El economista criollo devela quién ha sido el hombre más corrupto de la historia contemporánea de Venezuela

En la historia contemporánea de Venezuela el tema de la corrupción en la gestión pública aparece como un factor determinante para su desarrollo económico, político y social. Ha sido un obstáculo devastador que limita la gobernabilidad, genera una fragilidad y pérdida de la confianza ciudadana en la institucionalidad y la democracia.

Como consecuencia, los ciudadanos terminan no creyendo en el Estado o en el gobierno de turno, porque los perciben como un medio donde los actores de la sociedad política lo utilizan para “montarse” a fin de ejecutar distintas formas de corrupción como el clientelismo, el abuso de autoridad, el nepotismo, la usurpación de funciones públicas, el uso indebido de los recursos públicos, entre otras formas de ejecución de planes ocultos o ilícitos vinculados a intereses individuales o grupales, oponiéndose al desarrollo económico, social y político de la nación.

Entre los elementos que permiten dar rienda suelta a la corrupción está la impunidad judicial y económica. Son flagelos perniciosos que siempre han acompañado a las sociedades, que si no se detienen a tiempo ocasionan daños morales, materiales e institucionales difíciles de revertir.

La corrupción en Venezuela está referenciada desde los tiempos de la lucha independentista hasta nuestros días. En su historiografía hay muchas referencias sobre malas prácticas en la administración de la justicia, muchas veces vinculada a decisiones fuera de tiempo, práctica inusual o fuera de la ley, al cobro de coimas o sobornos a funcionarios públicos, el retardo procesal, la falta de compromiso de algunos magistrados, jueces, fiscales y otros del sistema de justicia. En fin, en el caso de la corrupción judicial, ésta se relaciona a la deficiente preparación o la ambición desmedida de muchos para hacerse ricos a través de la delicada función de administrar justicia.

EL MAYOR CORRUPTO DE LA HISTORIA DE VENEZUELA: EL GENERAL ANTONIO GUZMÁN BLANCO

En la historia contemporánea de Venezuela se recogen pasajes oscuros del General Antonio Guzmán Blanco, militar, estadista, caudillo, diplomático, abogado y político venezolano, partícipe y General durante la Guerra Federal y presidente del país en tres ocasiones (1870-1877, 1879-1884, y 1886-1888). Es considerado por muchos escritores como el mayor político corrupto que ha gobernado en el país.

Un caso bien documentado fue el cobro de comisiones que Guzmán Blanco hizo en el proceso de firma de un préstamo externo con la Compañía de Crédito General de Londres, Inglaterra, que resultaría desventajoso para la nación.i Veamos la síntesis de este hecho.

El 6 de agosto de 1863, el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón, presidente de los Estados Unidos de Venezuela, designa al general Antonio Guzmán Blanco, que era a la vez Vicepresidente de la República, Ministro de Hacienda y de Relaciones Exteriores, como Comisionado Fiscal de la República para negociar un préstamo con la Compañía de Crédito General de Londres por 1.500.000 libras esterlinas, que quedaría en la historia venezolana del siglo XIX como uno de los mayores hechos de corrupción y de endeudamiento leonino para la nación.

En esa oportunidad, Guzmán Blanco, no sólo había acordado un endeudamiento a una tasa de interés del 60% para el país, sino que además había cobrado 5% por lo que consideraba una “justa compensación” de la responsabilidad que el Estado le había conferido como negociador, algo que había dejado plasmado de manera expresa en el documento final del préstamo. Un hecho que no sólo sería ratificado por la Asamblea Nacional Constituyente de esa época y por el Presidente de la República, sino que además, luego se aprobaría una extensión por un monto mayor. Al final, el país quedaría vilmente endeudado con Inglaterra y el dinero nunca entraría a las arcas del fisco nacional porque sería desviado de distintas maneras para pagos a acreedores y a empresas fantasmas que igualmente quedaron plasmados en el documento original acordado por el negociador venezolano.

En ese entonces, Guzmán Blanco incurriría en el delito de peculado y de enriquecimiento ilícito en el manejo de esos recursos, no obstante, luego llegaría a ser Presidente de la República en los períodos 1870-1877, 1879-1884, y 1886-1888.

Dos cosas innegables acerca de la presencia de este General en la sociedad política venezolana de finales del siglo XIX, fue, en primer lugar, que acumuló una gran fortuna, con haciendas, hatos, inversiones, empresas y propiedades en toda Venezuela, Francia y otros países europeos; y la segunda, es que dicha fortuna la alcanzó por medio de la corrupción en el ejercicio del poder gubernamental.

EL DESENCUENTRO IDEÓLOGICO HISTÓRICO: SEMBRAR EL PETRÓLEO VS. LA CORRUPCIÓN

En el célebre artículo de Uslar Pietri del 14 de julio de 1936, escrito en el Diario Ahoraii, donde lanza el slogan “Sembrar el petróleo”, presagiaba el camino que podía transitar el país con el mal manejo de la renta petrolera. Decía él en ese entonces, que la riqueza pública venezolana reposaba en más de un tercio, sobre el aprovechamiento destructor de los yacimientos del subsuelo. Destrucción que él asociaba con la renta petrolera, porque podría llegar hacer de Venezuela “un país improductivo y ocioso, un inmenso parásito del petróleo, nadando en una abundancia momentánea y corruptora y abocado a una catástrofe inminente e inevitable.”

Desde que tengo uso de razón, he escuchado casos de corrupción en Venezuela. He escuchado, visto y leído sobre como muchos políticos han desangrado al país y estimulado la fuga de capitales.

Un caso de corrupción histórico, que tuvo mucho impacto en la sociedad política de finales de la década de los setenta, fue el caso Sierra Nevada durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, relacionado con la compra del buque que regaló a Bolivia, un país que no tiene salida al mar, considerado un “gran guiso” para la época. Un caso que sería denunciado por el partido Copei en plena campaña electoral presidencial del 3 de diciembre de 1978, donde presentó a Luis Herrera Campins como candidato, quien aprovechó la ocasión para tomar como bandera política y discursiva acusar al gobierno de Pérez de despilfarrar la fortuna petrolera con gastos e inversiones superfluas o inútiles y de alimentar la corrupción hasta niveles nunca vistos en Venezuela.

Recuerdo, que en tiempos del mismo Luís Herrera Campins, se constituyó la Oficina del Régimen de Cambios Diferenciales (RECADI) adscrito al Ministerio de Hacienda, con la finalidad de administrar el sistema cambiario que antes era manejado por el Banco Central de Venezuela. En la fase de arranque, RECADI no contaba con local, presupuesto ni personal especializado, lo que permitió una serie de irregularidades y corrupción.

Fueron varios casos de corrupción descubiertos en ese gobierno. Otro muy sonado fue el caso de la construcción de la carretera de la región de Chuspa, estado Vargas, no concluida en esa gestión y se señaló como el gran responsable al gobernador de Caracas, Rodolfo José Cárdenas, quien presuntamente se robó el dinero asignado para esta obra.

También, la corrupción en CANTV por su presidente Nerio Mago; y el más famoso de todos, el de Vinicio Carrera, Ministro de Transporte y Comunicación, por la adquisición de los famosos taxi-metros, que huyó a Francia con US$ 2.000 millones, abandonando el cargo, entre otros. Este último caso preescribió en el tiempo y no cumplió ninguna pena ese delito quedando todo en el olvido, como si nunca hubiera pasado nada.iii

Al final de su gestión, a Luís Herrera se le criticó por “quebrar al país”, aumentar la deuda y empobrecer al venezolano. Finalizó con baja popularidad y los adecos volverían al poder y los copeyanos no gobernarían más nunca. Asumiría la presidencia el adeco Jaime Lusinchi para el período 1984-89, que sería otra gestión corrupta, siendo RECADI, uno de los hechos de corrupción administrativa y sistémica más grande de la historia contemporánea de Venezuela.

El 27 de marzo de 1990, el Senado de la República, por votación de 25 a favor y 24 en contra - la mano del ex-presidente Luis Herrera fue decisiva-, aprobó investigar y enjuiciar al también ex-mandatario Jaime Lusinchi, para determinar su responsabilidad directa en los hechos de corrupción asociados al quinquenio 1984-1989.

Y pare de contar, los hechos de corrupción que durante la llamada Cuarta República fue afectando el avance y el desarrollo económico y social, donde la sociedad fue perdiendo la confianza en el sistema político ya muy corrompido. Sobre esa fragilidad política y la desmoralización social emergió la propuesta electoral de Hugo Chávez Frías, que en 1998 prometió acabar con la corrupción en Venezuela. Es necesario rescatar que una vez que Chávez llega a la presidencia de la República con su proyecto revolucionario, durante su gobierno la lucha contra la corrupción fue campal. Muchos de los políticos de oficio que se corrompieron estando en el ejercicio pleno del poder y fueron investigados y acusados por la Contraloría General de la República huyeron del país, se fueron prófugos de la justicia porque nadie los iba a salvar de la aplicación de la ley.

Casos como el de Eduardo Manuitt, Ramón Martínez, El “Burro” Martínez de Monagas, Eduardo Lapi, Manuel Rosales, El General Fransico Usón, Tobías Nobrega, el General Manuel Rosendo y el General Raúl Isaías Baduel, éste último está pagando condena por hechos de corrupción cuando estaba al frente del Ministerio de Defensa, entre otros, quedarán en la historia como los primeros hechos de corrupción de la Quinta República. Estos casos permiten concluir, que estando en vida, el presidente Hugo Chávez Frías fue duro contra la corrupción.

En estos días, se han venido develando grandes hechos de corrupción a inicios del siglo XXI, por cierto, muy peligrosos y polémicos para la sociedad política de la Nación. No obstante, el presidente Nicolás Maduro ha resuelto jugárselas con la justicia y no se ha inmiscuido en la labor del Ministerio Público para investigar algunos hechos de corrupción en tiempos de la revolución bolivariana. Incluso, el 20 de diciembre de 2018, en el marco del Congreso de los Pueblos (militantes revolucionarios) entre las tareas fundamentales de su gestión política y gubernamental para el 2019, planteó enfrentar “la indolencia, el burocratismo y la corrupción”. En ese contexto, designaría a la vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez, para elaborar un Plan Nacional Popular contra la corrupción para el año 2019.

Para la historiografía nacional quedarán los hechos de corrupción develados sobre la gestión de Rafael Ramírez como presidente de PDVSA, hoy prófugo y protegido por el Imperio del Norte, la detención del ex viceministro de Energía Eléctrica, Nervis Villalobos en España, del ex Tesorero Nacional Alejandro Andrade en Estados Unidos, y cientos de casos develados por el fiscal Tarek William Saab, sobre la trama de corrupción dentro PDVSA, entre otras instituciones. Es un hecho histórico que este fiscal se ha dedicado de cara abierta y sin temor a investigar las mafias gubernamentales, las redes de corrupción y las “cloacas” del poder en nuestros tiempos.

Para mi frustración, ya pasados 46 años de mi vida, son miles los casos de contar sobre las historias de funcionarios públicos y políticos que se vistieron de “blanco”, de “verde”, “amarillo” y de “rojos rojitos”, no para “sembrar el petróleo”, sino para robarse el erario público, eventos que ponen en el debate histórico sobre la sucesión de Antonio Guzmán Blanco como el mayor corrupto de la historia contemporánea.

i Fuente: Tomás Enrique Carrillo Batalla (1999). El Pensamiento Económico-Jurídico-Administrativo de Francisco Pimentel y Roth. Capítulo IX. Academia Nacional de Ciencias Económicas

ii Uslar Pietri, Arturo (1936). Sembrar el petróleo. Revista Ahora.

iii Guerra, Carlos E. (2012: Jun., 4). La memoria corta del venezolano. En Portal Web de Diálogo Político. Disponible en línea por http://dialogopolitico.net/2012/06/04/la-memoria-corta-del-venezolano.

 



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Andrés Giussepe

Doctor en Gerencia, Especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional y Economista de la Universidad Central de Venezuela. Secretario Nacional del Movimiento Profesionales de Venezuela.

 agiussepe@gmail.com

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