Directivos "El Nacional" se disculparon el 15 de diciembre públicamente con el dirigente político del PSUV Diosdado Cabello, por la campaña difamatoria promovida contra su persona en el año 2015. Mediante comunicado difundido en varios medios impresos del país, algunos gerentes de "El Nacional" firmantes de la publicación se desmarcaron de la campaña orquestada para dañar la imagen de Cabello, con informaciones sin sustento, vale decir sin pruebas, intentando falsamente vincularlo con el narcotráfico, dando por cierto un supuesto cartel llamado "Los Soles".
"Deploramos el daño personal y familiar que le haya causado o le haya podido causar al ciudadano Diosdado Cabello Rondón, el contenido de estas publicaciones", detalla uno de los puntos de la misiva. Cabe recordar que el actual Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente ANC, manifestó semanas antes que, "ni al dueño de El Nacional, Miguel Henrique Otero, ni al director de La Patilla, Alberto Federico Ravell, ni a los dueños de "Tal cual", los perdonaría por el intento de difamación, porque montaron una gran matriz contra un ser humano, sin ninguna prueba".
Llevado a la degradación moral y la quiebra por su editor Miguel Otero Castillo, politiquero de escasa relevancia y prófugo de la justicia venezolana, "El Nacional" dejó de circular el 15 de Dic. 2018, tras 70 años de haber sido por décadas vocero de la izquierda venezolana con prestigio mundial, hasta que se molestó el editor porque Chávez no le concedió un préstamo, el diario fue baluarte de la democracia socialista. A partir de entonces se convertiría en vergonzoso medio, indigno de quien fue uno de sus fundadores, el escritor comunista Miguel Otero Silva.
Leí "El Nacional" por décadas llevado de la mano desde niño por mi padre, el farmacéutico Luis María Sánchez Dávila graduado en la Universidad de Los Andes, a quien le heredé junto a mi madre Aura Ibarra de Sánchez, haberme aficionado al diario que me enseñó tanto, cuando se escribía con la letra "c" y no en lo que terminó su actividad periodística impresa, siendo "El Nazi-onal", pleno de paparruchas siglo XXI, sin poder continuar la línea de su excepcional pasado de dignidad profesional.