales. Culmino con el título de otro artículo de mi autoría "Maduro está buscando a Dios y ruega no encontrarlo". ¡Alerta presidente obrero!



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Esmeralda García Ramírez

Licenciada en Administración Articulista

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