Víctima del imperio mundial capitalista que afortunadamente se extingue a la vista del mundo, el modelo socialista venezolano iniciado en Febrero 1999, protagónico, humanista y participativo al servicio del pueblo, sirve de referencia democrática frente al fascismo de la falsedad vivida de 1959 a 1999, con presidentes pro capitalistas, cipayos de EE UU y el salvajismo mercantilista exterminador, que en administraciones quinquenales abrazó la supuesta "democracia modelo de América Latina". Regularizaron torturas, masacres, desprecio a sectores de menores recursos, y dominio disimulócrata-partidista- empresarial, yunta conformada por los mismos que en este siglo XXI ensombrecen naciones gobernadas por figuras prosternadas al latrocinio de nuestros recursos, con influencia del capital privado, corruptor y bestial, maquillado por la mediática desvergonzada que desinforma.
Desde el momento en que el Vicepresidente de EE UU mediante orden imperial, solicitó el derrocamiento del gobierno venezolano electo el 20 de Mayo 2018 ignorando la observación internacional y auditorías firmadas por representantes opositores, nos inscribimos en la historia mundial moderna, igual que dos siglos antes sucedió en la independencia, liderada por Miranda, Bolívar, Ribas, Sucre, Simón Rodríguez, Andrés Bello, Luisa Cáceres, Urdaneta, Roscio, el Negro Primero y más preclaros hombres y féminas de la gesta emancipadora. Fuimos primera nación en 1810 que expulsó al imperialismo de la monarquía española, y hoy primera nación que, con multiplicidad de elecciones, que reta a la potencia del capitalismo depredador, triunfando moralmente pese a la feroz acción contra el moderno chavismo, cultor del legado bolivariano tanto por el Comandante barinés como por el obrero caraqueño, ambos ungidos por el voto claro y mayoritario por ahora hasta el 2025.
Por mucho que manipulen desde el exterior y desaten violencia interna, van condenados al fracaso los violentos del fascismo títere, fariseos creadores de poder paralelo ilegal por la AN en desacato, con anuencia de mediocre comunicación social, comprometida con el terror psicológico, secundando a ineficaces políticos desconocidos, pero peligrosos por dirigir acciones plenas de odio. Los traidores a su nación reciben a diario el rechazo de un país pacífico y libertario, la Venezuela bolivariana respetuosa de la libertad de expresión y la libertad de cultos.